Desde las “Marchas de la Dignidad” hemos acordado que la primera acción
de continuidad del 22M sea una jornada de lucha contra el paro masivo.
Hay más de seis millones de razones para esta movilización. Somos más de
seis millones de personas en todo el Estado español las que estamos
sufriendo el drama del desempleo. La mitad no recibimos ninguna
prestación y un millón y medio recibimos la ridícula ayuda de 426 €.
El
paro masivo, ya estructural, es la demostración palpable de la
ineficacia de un sistema, el capitalismo, que sólo favorece a los
intereses de los poderosos y de unas políticas fracasadas, las de la
Troika, que sólo mira por los bancos y castiga a las personas. El
resultado de este sistema es la pobreza absoluta para una gran parte de
la población; alrededor de 13 millones de pobres en una sociedad cuyos
gobiernos siguen lanzando vanas esperanzas de recuperación.
La
última reforma laboral, presentada a bombo y platillo como la solución,
ha resultado un desastre para la creación de empleo. Cada minuto se
destruye un empleo; ésta es la expresión gráfica del fracaso absoluto de
las políticas neoliberales. Y, junto al paro, nos vemos condenados a la
precariedad. Dos millones y medio de trabajadores y trabajadoras no
reciben un salario digno que les permita escapar del riesgo de pobreza.
No
nos engañemos. La reforma laboral va asociada a un conjunto de ataques
contra las conquistas y derechos de la mayoría social. El recorte de las
pensiones, la reforma de la administración local, la reforma educativa,
el desmantelamiento de las ayudas a las personas dependientes, el pago
de la deuda, el aumento de la edad de jubilación, la destrucción de
los servicios públicos de sanidad, justicia o educación, la pérdida de
poder adquisitivo, la esclavitud hipotecaria, la precariedad laboral,
los desahucios,… forman parte de una brutal ofensiva contra los de
abajo, contra la clase trabajadora, contra la ciudadanía, contra el
pueblo.
Una
ofensiva que busca robarnos derechos para engrosar sus beneficios y sus
cuentas en los paraísos fiscales. Prueba de ello es que desde que
estalló la crisis ha crecido el número de personas millonarias mientras
el número de personas con pobreza severa se ha doblado.
Cuando contemplamos cerca de dos millones de hogares con todos sus
miembros en paro y 700.000 en los que no hay ningún ingreso, no podemos
dudar de que su objetivo sea desposeernos de todo.
Ante
este escándalo la respuesta del poder establecido siempre es la misma:
la represión, que busca criminalizar la protesta social ante los
desmanes de los gobiernos. Una represión que vivimos especialmente en la
jornada del 22M y días posteriores. Una criminalización ejecutada desde
todos los ámbitos, incluidos los medios de comunicación oficiales, y
desplegada como cordón sanitario para tratar de impedir que la población
se una masivamente a la lucha.
Hoy
queremos recordar a dos compañeros que están sufriendo injustamente la
represión y la cárcel. Miguel, de 20 años, e Ismael, de 18. Dos jóvenes
inocentes que están sufriendo la represión brutal de este gobierno, que
pretende con su Ley Mordaza y sus conspiraciones para-policiales
convertir la movilización ciudadana en un conflicto de orden público.
Esta
es una movilización por el empleo digno, contra el pago de la deuda,
por la renta básica, por los derechos sociales, por las libertades
democráticas, contra los recortes, la represión y la corrupción, por una
sociedad de mujeres y hombres libres; es un acto contra un sistema,
un régimen y unos gobiernos que nos agreden y no nos representan
La dignidad sigue en la calle exigiendo PAN, TRABAJO Y TECHO.
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