José Antonio Naz
Valverde
Miembro del colectivo Prometeo / FCSM
Desde hace varios años se habla en nuestro país
de la "indignación". Este sentimiento está en el origen
de los movimientos espontáneos de miles de personas que ocuparon las plazas de las
principales ciudades el 15 de mayo de 2011. Esta indignación
contra la política oficial de los partidos oficiales, del bipartidismo, se
tradujo en las elecciones de ese año en una gran abstención,
pero también en una mayoría del Partido Popular. Pero la indignación fue
generando debates y reflexiones sobre la crisis- estafa que llevaron a promover
algunas alternativas.
Así
apareció por ejemplo el Frente Cívico,
promovido por Julio Anguita, que quería ser un
"pegamento" de la mayoría social en base a 10 o 12
medidas fundamentales y urgentes como el salario mínimo general,
pensión mínima, el euro y la dictadura de los mercados, reforma fiscal...
Pero este movimiento no tenía intencionalidad electoral directa, sino objetivos de mentalización
y movilización social. Sin embargo muchas de las personas que se adhirieron a
ese Frente pensaban que la opción electoral era imprescindible
para conseguir un cambio. En enero de 2014 aparece Podemos, que recoge básicamente
el decálogo del Frente Cívico y la indignación
de las plazas hacia las políticas neoliberales y las castas que las utilizan en beneficio
propio. La sorpresa del respaldo a esta nueva formación o partido
atípico en las elecciones europeas y el aumento exponencial de los
apoyos en pocos meses hace pensar, por primera vez en muchos años,
en un posible cambio real.
El año 2015, con elecciones autonómicas,
municipales y generales será
el primer barómetro de este
cambio. Las diferentes iniciativas de confluencia de colectivos, partidos y
personas sobre todo en los proyectos municipales crean nuevas expectativas de
cambio.
Pero los resultados de la primera confrontación
electoral, en Andalucía, muestran la aún gran resistencia al cambio y el gran peso de las inercias en una
sociedad no politizada y muy atomizada. Sólo así se explica el anhelo de cambio y el hartazgo de los partidos y políticos
" de siempre" manifestado por
la inmensa mayoría social, y la "repetición" en buena parte de los patrones electorales de
siempre. Es evidente que una parte aún importante de esta sociedad
quiere cambiar, pero no se atreve a "hacer otra cosa".
El trabajo de los GANEMOS, los AHORA..., y otras agrupaciones que
luchan por ese cambio, consiste sobre todo en practicar y explicar la necesidad
de la "ruptura" del sistema para hacer uno nuevo. Esto pasa por:
- romper los modelos de partido, como ha hecho GANEMOS CÓRDOBA:
presentación libre de candidatos y candidatas, votación
abierta de los mismos en primarias para toda la ciudad, aprobación
y firma de código ético reduciendo salarios y mandatos, presentación
como Agrupación de Electores obligandose a recoger miles de avales en pocos días,
financiación austera y colectiva, supeditación a la
asamblea, propuestas de participación total y y general en todo
momento...
- convencer a la población de que el cambio real en un
Estado Democrático pasa por el cambio electoral, lo que supone, de entrada
comportarse de distinta manera: participar al menos informándose
y votando nuevos proyectos claramente diferentes, implicándose
al mismo tiempo en el afrontamiento colectivo de los problemas y las
soluciones.
- ROMPER EL DISCURSO DEL MIEDO, que paradójicamente
cala más en los momentos y las capas sociales más
perjudicadas por el sistema. La verdadera dificultad consiste en hacer pasar el
razonamiento lógico de que si un sistema te perjudica claramente y cada vez más,
es evidente que lo primero que se debe hacer es no apoyar su continuidad sino
los modelos que lo combatan. Que tiene que provocar mucho más
miedo los desastres comprobados y las penalidades sufridas del sistema
imperante que cualquier otro no verificado.
- Hacer ver la necesidad de derribar " la vieja casa" ,
llena de humedales, peligros de derrumbe e infecciones para poder construir una
nueva a la medida de nuestros deseos y nuestras necesidades, diseñada
por todas las personas que la vamos a habitar y con el compromiso de trabajar
en el mantenimiento y mejoras futuras que la sigan haciendo habitable a lo
largo de los años.
- En definitiva, enfrentar a cada ciudadano y ciudadana a su
responsabilidad sobre su propia situación y la de la
colectividad, lo que debe obligarle a comprometerse participando conjuntamente
en la ruptura para el cambio.LO DEMÁS ES SIMPLEMENTE CONTINUIDAD Y / O RESIGNACIÓN.
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