Rajoy Pinocho. Fuente:Distrito Fallas.com |
Juan
García Ballesteros
Presidente
del Colectivo Prometeo y miembro del FCSM
Una
de las conclusiones más significativas que podemos sacar de las
pasadas elecciones municipales sería que “la confluencia de los
sectores progresistas en candidaturas unidas ha logrado imponerse y
ganar ciudades y pueblos importantes en todo el Estado”. En estos
momentos, dando un ejemplo de humanidad y solidaridad, muchos de
estos ayuntamientos han manifestado su deseo de acoger a refugiados
que huyen de unas guerras injustas, no evitadas cuando no originadas
por la OTAN (EEUU y Europa), con el único objetivo de controlar
espacios geoestratégicos y las riquezas energéticas de esos países.
Europa, con países tradicionalmente abiertos y de acogida, se ha
vuelto insolidaria, quiere controlar el flujo incesante de seres
humanos que huyen de la barbarie, del hambre y de la muerte. La
desolación y el sufrimiento les está estallando en sus mismas
narices.
Nuestro
Gobierno, dando una muestra más de falta de sensibilidad hacia la
desesperanza
de
millones de personas inocentes que buscan un refugio, cierra sus
puertas y no admite más que a 2.749, de los casi 6.000 que Europa ha
pedido que acepte. No nos puede extrañar esta decisión, pues su
insolidaridad es aún más grave cuando, en sus cuatro años de
gobierno, ha deteriorado gravemente el estado de derecho y el
bienestar de millones de ciudadanos españoles.
Nuestro
Presidente, Rajoy, está fuera de la realidad. Vende una recuperación
que sólo él, su partido y los medios de desinformación afines se
creen, pero que no perciben la inmensa mayoría de la población. No
ha sido el PP el que ha marcado la política social, económica y
laboral de nuestro país. El Gobierno ha sido un lacayo fiel y sumiso
de las órdenes recibidas de la Troyka, lo que ha supuesto la pérdida
de nuestra soberanía y la rebaja de nuestra democracia.
Voy
a hacer un pequeño repaso de la situación en la que queda nuestro
país, después de cuatro años de mandato:
-
Aunque el paro sólo ha aumentado en doscientas mil personas, lo más
grave es que el ochenta por ciento del creado es empleo temporal.
-
Hay más de medio millón menos de ocupados. De los más de cinco
millones de parados sólo perciben prestación el 28 % (algo menos de
un millón y medio).
-
El paro juvenil es insostenible. Se ha disparado al 50 %, sin contar
los más de setecientos cincuenta mil que han tenido que emigrar.
-
La Reforma Laboral ha acabado con muchos derechos conquistados. Según
la Confederación Sindical Internacional (CSI), nuestro país ha
caído al
nivel 3 (de cinco posibles) junto a otros 35 países donde se
producen “violaciones
regulares de los derechos laborales”,
entre ellos, Albania, Marruecos, Argentina, Haití, Hungría o Rusia.
-
Hay más de un millón y medio de hogares en los que todos sus
miembros están en paro. Más de once millones de personas en
situación de exclusión social.
-
Este Gobierno ha pagado miles de millones de fondos públicos para el
rescate de la banca, dinero suficiente para mantener la sanidad y
educación públicas, las pensiones, las prestaciones al desempleo,
la ayuda a los dependientes, la investigación, los préstamos a las
PYMES y apoyo a las familias para no ser desahuciadas.
-
La corrupción en el PP ha sido la norma en todas las instituciones
en las que ha gobernado con cientos de militantes imputados, sin que
la cúpula del partido haya hecho nada para atajar tanta perversión.
-
Para hacer frente al gasto público, el PP ha buscado el dinero
reduciendo los salarios, las prestaciones, las pensiones, arruinando
el fondo de reserva de la Seguridad Social (ha dilapidado 34.000
millones de euros), privatizando empresas públicas rentables y
servicios fundamentales (sanidad, educación, dependencia, aguas,…).
No ha querido mejorar la situación económica buscando fondos en
caladeros económicos poderosos: subiendo los impuestos a las grandes
empresas y a los ricos, combatiendo el fraude fiscal y el dinero
negro, acabando con la evasión de capitales y con los paraísos
fiscales.
-
La deuda pública se ha disparado a más de un billón de euros (100
% del PIB), cantidad totalmente impagable que hipoteca a varias
generaciones.
Como
podemos ver, la situación de nuestro país es mucho peor que cuando
el PP llegó al Gobierno. No nos debemos dejar engañar por cantos de
sirena que tergiversan la dura realidad que padece la inmensa mayoría
de la población.
La
irrupción de Podemos en la escena política supuso una convulsión
en el bipartidismo. Al Gobierno le ha entrado el pánico porque
percibe que perder el poder institucional le puede llevar al
desastre. Sabe que si se levantan las alfombras de la podredumbre que
esconde podrían acabar muchos de sus más altos cargos con los
huesos en la cárcel. Por eso, desde las elecciones europeas, los
ataques del PP y su circo mediático no han cesado (Errejón,
Monedero, Zapata, Maestre, Carmena,…) y han utilizado instituciones
independientes, como la Agencia Tributaria, para acusar sin pruebas a
personas relevantes de Podemos. Y seguirán. Manejarán, como lo han
hecho, a determinados personajes de la judicatura y la fiscalía,
para atacar sin piedad y con acusaciones falsas a todo lo que suene a
cambio y regeneración, sea Podemos, Ahora Madrid, Barcelona en Común
o Ahora en Común.
Su
profundo miedo se extiende a la sociedad en general. Quieren evitar
que la ciudadanía salga a la calle (manifestaciones y
concentraciones - derechos recogidos en la Constitución-) a mostrar
su disconformidad con la nefasta política del Gobierno. Para
impedirlo aprueban la
Ley de Seguridad Ciudadana (Ley Mordaza) que atenta gravemente a
derechos fundamentales: principio de seguridad jurídica, derecho
fundamental a la intimidad y a la libertad personal, derecho de
defensa y la presunción de inocencia, derecho a la información,…
El
Gobierno sabe, como ya ha ocurrido en Madrid (el 80 % de la deuda
puede ser ilegítima, según el responsable del Área de Hacienda),
que a medida que se hagan auditorías en las autonomías, ciudades o
pueblos que han gobernado, se esclarecerán muchos más casos de
corrupción con nombres y apellidos y se sabrá las empresas privadas
que se han lucrado de fondos públicos. No digamos, si cambia el
gobierno de la Nación y se averigua cómo se ha despilfarrado el
dinero de todos los españoles.
Es
imprescindible romper el lastre con esta Europa de los mercados, de
los poderes financieros. Es necesario recuperar nuestra soberanía
política y económica. Es urgente la unidad de todos los que desean
transformar esta dura realidad (buscando la fórmula adecuada, como
en Cataluña, C. Valenciana, Galicia,…) para que con un programa
de mínimos (no más de 15 ó 20 puntos), que recoja los profundos
cambios que nuestro país necesita, se pueda conseguir desbancar a
estos corruptos del Gobierno, poner las instituciones al servicio de
los ciudadanos y caminar hacia un país realmente democrático,
solidario y justo.
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