Jorge Alcázar
Colectivo Prometeo/ FCSM
Apenas han pasado unas pocas horas desde que Podemos
presentara su propuesta para formar gobierno, y ya la caverna mediática,
asalariada del poder, se ha lanzado cual jauría rabiosa para denostarla y
perseguirla. Desde inviable hasta absurda, pasando por prepotente y alejada de
la realidad, las críticas vertidas han venido disparadas, a diestro y
siniestro, por los mismos que en otros momentos han silenciado la deriva
neoliberal de los que ahora quieren presentarse como regeneradores y salvadores
de la patria, y que confunden en su discurso y práctica, socialdemocracia con
socialismo, para acabar diciendo aquello que nunca harán. Conviene recordar a
estas alturas de la película, que han sido los representantes y políticas del
PSOE, en connivencia con sus homólogos populares, quienes diseñaron un modelo
productivo basado en el pelotazo inmobiliario y cuanto de farándula y folclore
pudieran estrujar, destruyendo lo poco o mucho que de industria, modernidad e
innovación nos contemplara; fueron éstos quienes perfilaran un sistema fiscal
totalmente injusto y desigual, que premia con mecanismos como las SICAV a
aquellos que más poseen a la par que grava cada vez con mayor rigor a las
rentas del trabajo, dibujando de esta forma a quienes somos Hacienda; fueron
“socialistas” quienes a cuatro manos repartieron entre sus amiguetes las
empresas nacionales estratégicas en tiempos de bonanza, con la falta que hoy
nos hacen, cuidándose de colocar en los consejos de administración de las
mismas a los tótems de turno, y quienes han contribuido y siguen contribuyendo,
sin ningún tipo de pudor, a esta forma de construir Europa, la Europa de los
mercaderes y no de los derechos humanos, la del blindaje del pago de la deuda
por encima de las necesidades de los pueblos; y han sido estos, junto con sus
compañeros de viaje en las instituciones, quienes han copado el poder desde que
España entró en aquello que la oficialidad viene a llamar Democracia, y que yo
acompaño con las coletillas de encierra titiriteros, desahucia familias y genera
y blinda corruptos.
Sí, señores y señoras periodistas, economistas,
intelectuales, políticos y demás costra del sistema, ustedes y las señorías y
élites a las que representan y defienden, deben entender que si para rescatar a
los millones de españoles que se han quedado por el camino durante “su
recuperación económica”, hay que “meter la mano” en los bolsillos de los que
más tienen y se han enriquecido, lo haremos; que si para devolver el futuro hoy
negado a los millones de jóvenes de este país se deben eliminar los privilegios
de esta oligarquía española tan mal acostumbrada en su comodidad, lo
plantearemos; que si para recuperar la dignidad en el trabajo, en las escuelas
y hospitales, se debe decir no a la austeridad, no a los (fondos) buitres acreedores
y no a los intereses de los mil individuos más ricos del planeta, proponemos
decirle no a la Comisión Europea, no al BCE y no al FMI. ¿O es que acaso piensan
que hemos iniciado este viaje para llegar al mismo punto en que nos
encontramos?
Evidentemente, no. Pues
ustedes y sus representados -orondas barrigas aposentadas en los grandes
sillones ejecutivos del IBEX-35 y de aquella construcción mental llamada
“mercados”- tendrán que asumir, les guste o no, lo que una parte muy
considerable de la sociedad española, y por extensión europea y mundial (véase
Estados Unidos y el efecto Sanders) va perfilando en su porvenir y mente. Los
millones de votos a Podemos son un matiz –significativo- en este sentido. Si
Pablo Iglesias “no sabe dónde está” –Antonio Hernando ipse dixit-, los que
apoyaron a éste, los que apoyaron a Garzón –entre los cuales me encuentro- o
los que todavía quedan por apoyar pero que de seguro vendrán, empezamos a
saberdonde estamos y adonde queremos llegar, lo mismo que sabemos lo que no
queremos: sus políticas y corruptelas. Pues el sujeto antes planteado va más
allá de los nombres, los personalismos o las cúpulas. Lo que hoy se mueve en
nuestra sociedad se cuece desde abajo y se impulsa desde lo hondo de la
necesidad. Es de la necesidad, de la desesperación y del profundo sentimiento
de injusticia acumulado durante estas últimas décadas y percibido en nuestros
barrios, ciudades y países, de donde nacen las voces que
ponen eco a las propuesta “reales” de cambio; pero también es de la ilusión y
la esperanza de donde procede la fortaleza que debe sostener aquello que
vosotros tacháis de absurdo e ilusorio, de populista e infantil, y que
nosotros, los golpeados y calumniados que nos contamos por millones, afirmamos con total convicción que no sólo es
necesario, sino que además, es posible.
1 comentario:
Nunca acallarán la voz de la Justicia. Nunca.
Publicar un comentario