Manuel
Marrero Morales
Colectivo Prometeo
FCSM
En
el momento de terminar el último intento fallido de sesión de
investidura de Mariano Rajoy, conocíamos la noticia del nombramiento
de Soria, como Comisario Ejecutivo del Banco Mundial, en
representación del Estado español (y de México, Venezuela,
Colombia, Costa Rica, Salvador, Guatemala y Honduras). Este hecho,
nocturno y alevoso, contradecía de facto la tan cacareada
regeneración democrática del pacto del PP con el Frente Nacional
naranja. Lo único que parece que están dispuestos a regenerar es la
corrupción. Si no hubiera sido así ¿por qué no lo anunció Rajoy
en su discurso de investidura, como un ejemplo de cosas que hace bien
ese gobierno en funciones?
Nos
han inundado de argumentos que no van al fondo del asunto, como
"desvergūenza del PP", "error político",
incluso algunas críticas internas de sectores de dicho partido.
Tanto Rajoy como De Guindos (que en el mismo paquete que Soria coloca
a su sobrina, Beatriz De Guindos, como Directora alterna, puesto que
comparte con los paises que España representa) nos han intentando
engañar con aquello de que "Soria es un funcionario, que esto
es un mero acto administrativo, un simple concurso de méritos de un
funcionario", cuando todos sabemos que es un cargo de libre
designación del Gobierno, -que lo podía vetar- mediando eso sí, el
informe de una comisión designada por el Ministro de Economía,
compuesta en este caso toda ella por Técnicos Comerciales del Estado
(grupo funcionarial de Soria, en el que ha trabajado sólo cinco
años, pues el resto, hasta 21, los ha pasado en excedencia especial
en puestos políticos: alcalde, presidente del Cabildo,
vicepresidente del Gobierno Canario, diputado autonómico y estatal,
Ministro). Una vez más, son unos mentirosos compulsivos.
¿Por
qué Soria, a pesar de tanto escándalo y posible desgaste electoral?
Porque, con toda probabilidad, los que mandan de verdad en este país
han decidido que es el candidato idóneo para seguir defendiendo sus
intereses en esa institución concebida para la defensa de los
intereses del gran capital, como lo hizo desde el Ministerio.
¿Qué
méritos tiene este individuo que ha vivido peligrosamente cercano a
múltiples casos de dudosa legalidad y de reprobable falta de ética?
Recordemos los casos Salmón, Tindaya, Eolo, chalet, sus estancias
vacacionales en hoteles ilegales... su animadversión hacia la jueza
Victoria Rosell, sus reiteradas mentiras ante la aparición de su
nombre en los Papeles de Panamá, que trajeron consigo su dimisión
forzada como ministro, diputado y presidente del PP canario (que, por
cierto, lo recibió entre vítores y parabienes). Y siempre con un
rasgo predominante: su carácter autoritario.
El
ínclito Soria fue durante la pasada legislatura Ministro de
Industria, Energía y Turismo, un ministerio al servicio de los
intereses de las grandes empresas eléctricas, petroleras,
hoteleras,... en esencia de los que detentan el poder económico y el
poder político en este país. Y siempre unido a sus amigos del alma:
Mariano Rajoy y De Guindos.
En
abril de 2012, como Ministro y con grandes aspavientos, se trasladó
a la Argentina de Cristina Kirchner, que había nacionalizado YPF
(filial de REPSOL, con mayoría de capital extranjero), al grito de
"defensa de los sagrados intereses patrios de nuestras
empresas". Continuó su actividad ministerial con el "impuesto
al sol" (octubre 2015), que gravaba las placas solares de los
particulares, beneficiando a las compañías eléctricas Iberdrola,
Endesa y Gas Natural Fenosa y a sus dueños, gentes de los bancos y
las grandes fortunas. Tampoco tuvo empacho en enfrentarse al pueblo
canario, convirtiéndose en el adalid de los intereses de REPSOL,
permitiendo las prospecciones petrolíferas en aguas próximas a las
islas. Junto con Mauricio, se les puede adjudicar el título de
"conseguidores en Madrid para los intereses de la burguesía
canaria". Con esa hoja de servicios es evidente que la puerta
giratoria estaba muy engrasada. Y sólo tenía que rellenar la
instancia para solicitarlo.
Su
actividad parece que consistirá en trabajar un par de días por
semana, aprobando los préstamos del BM a países en desarrollo y
elegir, como han hecho sus predecesores, a personajes tales como
Rodrigo Rato, Dominique Strauss-Khan o Cristine Lagarde, todos ellos
de reconocida ejemplaridad ética. Por ello cobrará, libre de
impuestos, un salario de unos 226.000 euros anuales (más de 600
euros al día). Suponemos que, para echar unas horas extras y
completar salario, su admirado e imitado José María Aznar lo
paseará por los diversos foros y santuarios del neoliberalismo y,
juntos -sin mover el bigote-, se reirán a carcajadas de todos los
que con su voto los auparon al poder y del resto que los hemos tenido
que sufrir.
Basta
ya de corrupción, mentiras y atropellos de nuestros derechos y
nuestra dignidad. Sobran razones para desalojarlos cuanto antes del
Gobierno: ¿a qué espera el PSOE?
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