Manuel Delgado Millán
FCSM Córdoba
Hace 40 años que se abrieron las urnas. Perdonad que
vuelque aquí mis nostalgias. Había sido una campaña especial, nada que
ver con las de hoy. Tuve mitin casi cada día, a los que la gente acudía
en masa. Pegadas de carteles, reparto de votos casa a casa, venta de
bonos y camisetas para financiarnos, mucho trabajo militante de mucha e
ilusionada militancia. Hacia poco que tenía novia y la pobre no me veía
el pelo. Nunca olvidaré como se me abrazó llorando al terminar un mitin
con Ignacio Gallego en Fuente Palmera, mi pueblo.
Era ese día un punto de llegada, una victoria en si
misma para ''el partido'', era el único partido, el que luchó y pagó con
sangre no rendirse nunca ante el dictador. El que aglutinó a los
demócratas, los organizó y formó alianzas con todo aquél movimiento que
permitiera crear un gran bloque democrático. Nadie estaba excluido de
ese diálogo, a priori. En una detención, un compañero que tuvo la mala
suerte de venir conmigo, que nunca antes estuviera en un cuartel, al
salir libre me echó una bronca, me llamó loco porque, en sus palabras,
''había que estar loco para intentar afiliar al partido a los guardias
civiles'' que nos interrogaron.
Me acordé ayer al escuchar al portavoz del PSOE,
recordar que el fue militante de las juventudes comunistas y lo que
aprendió de los viejos militantes, de su entrega, su visión amplia,
generosa y de futuro de una España nueva.
No había otra, era obligado. Cuarenta años de represión
cruel, de miedo a flor de piel, de fusilamientos y cárcel de comunistas
enemigos de la patria. Cuarenta años de NoDo, de Radio Nacional y TVE,
de catequesis franquista, habían creado una España casi uniforme. Las
plazas se llenaban aclamando al grito de Franco, Franco, Franco. Dos
años antes, con 17, fui detenido por primera vez poner la única pancarta
que no había sido pintada con consignas a favor del régimen, en la
visita a mi pueblo del Ministro de Hacienda. El 6 de julio hará 42
años.
Dos años después, un día como hoy esa gente votaba a
partidos distintos. Había algunos recién creados, otros resucitados.
Hacia dos meses que ''el partido'', el de ''los comunistas'' había sido
legalizado tras su demostración de fuerza y razón democrática en el
entierro de sus últimos cinco muertos. Los abogados asesinados en la
calle Atocha de Madrid por un régimen sin salida e impotente, fueron la
última semilla de la libertad. La hija de uno de los heridos fue la
candidata propuesta en la moción de censura que presentó Unidos Podemos a
Cristina Cifuentes. Los aprendices de Rafael Hernando la llamaron
traficante, pederasta y nazi. Creedme que reconozco el odio sufrido
cuando los escucho. Cuando escucho a Rajoy llamarnos extremistas
radicales, porque no robamos, porque censuramos casi solos a los que nos
siguen robando cuarenta años después. Pablo tuvo que hacer memoria,
porque a ellos les sigue quemando su historia porque es su presente,
porque tienen miedo de que ellos no sean nuestro mañana.
Ese mañana que creí empezaría a llegar el 15 de julio de
1977, cuando poco antes de abrir las urnas veíamos, el presidente de
mesa y yo, desde la puerta, que los compañeros preparaban una fiesta
para celebrar el día. Sorprendido me preguntó que por qué era aquello,
que no creía que ganara el PCE. Le respondí que ya habíamos ganado, que
el resultado no importaba. El pueblo ha podido votar, esa es la
victoria. Ahora lo que decida es cosa suya. Nosotros ya hemos ganado, y
lo vamos a celebrar aunque no tengamos más votos que los nuestros.
También lo recordé ayer cuando Unidos Podemos ganó con
el orgullo de haber salvado, casi solos, la Dignidad de no rendirse ante
la corrupción de los herederos de la Dictadura.
También celebramos que ganó, frente al miedo y el
insulto, la fuerza de las palabras cargadas de Dignidad y de futuro.
También esas palabras de Irene y Pablo, son semillas esperando tierra
fértil. Celebramos que seguimos sembrando Libertad.
1 comentario:
"Hace 40 años que se abrieron las urnas. Perdonad que vuelque aquí mis nostalgias. Había sido una campaña especial, nada que ver con las de hoy. Tuve mitin casi cada día,"
Ese es uno de los problemas: te crees que fue una campaña especial PORQUE tuviste mitin todos los días. Como si "el mitin" fuera algo especial, diferente (y mejor) que el mitin que sigue dándose frente a las pretendidas masas. Más de lo mismo. Y es que el problema intelectual persiste
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