Rosa Blanco Casares
Colectivo Prometeo
FCSM Córdoba
Los
años de la Transición fueron unos años convulsos en los que la
ciudadanía aspiraba a cambiar las cosas, a romper con las cadenas
del régimen franquista. Hombres y mujeres, vivían con ilusión y
esperanza las ansias de libertad. Muchas personas venían de grupos
clandestinos de resistencia antifranquista, de los años anteriores a
la Transición, trabajando por la llegada de la Democracia, y a la
luz de la efervescencia del mayo del 68. Y entre estas, muchas
mujeres también fraguaban los discursos y la lucha contra la
discriminación femenina
Según
Mari Ángeles Larrumbe de la Universidad de Zaragoza, en estos años
previos, había tres corrientes diferentes, en las que se
aglutinaban mujeres que defendían una forma concreta de abordar la
discriminación femenina y y definir las estrategias para superarla:
“Por un lado, el Movimiento Democrático de Mujeres (MDM),
ligado al PCE, que consideraba que la mayor parte de los problemas
que vivía nuestro país, incluido el de la mujer, tenían su origen
en la naturaleza opresiva del régimen que padecíamos; por otro, los
planteamientos de la llamada izquierda radical, que propugnaba la
necesidad de la instauración de un sistema socialista como
precondición básica para abordar su correcta resolución; y, por
último, un pequeño núcleo, embrión del que más tarde sería el
Partido Feminista, que, inspirado en las aportaciones del feminismo
radical americano, analizaba la situación opresiva de las mujeres
desde una perspectiva marxista y de clase, heterodoxa frente al
enfoque tradicional de la izquierda”.(1)
A
la luz de estas ideas y después de un paréntesis de cuarenta años,
las mujeres empezaron a organizarse en grupos feministas, no
oficiales, pero con un claro contenido político. Había que
conseguir que se derogasen leyes y había que reclamar otras leyes y
servicios que posibilitaran la condición plena de ciudadanía para
las mujeres, no a través de sus maridos.
Así
surgieron múltiples grupos en torno a la despenalización del
aborto, la educación sexual y la legalización de los
anticonceptivos, y también en torno al derecho al trabajo
asalariado, la exigencia de guarderías y la amnistía para mujeres
presas por aborto, adulterio o prostitución. Eran además el soporte
de gran cantidad de mujeres que sufrían malos tratos. Los grupos
feministas fueron un claro espacio de autoafirmación, formación y
ayuda entre mujeres.
Muerto
el dictador, las primeras jornadas se celebraron en Madrid entre el
6 y el 8 de diciembre de 1975 y en ellas se trataron todos los temas
anteriormente señalados. La importancia de estas jornadas estriba en
que es la primera vez que se reúnen cientos y cientos de mujeres
sin experiencia previa, ya que el franquismo, a través de “ La
Sección Femenina” se había encargado de señalar el papel
fundamental de éstas como esposas y madres, borrando en el ideario
femenino las huellas de Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal,
Clara Campoamor, Victoria Kent, Margarita Nelken, Dolores Ibárruri,
Maria de la O Lejárraga, Carmen de Burgos y tantas otras que
defendieron los derechos de las mujeres, atreviéndose a ocupar
espacios en un mundo destinado a los hombres.
En
aquellas jornadas de 1975 también se vio la importancia de
fortalecer el Feminismo español, integrando la diversidad de grupos
e ideas surgidas de sus propias vivencias.
Como
hechos internacionales que sirvieron de referencia hay que destacar
que el año 1975 fue declarado “AÑO INTERNACIONAL DE LAS MUJERES”
por la Organización de las Naciones Unidas. Y por ello, en ese
mismo año, se convocó la Conferencia Mundial Gubernamental,
celebrada en México y el Congreso Mundial de Mujeres, en Berlín,
que fue dirigido a organizaciones no gubernamentales.
Con
este movimiento, ya más fortalecido, se logró convocar la primera
manifestación feminista en enero de 1976 y las jornadas de Barcelona
en marzo de ese mismo año; a las que asistieron en torno a unas
tres mil mujeres. Aquí se vio la importancia de estas organizaciones
analizando, elaborando, proponiendo y exigiendo cambios sustantivos
para el desarrollo de una democracia real, que respondiera a las
necesidades de la sociedad entera.
En
1977 se organizó por primera vez el 8 de marzo como Día
Internacional de las Mujeres. Y para las elecciones de ese año, 15
de junio de 1977, las primeras elecciones democráticas, se presentó
un listado de reivindicaciones de las mujeres a todos los partidos
políticos. En estas elecciones salieron elegidas veintiuna diputadas
y seis senadoras, entre ellas, los nombres más conocidos son Carmen
García Bloise del PSOE, Dolores Ibárruri y Pilar Bravo por el PCE.
Los partidos situados más a la derecha no incluían estas
reivindicaciones, más bien apelaban al ámbito familiar. Sin
embargo, los partidos más a la izquierda sí contemplaron un
tratamiento más amplio y detallado de las reivindicaciones
presentadas por las mujeres. Ese año llegó la amnistía para los
políticos que no tuvieran delito de sangre, pero no llegó para las
presas por aborto, adulterio o prostitución.
En
1978, tras campañas sucesivas organizadas desde el movimiento
feminista se consiguió la supresión de la vigencia del delito de
adulterio en el mes de marzo, la despenalización de los
anticonceptivos en el mes de octubre, la supresión del Servicio
social de las mujeres, que instauró Franco, y se legalizaron todas
las organizaciones feministas que lo solicitaron. El Movimiento
Feminista estaba andando y tejiendo redes.
Como
se ve, las mujeres sacaron a la luz, en aquel entonces, temas de
carácter político que aún hoy no están resueltos por completo,
como el aborto, la violencia de género, la prostitución, la
igualdad de salarios, la igualdad de oportunidades, etc, etc. Y esto
es así porque no figuran en las agendas políticas como temas
prioritarios. Y, sin embargo, ha sido el Feminismo en los años
posteriores a la Transición, quien ha aportado numerosos estudios,
datos y reflexiones sobre la forma de mejorar la sociedad en la que
vivimos todos y todas.
Artículos
consultados:
- (1) EL FEMINISMO Y LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA de Maria Ángeles Larrumbe Gorraitz de la Universidad de Zaragoza
- EL FEMINISMO EN LA TRANSICIÓN de Nuria Varela, recogido en 2013 Celia Amorós, España. Feminismo para tod@s . Historia del Feminismo.
- ESPAÑOLAS EN LA TRANSICIÓN. De excluidas a protagonistas (1973-1982). Varias autoras. Editorial Biblioteca Nueva. Madrid 1999.
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