Joan Avinyó
Apagan
las luces de la sala y una puñalada en el pecho mata el secretario general del
Partido Comunista español, Fernando Garrido. La militancia queda asustada al
enterarse de la noticia hasta que llega Carvalho. Su asesinato en el Comité
Central, una de las primeras novelas de Vázquez Montalbán con el investigador
gourmet y desordenado barcelonés.
El 29 de septiembre de 2016 se
apagaron las luces del Comité Federal del PSOE. En la calle Ferraz de Madrid
apareció un cuerpo lleno de cuchilladas. Eduardo Madina, Susana Díaz, Emiliano
García-Page, Javier Lambán, Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba, Zapatero
... El cuerpo sangrante en un vergonzoso comité federal donde la misión era
matar a Pedro Sánchez sin miedo y si era necesario con dolor.
El objetivo de la rancia cúpula
histórica socialista era acercar el partido al PP y alejarla de Podemos. Pedro
Sánchez se apartaba de la zona de confort de la España católica, apostólica y
sociata.
Aquel septiembre Sánchez no pudo
resistir tantos cuchillos. Los barones, baronesas y claque diversa (no olvidemos a Verónica Pérez con la célebre frase:
"Ahora la única autoridad del PSOE
soy yo") dejaron Pedro Sánchez en el umbral de la muerte, pero no del
todo.
Sorprendentemente unos días más
tarde apareció el ex-secretario general del partido tras el golpe de estado en
perfecto estado de revista en el bar HD de Madrid cerca de Ferraz. A las 9 de
la mañana de un domingo Jordi Évole le grababa por Salvados. (Por favor,
recuperad la entrevista y visualizadla ab
nauseam) No se puede encontrar en abierto, debería pasar a la Facultad de
Ciencias Políticas. The walking dead.
El muerto resucitaba. Tragaban saliva los barones: enfrente Pedro Sánchez con
las heridas cicatrizadas de las múltiples cuchilladas.
Y Sánchez sobrevivió y venció. El
asesino silencioso. La venganza de Don Mendo. Moción de censura el 1 de junio
de 2018 y la victoria inesperada que acababa con los whiskys de Mariano Rajoy en el Restaurante Arahy de la calle
Alcalá, junto al Congreso.
Pedro Sánchez se convertía en
Presidente y Pablo Casado en jefe de la oposición. Y allí continuaba la nueva,
ya vieja política, Rivera y Iglesias. Y el independentismo.
Convocatoria de elecciones y el
muerto ha revivido definitivamente. El asesinato en el Comité Federal no ha
sido tal. Carvalho ni ha llegado y los asesinos han quedado retratados. El
síndrome del bar HD, del bar de Évole, aquella entrevista. ¡Ay aquella
entrevista!
Sánchez ha ganado con el PSOE las
elecciones y tiene la llave del gobierno de España para que las derechas no
sumen. Qué error de las derechas, ¡qué grave error! Han dejado la piscina
olímpica del centro en el PSOE en España. La gente quiere debatir, quiere
llamar, quiere hacer tuits, pero quiere vivir tranquila. Y no quiere
extremismos que evoquen pasados. Que hay nostálgicos del pasado es obvio. Que
hay gente que crea un muro de contención entre el independentismo, el feminismo
y la inmigración sin matices también. Pero no son los suficientes. Cuando viene
la derecha más extrema, la moderación central (que no centrista) se moviliza.
Y el error del PP ha sido este:
no captar el voto del medio, el moderado, el Rajoy de la primera etapa ...
Calienta la banda para dentro por poco tiempo Alberto Núñez Feijóo o Cayetana
Álvarez de Toledo, que esta noche se posicionaba en el mejor discurso de la
noche. La estrategia de Casado ha sido dramática en un discurso electoral que
dejaba Santiago Abascal menuuuudo, casi en un moderado.
Ciudadanos se sitúa como garante
de la alegría de la derecha, a pesar de una campaña electoral teatral,
sobreactuada, los papeles, fotos y gadgets de Rivera en los debates, aquella
carrera atlética del viernes, ridícula y el grito de Rafa Nadal apropiado para
el partido naranja: "Vamos ...".
¡Ciudadanos aumenta y se lleva parte del voto perdido del PP!
PSOE y Ciudadanos al final de la
noche sumaban, pero, ay! sale la militancia en la calle Ferraz y le empieza a
gritar en la cara de Pedro Sánchez: "Con
Rivera no". Respuesta Sánchez: "Me ha quedado claro".
Tengo la sensación de que hay más
ganas que PSOE y Ciudadanos pacten en el Ibex, en la prensa de Madrid y a la
derecha habitual. Es en este punto es donde vale la pena recuperar aquella
entrevista del bar HD de Madrid entre Pedro Sánchez y Jordi Évole: "Hubo responsables empresariales que trabajaron
para que hubiera un Gobierno conservador” - dijo Sánchez. “He cometido errores: en el primer comité no
sabía exactamente qué era Podemos. No supe entender la cantidad de gente que quiere
renovar la política detrás de Pablo Iglesias. El PSOE debe mirar de tú a tú y
trabajar codo con codo con Podemos. "
The walking dead pacta con Podemos, mientras Casado y Rivera se
pelean por liderar la oposición. Sánchez gana. Arrasa. Tritura. Auxiliado por
su fiel escudero Iván Redondo, director del gabinete de la presidencia del
gobierno de España, profesional que ha acompañado los últimos años Sánchez, que
nos hace creer lo que sea: que Pedro Sánchez gana la Moncloa por decisión de
las urnas.
En Cataluña, ERC es el gran
éxito. La rueda de prensa de Oriol Junqueras desde la prisión le empujó. Esquerra se ha convertido en el partido
de orden. ERC sobrepasó ayer el millón de votos en Cataluña, convertido a estas
alturas en el partido de orden. Orden dentro del independentismo sin renunciar
a denunciar la represión del estado a través de presos políticos y exiliados. Y
orden interno todos en torno a un líder, Oriol Junqueras, que gana estas
elecciones.
Pero atención porque Junts per Catalunya acuchilla cualquier
encuesta y aguanta, pierde un diputado, es bien cierto, y se queda con siete. Y
sumados los votos de Izquierda y los del Frente Republicano da un 39,4 de voto
directamente independentista en unas elecciones que no lo eran y demuestra que,
después del 1 de octubre, la voluntad de ser un estado propio es inamovible en
el pensamiento de la gente. En las últimas elecciones españolas había un 32% de
voto independentista. En escaños se pasa de los 16 de 2016 a los 22 de 2019.
Es por ello que el resultado de
la suma de la derecha baja en picado. Si en las elecciones españolas del 2016
sumaron 11 escaños entre Ciutadans y el PP en Cataluña, ayer sólo en fueron
siete. Se mantienen los cinco de Cs, pero el batacazo del PP, que se queda con
uno de Vox por Barcelona y otro del PP, escaño raquítico de Cayetana Álvarez de
Toledo, con galones de marquesa, pero con resultado electoral de plebeya. El
independentismo no pierde comba, pero cambia el orden de los factores que no
altera el producto. Esquerra da la vuelta
y pasa claramente por delante de Junts
per Catalunya.
¿Qué dice todo esto? Sencillo.
Gana el diálogo. El PSOE ha tenido que aguantar embestidas de la derecha
fraccionada los últimos meses: que si el partido del indulto a los presos, que
si el partido del pacto con los independentistas, que si el partido que ha
pactado con el golpista Quim Torra. Ha perdido el ruido, ha perdido la campaña
de Twitter (claramente un mundo paralelo), ha perdido el grito. Gana la
conversación. Sentarse y a ver que acordamos. Por eso chirría el pacto
PSOE-Ciudadanos como ayer le llamaba la militancia a Pedro Sánchez en Ferraz.
Sánchez no puede evitar mirar
frontalmente lo que ha pasado en Cataluña y en Euskadi. Gobernará gracias al
empuje del PSC y deberá intentar seducir como pueda prácticamente un 40% de la
población que ha votado independentismo. Aunque lo más demoledor ha sucedido en
Euskadi: Cs, el PP y Vox han sumado cero escaños. Cero. Gana el PNV con 6 y Bildu sube a 4.
La gente quiere diálogo y no
quiere ruido. Quiere sentarse y no quiere provocaciones. Efectos curiosos:
Ciudadanos sube en España, pero ceroen
el País Vasco y los mismos cinco hace tres años en Cataluña, muy por debajo del
resultado de las elecciones catalanas. ¿Tiene algo que ver el paseo de Rivera
por Altsasu o el de Arrimadas por Amer o Torroella?¿Esta política de ir
(evidentemente puedes ir), pero que muestra más una provocación que una
disposición? Por qué Ciudadanos aumenta un 50% sus votos en España y no aumenta
escaños en Cataluña?
Y mientras allí en medio de la
piscina olímpica del centro nada Pedro Sánchez, asesinado por el Comité Federal
del PSOE en septiembre de 2016, resucitado unas semanas más tarde y presidiendo
España por las urnas tres años después. Ha vuelto Django desencadenado, la venganza
de Don Mendo. No se oyen los barones, ha enmudecido Aznar, no se pactará con
Rivera. Sonríe Pedro Sánchez. Como leemos en un pasaje de “Asesinato en el Comité Central “de Vázquez Montalbán:
"Uno de éxitos culturales de la derecha el último cuarto de siglo
ha sido destruir la idea de esperanza y de futuro" dice el portavoz
del Partido Comunista.
Lo podría haber dicho Pedro
Sánchez. No le ha hecho falta ni Carvalho, ni Biscuter, ni Charo. Sol ha
resucitado el PSOE. El asesinato asesino. Con la sonrisa desde la prisión de un
Junqueras que saluda con la mano desde la celda. Con la sonrisa, la revuelta.
La revuelta de las izquierdas.
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