jueves, 20 de octubre de 2022

Una Jugada maestra para desindustrializar Europa

           


                                                            

                                             

Remedios Copa
Colectivo Prometeo

    Desde 1944 EE UU se erigió como primera potencia mundial gracias a sus extensas redes creadas con su influencia económica, tecnológica, militar y monetaria. Todavía su moneda es la reina de las transacciones que se realizan en el mundo porque de momento consiguió eliminar la competencia del euro y su pretensión es eliminar, si fuese posible el rublo y mantener a raya el yuan. Gracias a ese poder, es capaz de provocar cambios en la opinión pública de países más débiles cuando se lo propone.

Su dominio sobre la ONU y la utilización de la OTAN como herramienta de guerra para conseguir sus objetivos, le permite poner y quitar gobiernos a su antojo  en función de sus intereses, y también utilizándola como instrumento económico para hacer que decenas de países cumplan fielmente sus deseos, incluso a costa de tirarse tiros en el pie, con tal de satisfacer a los EE UU a la hora de imponer sanciones económicas a aquellos países que no se dobleguen ante su poder, posean recursos apetecibles o puedan cuestionar su hegemonía. Para estos casos la supuesta “defensa de la libertad y los valores democráticos”, interpretados según la conveniencia del momento,  serán el argumento para la intervención.

Las sanciones impuestas por la UE a Rusia no solo han disparado los precios de la energía, también han generado un gran empobrecimiento en la ciudadanía, un retroceso económico que ya se empieza a calificar de estanflación, y lo que es más grave, empieza a correr el riesgo de extinción la industria europea, al menos de una gran parte, lo que conlleva una avalancha de paro inminente. ¿Y eso por qué?

Porque las sanciones económicas impuestas a Rusia hacen que el gas que ahora hay que comprar a EE UU resulta como mínimo tres veces más caro que el que se compraba a Rusia y, como la industria europea es una gran consumidora de energía, una gran parte no será sostenible debido a su encarecimiento. A ese cierre de empresas hay que añadir que, junto con la deslocalización que ya está comenzando, el desmantelamiento industrial de Europa tendrá escasos visos de recuperación en el futuro.

Esa recuperación se verá dificultada porque  por un lado nos enfrentamos a una escasez de recursos por agotamiento de las reservas del planeta, pero por otro la razón que me induce a pensar de ese modo se basa en que esta inmersión irracional en la escalada belicista empujada por EE UU contra Rusia, y con más ánimo de provocar a Putin que de ponerle fin a la guerra, no solo trae consigo un ingente aumento del gasto militar en detrimento de la dotación de los servicios básicos de bienestar social que para la gran mayoría de la población son imprescindibles, sino que nos somete al riesgo de ser víctimas de las armas nucleares y a los efectos de posibles atentados a centrales nucleares, por ejemplo. Pero aún al margen de lo señalado, el riesgo de la desindustrialización del viejo continente viene de la jugada maestra de los EE UU.

EE UU con esta guerra ha estrangulado a la UE como competidora económica en el mercado y como posible potencia geoestratégica, al haber roto definitivamente las relaciones tanto sociopolíticas como comerciales entre la UE y Rusia y estrangulado a Alemania, la economía motora de la UE; esa cuestión ya la tienen garantizada con la voladura de los dos gaseoductos, (por si a Alemania se le ocurría tontear con acuerdos inoportunos), esos que poco antes del atentado Biden aseguró que nunca funcionarían y que ahora ya están irrecuperables, a los que hay que añadir otros dañados estos últimos días en territorio de la UE. Pero además, el encarecimiento de la energía se está haciendo inasumible para algunas empresas y reduce considerablemente el margen de beneficios en otras; por esa razón muchas huyen a otros lugares en los puedan seguir obteniendo mayores porcentajes de beneficio y  buscan espacios en los que puedan abastecerse de energía más barata, caso de los EE UU dónde dispondrían de energía hasta siete veces más barata que la que están pagando en Europa, razón por la que grandes empresas europeas se van trasladando allí.

De este modo, no solo engorda la industria bélica norteamericana y del Reino Unido, también la de componentes y otras ramas de la industria se están estableciendo ahora en EE UU, dónde además de la energía más barata se encuentran con que las normas, los derechos laborales y los impuestos son mucho menores. A nadie se le oculta que muchos trabajadores en los EE UU viven en la calle, en tiendas de campaña o en el coche, porque su salario nada tiene que ver con el nivel de vida del país, solo al alcance de los ricos.

Parece que EE UU esté trabajando en la línea del Plan Morgenthau, pero ahora aplicado a Europa. Entonces, en 1944, trascendió una filtración a la opinión pública norteamericana cuya reacción disuadió a Franklin Delano Roosevelt del proyecto, si bien en ocasiones posteriores intentó reintroducir algunos puntos. Actualmente, EE UU está trabajando para hacerse con la mayoría de las empresas europeas, en la línea de dicho plan y, a tenor de lo que manifiestan los observadores de la industria, una crisis prolongada terminará por erosionar la industria europea para siempre.

Entre los gigantes que se están desplazando a EE UU está la mayor siderúrgica del mundo, la Arcelor Mittal, fruto de la fusión de una empres europea y otra americana en el año 2006, cuya sede está actualmente en Luxemburgo. Pandora, joyera danesa, ya se expandió en EE UU y Tesla ya abandonó su proyecto de apertura para fabricar las celdas de baterías en Alemania.

Esta deslocalización no solo la realizan empresas en apuros, también la están realizando otras con cuentas bien saneadas y obteniendo buenos beneficios pero ya sabemos cuál es el espíritu del capitalismo: maximizar beneficios en todo momento y sin mirar atrás.

Arcelor Mittal recortará su producción en 1.500.000 toneladas para este trimestre y abrió expediente de regulación temporal de empleo a 8.300 trabajadores en España hasta finales de 2023, pese a estar obteniendo grandes beneficios, (lo increíble es que esto se consienta). Anuncia que abrirá factoría en Texas porque allí cuenta con energía más barata e incluso hidrógeno a precio más competitivo.

Otras industrias que se verán avocadas a trasladar su producción en el futuro a los EE UU, y con ello los puestos de trabajo y sus impuestos son, además de la industria del acero, las de fertilizantes, caucho, plásticos, metalúrgicas, químicas y papeleras.  Junto con ellas se llevarán a los más cualificados, dejando una Europa desierta de los principales saberes y la experiencia necesaria para retomar determinadas industrias.

En España ya sufrimos consecuencias de ese tipo cuando se desmanteló la industria naval y Pemex se llevó a México la tecnología y una parte de los expertos, incluso de las industrias auxiliares de la naval en Galicia; otros especialistas fueron absorbidos por industria naval de países nórdicos o asiáticos de modo que, cuando algunas empresas gallegas volvían a tener contratos, carecían de técnicos especialistas e incluso de trabajadores expertos en diferentes labores específicas y eso obligaba a retrasar la producción hasta terminar de formar a trabajadores nuevos.

Otra sangría similar de conocimiento ocurrió con la crisis de 2008 cuando el país se iba quedando sin los jóvenes formados en España y, aunque la ministra Báñez lo achacaba a que los jóvenes españoles eran muy aventureros, lo cierto es que se marchaban por pura necesidad de un puesto de trabajo, teniendo que aportar sus conocimientos al desarrollo económico y tecnológico de países que no habían invertido en su formación y que, en muchos casos, podían ser competidores del nuestro.

Países como Alemania, con un 30% de los empleos en la industria, (en torno al millón de trabajadores), una crisis en ese sector sumada al empobrecimiento general que se está extendiendo en toda la UE y al aumento de la inversión cada vez mayor en gasto militar en detrimento del bienestar social, conllevará a una crisis social importante, algo que ya se está produciendo con más o menos intensidad en casi todos los países de Europa. El descontento social y el rechazo a la guerra es cada día mayor por mucho que quieran taparlo. El rechazo a la OTAN también alza cada día más voces.

La gente tiene miedo y esos paseos de las fuerzas de la OTAN maniobrando en la frontera con Rusia con armas nucleares a bordo, empieza a hacer que le teman tanto como a Rusia, porque de momento y que se sepa son las únicas armas nucleares que están sobrevolando la U E y eso es muy peligroso, incluso por un mero accidente de la propia OTAN, sin olvidar la escalada que supone en la provocación a Putin y eso la gente lo percibe cada vez más y  su miedo aumenta porque no muestras de voluntad negociadora pese al precio que estamos pagando todos en la U E, por una guerra que para nosotros es muy peligrosa y ruinosa.

Mientras Europa se hunde EE UU está obteniendo pingües beneficios y su gente muy tranquila fuera del campo de batalla. La “América primero” de Trump no lo es menos para Biden.

 



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