Colectivo Prometeo
Conocida también como la Pasionaria Lucense, Enriqueta Otero Blanco nació el 10 de febrero de 1910 en la Casa Ribón, del municipio de Castroverde, provincia de Lugo. Estudió bachillerato en el Colegio de La Milagrosa y después Magisterio, profesión en la que ejerció su primer destino en San Cosme de Barreiros, donde también creó el grupo de teatro “O Punteiro do Carriño” cuyas representaciones recorrieron A Fonsagrada, Montefurado, Corcoesto, Vilagarcia y Pontevedra, llevando la cultura a los pueblos y también a las zonas rurales. Esta maestra de corazón consideraba que las actividades rurales iban más allá de la labor social y de seguridad alimentaria que la ONU reconoce a las mujeres rurales y, entre esas actividades a desarrollar en el medio rural están la educación y la cultura, actividades a las que volvería una vez liberada de la cárcel tras su actividad política. Durante esa primera etapa de maestra atípica, fue actriz, directora de teatro y estuvo inmersa en múltiples actividades, llevando la cultura y el saber a donde era más necesaria.
Tras aprobar las oposiciones de Magisterio se fue a Madrid, dónde amplió sus estudios en la especialidad de sordo-mundos y terminaría viviendo un sin fin de experiencias muy diferentes a lo que había sido su etapa anterior.
Enriqueta Otero Blanco, maestra, feminista y comunista, provenía de una familia rural acomodada y un padre de origen hidalgo; de niña comenzó su enseñanza de la mano de un tío sacerdote en quién encontraría apoyo en posteriores años difíciles.
Hizo una inmersión en la cultura madrileña, tan diferente de la de su origen. En Madrid participó del ambiente cultural y político de pre-guerra y, fruto de los debates e intercambio de ideas, ingresó en Partido Comunista de España en 1936. En la plenitud de su carrera aconteció el golpe de Estado y estalló la Guerra Civil, momento en el que Enriqueta no dudó en incorporarse a la 1ª Brigada Móvil de Choque, que dirigía Valentín González, “El Campesino”, llegando a alcanzar en el ejército el rango militar de comandante como miliciana de la cultura.
Actuó como practicante en el hospital de Carabanchel, en el que fue designada coordinadora y ocupando la administración del hospital. Trabajó junto al Doctor Gómez Ulla; dirigió y creó varios centros médicos y culturales en diferentes lugares, organizó guarderías para los hijos de soldados y montó un hotel dónde podían descansar las viudas y acompañantes de soldados heridos. Fue secretaria personal de Dolores Ibárruri durante la guerra.
Al final de la guerra fue detenida y llevada prisionera a la cárcel de mujeres de Ventas. Protagonizó motines y terminó fugándose junto con un grupo de reclusas huyendo en tren a su tierra natal haciéndose pasar por franquista y refugiándose en Lugo al amparo de un sacerdote amigo, Manuel Gómez Díaz, que la ocultó en su casa hasta que fue denunciada y después la ayudó a huir hasta que pudo ocultarse en los montes y formar un grupo de guerrilleros, donde ejerció con el seudónimo de Mª das Dores durante más de 7 años, hasta que fue detenida en una emboscada al ser delatada por un policía infiltrado en la guerrilla y encarcelada en Lugo. Durante la detención en Lugo fue víctima de torturas, desde la aplicación de corrientes eléctricas a otros tormentos que le destrozaron el cuerpo, teniendo que asistir al juicio arrastrándose apoyada en muletas.
Juzgada por un Tribunal Militar, acusada de atentado contra la fuerza pública, fue condenada a muerte en 1946 pero, (al parecer, gracias a presiones exteriores de una campaña internacional de solidaridad), la pena fue conmutada por 30 años de prisión. Desde 1945 hasta 1965 vagó por varias cárceles hasta que en 1965 salió en libertad.
Enriqueta Otero fue la sobreviviente más conocida de la guerrilla antifranquista gallega, una de las pocas mujeres que se vieron obligadas a vivir en el monte durante 7 años y resultó herida en diversos enfrentamientos. Algunas referencias la sitúan como organizadora de los maquis en Galicia y, como militante comunista aparece reseñada como participante en la vertebración de la resistencia junto a Benigno Andrade “Foucellas”, Marcelino Rodríguez Fernández “Marrofer”, José Castro Veiga “El Piloto”.
En 1974 fue rehabilitada como maestra y en 1975 se le asigno destino en la escuela de Fontarón. Puso en marcha el proyecto “O Carriño”, en una palloza en el parque Rosalía de Castro en Lugo, para trasladar los conocimientos universitarios y la cultura a la sociedad.
En 1977 fue candidata al Parlamento español por el Partido Comunista de España en las elecciones generales. Falleció en el Hospital San José de Lugo a causa de un problema renal cuando estaba a punto de cumplir los 80 años.
El Ayuntamiento de Lugo le dedicó una calle y editó el libro “As vidas de Enriqueta Otero Blanco”; en Santiago de Compostela se abrió en 2005 un centro social que lleva su nombre.
En estos días de conmemoración del 8 de marzo como día de la Mujer Trabajadora, sirva este breve espacio como recuerdo y homenaje a una mujer admirable, comprometida con la sociedad, la enseñanza, la cultura, la democracia y el feminismo.
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