Pepe Aguza
Colectivo Prometeo
Uno de los síntomas de una
sociedad viva es su poder reivindicativo, algo que salvo en contadas ocasiones
se ha ido reduciendo en los últimos años, después de aquellos tiempos de la
transición en que la movilización era permanente.
Aquellas manifestaciones
reivindicativas de los astilleros, mineros, fábricas e industrias, de los Primeros de Mayo, que han ido perdiendo
protagonismo y no porque los problemas, el desempleo o la precariedad laboral
hayan desaparecido.
Hoy las calles solo son invadidas
de forma masiva el Día de la Mujer o en la Fiesta del Orgullo LGTBI, ambas de
enorme repercusión festiva y reivindicativa por sus derechos y visualización,
además de como no, por la usurpación y protagonismo de la Iglesia Católica con
multitud de actos religiosos y procesiones de manera permanente.
Los actos de la Semana del
Orgullo y la manifestación, celebrada en Madrid del 23 de junio al 2 de julio,
atravesando el centro de Madrid, desde Atocha hasta la Plaza de Colón, con
decenas de carrozas en distintos escenarios, como el de la Plaza de Pedro
Zerolo, Plaza del Rey, Plaza de Callao o Plaza de España, pusieron de
manifiesto sus reivindicaciones y programas de actividades, de unos actos que
conmemoran su origen en los disturbios ocurridos el 28 de junio de 1969 en el
pub Stonewall Inn, del Greenwich Village neoryorquino, tras una redada policial
y que marcarían el inicio de sus reivindicaciones a nivel mundial.
Los actos y la Fiesta del
Orgullo, este año coincidieron con el inicio de la Presidencia Española de la
Unión Europea, e intentaron visualizar su imagen y reivindicaciones sociales y
de Derechos Humanos con un enfoque europeísta, en estos momentos de amenazas a
sus logros por la derecha que pretende gobernar el país en las próximas
Elecciones Generales del 23 de julio, sumergiendo nuevamente al país en un
calabozo de retrocesos, recortes y represión.
El aproximadamente millón de
participantes en la Fiesta y todos los colectivos LGTBI del Estado, en estos
momentos se enfrentan a un gravísimo peligro, si la derecha consigue gobernar y
deberían actuar con firmeza y energía, rechazando con sus votos el acceso al
Gobierno de la nación del señor Núñez Feijóo del PP y de Santiago Abascal de
VOX, quienes ya están demostrando sus intenciones en aquellas Comunidades y
Ayuntamientos, donde se instalaron tras su triunfo en las Elecciones
Autonómicas, con sus recortes de servicios, derechos y discursos de homofobia y
odio.
La mejor defensa de sus derechos
y reivindicaciones, es evitar la abstención y acudir mayoritariamente a votar a
partidos progresistas de izquierdas, capaces de defender y avanzar en derechos
civiles de todos los colectivos.
La intención de Núñez Feijóo es
clara, evitando el debate en un medio público como es Televisión Española y
ofreciéndolo exclusivamente en una televisión privada como es Antena 3, lo que
demuestra su propósito de deterioro de lo público frente al interés
privatizador.
La reducción de impuestos que
propugna, ponen en peligro el estado del bienestar, la sanidad pública, la
enseñanza, los servicios sociales, las pensiones, etc. Igual que pretende,
según manifiesta, con el recorte de otros derechos y derogación de leyes
progresistas como la eutanasia, la reforma laboral, las pensiones, de memoria
histórica, de vivienda, ley de igualdad (ley trans), ley del cambio climático,
ley de grandes fortunas y así con más de un centenar de leyes y normas
progresistas que el actual Gobierno de coalición, el primero en más de cuarenta
años de democracia, surgió el 7 de enero de 2020, que haría subsistir a este
país en el último y más peligroso lustro con una pandemia sanitaria que
asolaría el mundo, descomunales incendios que asolarían todo el territorio,
erupción del volcán de La Palma o por último la Guerra de Ucrania que tan
funestas consecuencias está generando al resto de Europa.
En idénticos términos radicales y
más peligrosos, se muestran los propósitos de la derecha neofranquista de VOX y
Santiago Abascal, que de llegar a cogobernar con el PP, impulsaría bajar los
impuestos o eliminar otros, fomentando la constitución de mutuas, mecanismos y
organismos privados, suprimir todas las subvenciones a organizaciones
empresariales y sociales de interés público, impulsar el turismo como forma de
creación de empleo, reunificación del mercado nacional, expulsión de
inmigrantes ilegales, supresión de las cámaras autonómicas y de todos los
diputados que no representen la soberanía nacional, revisión de las relaciones
entre España y la Unión Europea, etc.
Con esta amenaza permanente, el
cogobierno del PSOE y Unidas Podemos y el apoyo puntual de otras fuerzas
progresistas, han permitido que el país lograra avanzar económicamente con la
menor inflación de toda la zona euro a principios de año, con solo el 5´6 %
frente al 9´2 % de la media europea.
La única forma de contener el
avance de la derecha, es seguir luchando por unos derechos sociales
progresistas, por unos impuestos justos y equilibrados, por la defensa y mejora
de sus servicios públicos, votando sin dejarse engañar por los falsos cantos de
sirena de Feijóo y Abascal, acudiendo a votar con firmeza, porque con toda la
presión ejercida hemos logrado estos avances que no podemos permitirnos
desperdiciar.
¿Qué no seremos capaces de
conseguir si logramos mantener un gobierno progresista y de izquierdas?
El mantenimiento del estado del
bienestar y el futuro será exclusivamente tuyo con tu voto. Las urnas te
esperan el 23 de julio, vota con inteligencia y conciencia.
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