Remedios Copa
Colectivo Prometeo
El aumento del gasto
militar no es una exigencia nueva para la que se han esgrimido razones
cambiantes a lo largo del tiempo que sostenían el argumentario para promover la
implementación del gasto militar, cuyas variaciones fueron desde la exigencia
de EEUU a la UE de cumplir con la inversión del 2% en defensa militar a la
exigencia del envío de armamento a Ucrania para la guerra con Rusia y
posteriormente la necesidad de renovar el armamento en los países de la OTAN, (que
por cierto debe adaptarse a los estándares impuestos por los EE UU). Ahora Stoltenberg
afirma que los aliados necesitan abastecer sus arsenales por culpa de la guerra
de Ucrania.
También conviene no olvidar que no es nuevo el
planteamiento de convertir la industria europea en industria de guerra para
apoyar a Ucrania; de eso hace ya algunos meses que se viene hablando en
distintos foros. Posiblemente porque los stocks de EEUU se estaban agotando y
posteriormente ocurriría lo mismo con el de los países aliados.
Últimamente Borrell
afirmó que se apoyará a Ucrania con todos los medios que haga falta y eso
podría incluir medios financieros, dotación de armas e incluso militares
europeos que acudiesen como “voluntarios a nivel individual”. Hay fuentes que
señalan la presencia de soldados de soldados de algún país en Ucrania con
diferentes pretextos, entre los que no faltarían los de ayuda humanitaria y el
de entrenamiento.
Aunque no parece haber unanimidad total en cuanto a las medidas a tomar, lo que apuntan algunos observadores es que buscarán fórmulas que permitan intervenir de alguna manera, a título individual, a los países que están por labor de implicarse más activamente en la guerra. No obstante esa sería una decisión peligrosa que permitiría a la OTAN un lavado de cara para entrar directamente y sin tapujos en la guerra si Rusia respondiera a la implicación directa de alguno de los países de la OTAN en la guerra de Ucrania; esa acción de respuesta rusa le estaría dando argumentos frente a la ciudadanía de los aliados para meternos a todos abiertamente y formalmente en la guerra contra Rusia según el artículo nº 5 de sus estatutos.
Ahora que tanto EE UU
como el resto de los países de la OTAN ya fueron enviando la mayoría de de su
arsenal obsoleto, seguido de otros tipos de material puntera e incluso, como en
el caso de Reino Unido, el envío de armamento con cabezas nucleares. Todo ello
no ha dado lugar a nada positivo y por el contrario a supuesto una escalada
cada vez más peligrosa en la guerra que apunta a pasos de gigante a la tercera
guerra mundial, o incluso a la guerra nuclear que podría terminar con la
humanidad. En este sentido, Europa será la primera en afrontar las
consecuencias de una escalada en la guerra.
El juego de la OTAN en el
encuentro de Vilna, asegurando que la integración de Ucrania en la Alianza está
más cerca que nunca, y con Jens Stoltenberg diciéndole a Volodímir Zelenski que
su país y el resto de los países de la OTAN se reúnen “como iguales” y que
ansía encontrarse pronto como aliados ha provocado que Rusia amenace a Europa
con una mayor confrontación si la OTAN continúa la integración de Ucrania en la
Alianza. Y aunque la OTAN intenta calmar a Zelenski con una entrada ambigua y
sin fecha, y utilizar un lenguaje ambiguo de cara a la galería, lo cierto que
Stoltenberg afirmó que Ucrania y los
aliados se reunirán como iguales y podrán, cualquiera de ellos, convocar
reunión a nivel de líderes o mandos militares, lo que Zelenski agradeció
diciendo que el Consejo no es un instrumento de participación, sino de
integración.
Junto a ese riesgo cada
vez más probable, la pérdida de vidas humanas en esa guerra ya es abrumadora. Hay informaciones que apuntan a que la situación
en Ucrania es tan grave que se está abordando a ucranianos en la calle y
obligándoles a ir al frente. Zelenski ya amenazó con la cárcel a los
reservistas que se nieguen a incorporarse al frente y así consta en la orden
emitida al respecto; pero más espeluznante resulta la filtración de que el
Gobierno de Kiev está echando mano de la población pro-rusa y obligándola a ir
al frente contra los rusos para salvaguardar a los miembros nazis de su
ejército y de la población civil.
Stoltenberg afirma que
Ucrania se está quedando sin munición y por eso es importante enviarle cuanto antes
las bombas de racimo. Las bombas de racimo son armas que están prohibidas en
más de 120 países, denunciadas por la ONU y por Cruz Roja y otras
organizaciones humanitarias por sus efectos devastadores tanto sobre los
militares como sobre la población civil. Son bombas que estallan en el aire
produciendo una lluvia de explosivos con temporizador, arrasando todo, sin
discriminación entre objetivos civiles o militares, con el agravante de que las
que no estallan de inmediato se convierten en las temibles minas anti persona.
Se calcula que entre el 10 y el 40% de las bombas no estallan en el momento,
por lo que mucha de esa munición es activada accidentalmente por población
civil incluso muchos años después del conflicto bélico; ejemplo de ello son las
muertes y mutilaciones que todavía se continúan produciendo en países como
Laos, Vietnam u otros que las sufrieron en el pasado.
Pero Joe Biden dice que hay que enviarles
miles de bombas de racimo porque se están quedando sin munición y las
necesitan. Son bombas que pueden ser disparadas desde tierra o desde el aire
por los obuses de 155 mm que posee el ejército ucraniano. Cada una de esas
bombas puede rociar un espacio similar a tres campos de fútbol con las 88
bombas de metralla que contiene.
Según la organización
humanitaria Human Rights Watch el ejército ucraniano ya utilizó ese tipo de
bombas de racimo en el ataque a la ciudad de Izium, causando varios civiles
muertos y heridos cuando trataban de arrebatarle la ciudad a los rusos en
septiembre de 2022. Tanto los informes de esta organización como otras de
Derechos Humanos o de la propia ONU son tachados por Kiev como de enemigos
pro-rusos.
Esta reunión de la OTAN
en Vilna tiene este tema en su agenda, aunque como decía y así venían apuntando
distintas fuentes, dejarán a decisión de los Gobiernos su envío y grado de
participación en el conflicto para no implicar formalmente, de momento, a la
OTAN.
EE UU, tal como ya
exponía en artículos anteriores, utilizó las bombas de racimo en Iraq entre
2003 y 2006 sin importarle arrasar a población civil para romper las defensas
iraquíes. Ahora, ante el fracaso de Zelenski en su cacareada ofensiva, volverá
a ocurrir lo mismo para romper la línea de defensa rusa. Es cierto que EE UU no
ha firmado el Convenio Internacional contra las bombas de racimo, pero tendrá
que saltarse las restricciones del Congreso con respecto a la entrega de estas
armas a terceros.
En cualquier caso la
evidencia es que occidente no muestra signos de querer parar la guerra y buscar
una salida negociada; más bien muestra signos de recrudecimiento en la
escalada.
Tampoco Zelenski tiene freno
alguno, ni en sus expresiones ni en las exigencias, mostrándose cada vez más
exigente, provocador e incluso amenazante, acusando a los aliados de “cobardes
que le tienen miedo a Rusia”. No atiende a razones, nada le parece suficiente
en cuanto a la ayuda que se le está prestando y tampoco atiende a las
condiciones de no utilizar armamento facilitado por occidente para atacar con
él en suelo ruso. Parece cada día más prepotente y provocador atacando, como
ocurrió días pasados, en la provincia de Moscú.
Alguien tendría que
recordarle a Zelenski cuál es el origen de la actual situación y que ni tiene
derecho a llevar a la muerte al pueblo ucraniano, ni él ni la OTAN lo tienen
para implicar a los ciudadanos de los países de la belicosa Alianza Atlántica a
los que están arrastrando a un desastre indeseado pero que sus gobernantes ni
les consultan ni defienden ante unas imposiciones de la OTAN, en realidad de
los EE UU, que lo único que les trae es ruina económica y riesgo para sus
vidas.
Hay que desescalar este
conflicto ya poniendo en la realidad a Zelenski
y su grupo de poder en Ucrania y a la propia OTAN, volver a la
neutralidad de Ucrania y poner sobre la
mesa de manera inmediata y seria la salida negociada a este terrible conflicto.
Estamos en las puertas de
una guerra en Europa con el uso de armas nucleares tácticas, en la que tanto
Rusia como la OTAN, si esto no se frena, se juegan su continuidad. ¿Saben a lo
que nos estamos enfrentando?
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