Manolo Marrero Morales
Colectivo Prometeo
Estamos asistiendo de forma continuada a un peligroso golpe de togas y
gaviotas. En febrero de 1981 fue ruido de sables y entrada de Tejero dando
tiros en el Congreso. Cuatro décadas más tarde, en 2020, en un chat de
militares del ejército del aire, se vertían mensajes de odio contra
homosexuales, feministas y catalanes, y amenazas a 26 millones de personas de
izquierdas, a los que había que liquidar. El próximo 4 de diciembre se
cumplirán cinco años incumpliendo la Constitución con la no renovación del Consejo
General del Poder Judicial y, más aún, a finales del pasado año se produjo el
pronunciamiento del Tribunal Constitucional, a instancias del Partido Popular,
impidiendo al poder legislativo, en este caso, al Senado, votar la reforma
sobre su propia renovación.
La derecha extrema, conformada por el PP y VOX, y con los únicos apoyos de
UPN y Coalición Canaria, no busca investir a Feijoo, el amigo de
narcotraficantes, ya que saben que no va a contar con los apoyos suficientes
para ello. Están solos. Por eso continúan a la desesperada construyendo un
relato para un proceso golpista destituyente.
Es evidente que la derecha recalcitrante, nunca va a aceptar la legalidad
de ningún gobierno del que ellos no formen parte; porque consideran el poder
patrimonio suyo, casi hereditario. Y, además, son capaces a nivel de Estado de
incumplir la Constitución, porque tienen que estar protegidos por el poder
judicial ante los innumerables casos de corrupción, ya que consideran que la
justicia debe estar siempre de su parte, controlada por ellos.
Sólo se mueven bien, contra los que opinan de manera diferente,
sean vascos, catalanes, defensores de lo público o del interés general. Se
mueven mejor en el ruido y en el conflicto, que en el diálogo y en la búsqueda
de consensos para convivir de forma solidaria. El ruido mediático les favorece
porque oculta sus intenciones y desmanes y, además, tienen a su favor muchos
voceros y casi todos los medios de comunicación que solo defienden los
intereses particulares de sus propios dueños, los poderosos grupos de presión
que los apoyan.
Por eso estamos asistiendo a un intento de golpe de togas y
gaviotas, promovido por el PP, contra las previsibles decisiones mayoritarias
del Congreso de los Diputados, donde reside la soberanía popular. Un Congreso
de los Diputados que representa al pueblo español. El poder legislativo, que
reside en las Cortes Generales, según la Constitución, es el Poder a través del cual se configura el
resto de poderes. Así, la elección del Presidente del Gobierno no corresponde a
la lista más votada sino que se dilucida a través de un acto formal de
investidura, donde la persona aspirante a ocupar la jefatura del poder
ejecutivo debe obtener el respaldo mayoritario del Congreso de los Diputados.
Del mismo modo, los vocales del Consejo General del Poder Judicial, órgano de
gobierno del Tercer Poder del Estado, también son elegidos por las Cortes
Generales, correspondiendo la selección de la mitad de estos al Congreso y la
otra mitad al Senado. Este sistema de conformación de los poderes del Estado
nace, por tanto, de la manifestación de la voluntad popular soberana,
materializada a través del derecho al sufragio. Y por encima de las Cortes
Generales no hay poder jerárquico superior. También existe una monarquía, a la
que la Constitución le atribuye el papel de árbitro, pero que ya quedó
desacreditada para ejercerlo, cuando se posicionó de parte en el asunto del
procés, no reconociendo la plurinacionalidad del Estado y su diversidad así
como el derecho a decidir.
Nos encontramos ante una situación gravísima e inaudita en nuestro
país. Esperanza Aguirre llamando a organizar desde las CCAA la resistencia como
contrapoder frente a un posible gobierno presidido por Pedro Sanchez, llamadas
de Aznar a la rebelión nacional porque se avecina su eterna profecía de la
destrucción de España, llamadas de Ayuso a deslegitimar las elecciones. Les
viene bien resucitar la idea de las dos Españas, de la confrontación. Estamos
en mitad de un proceso golpista de togas y gaviotas a la democracia, al que se
sumarán seguramente sables y sotanas, entre otros poderes, proceso golpista que
se amplifica diariamente a través de los medios y sus tertulianos.
Con estas decisiones y pronunciamientos, tanto el PP como el
Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional se sitúan fuera
de la Constitución y fuera de los principios democráticos. Ante esta situación
tenemos que actuar en consecuencia:
defender la legitimidad del Congreso y del Senado para legislar, para
elegir al nuevo Gobierno y para renovar los órganos judiciales y sacarlos de su
inconstitucionalidad.
Llegados a este extremo, uno que ha vivido más de un tercio de su
vida bajo la dictadura franquista, se pregunta ¿cuál va a ser el siguiente
paso? ¿Intentará el PP y sus correligionarios fascistas que el TC destituya al
presidente Sánchez y encarcele a los miembros del gobierno? ¿O tal vez que se
disuelvan las Cortes y se nombre un gobierno provisional golpista? Ya en esta
escalada de negación y ataque a los valores democráticos y constitucionales,
para algunos pudiera parecer que todo vale.
Los discípulos de Trump y de Bolsonaro, los amigos de Meloni y de
Le Pen, con quienes el PP y Coalición Canaria se sienten tan a gusto, que
incluso comparten gobiernos, en definitiva, el fascismo que recorre el mundo,
son un peligro para la democracia y para la convivencia. Y ante el fascismo, no
se puede actuar con tibieza ni mucho menos blanquearlo. En este caso, ser
demócrata es ser antifascista.
1 comentario:
Usando la terminología médica, querido amigo, has hecho un Excelente diagnóstico de la gravedad de la situación. Ahora necesitamos con urgencia aplicar el tratamiento que evite la muerte de la democracia en nuestro país. Quienes están por acabar con ella no paran de dar pasos en esa dirección, quienes deseamos su defensa, estamos ocupados en otras cuestiones. Como bien dices hay que salir en su defensa y contra el fascismo que nos invade. Cómo hacerlo? Dónde están las organizaciones y los movimientos demócratas? Hay que actuar con urgencia o se cumplirán los negros pronósticos que de manera magistral expones. Un abrazo
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