Ángel B. Gómez Puerto.
Profesor Ayudante Doctor de Derecho Constitucional (Universidad de Córdoba).
En el presente curso académico 2024-2025 que ha comenzado hace escasas semanas, además de mi docencia en la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales (Área de Derecho Constitucional), estoy impartiendo en el Centro Intergeneracional (comúnmente conocido como la “universidad de personas mayores”) de nuestra Universidad de Córdoba una asignatura denominada “Democracia, Constitución y Partidos Políticos”.
El proyecto docente de dicha asignatura lo presenté en la convocatoria publicada en el mes de marzo de 2024 en el Boletín Oficial de la Universidad de Córdoba, siendo seleccionado por el Consejo Asesor de dicho Centro Intergeneracional entre las propuestas presentadas. La asignatura ha tenido una muy favorable acogida con una numerosa matriculación, lo cual indica, posiblemente, que la democracia es un tema que interesa en un determinado sector de la población, con experiencia en la vida, que vivió las consecuencias del régimen autocrático anterior al actual período constitucional.
Los contenidos que se van a desarrollar hasta finales del mes de enero de 2025, en el marco de dicha asignatura, estructurados en diez temas, versan sobre conceptos como Democracia, Constitución, Estado social y democrático de Derecho, órganos constitucionales, poder legislativo y ejecutivo, régimen constitucional de los partidos políticos, Tribunal Constitucional, reforma de la Constitución o estructura territorial del Estado en la actual Constitución de 1978, con referencias particulares al sistema institucional autonómico. Con esta nueva asignatura del Centro Intergeneracional de la UCO, en definitiva, se pretende ofrecer una formación básica para realizar pedagogía de la democracia y de las instituciones constitucionales, para conocer qué es el Estado democrático en el siglo XXI, como ha evolucionado históricamente y sus posibles mejores para su propia consolidación.
Y, toda esa formación la considero clave, pues, son estos años de la tercera década del siglo XXI unos tiempos de debate sobre el futuro de la democracia, sobre sus contenidos, sobre sus posibilidades, sobre su nivel de profundización en términos de mayor o menor participación de la ciudadanía en la toma de decisiones sobre el espacio común.
También son tiempos convulsos sobre el respeto al otro, a las opiniones diversas que han de convivir necesariamente en un sistema político presidido por el principio democrático. La uniformidad ideológica no es propia de las democracias, es la libertad de pensamiento y de expresión de ideas la que debe presidir una democracia. La uniformidad fue la característica del Estado español entre 1939 y 1975, pero esa etapa autoritaria y represora ya pasó, afortunadamente, y no deseamos que vuelva. Hemos de tener presente, y recordar constantemente, que nuestro ordenamiento constitucional actual está presidido, entre otros conceptos, por el de convivencia democrática.
Creo que es necesario que desde la institución universitaria nos impliquemos constantemente en la defensa de la idea democrática, que hemos de cultivar y cuidar constantemente. Y, en esta tarea, la sociedad, el pueblo, puede y debe tener mucho protagonismo. Por eso es importante que se generalicen experiencias como la que acabo de exponer someramente.
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