sábado, 26 de octubre de 2024

Hacia dónde gira el siglo XXI?



Remedios Copa 

Colectivo Prometeo 

Esta semana se está celebrando en Kazan la Primera Cumbre de los Brics y, aunque los medios de comunicación de occidente no le estén dando mucha relevancia, es un hecho que merece atención, tanto por lo real que su composición representa como por lo simbólico del lugar en el que se lleva a cabo la Cumbre. 

Dicen en la prensa anglosajona que “ya salió el Presidente Putin de su aislamiento”, pues muy aislado no parece estar cuando junto a él está el Presidente de China, la segunda economía mundial, con 1.400.000.000 de habitantes; India, el país con más población del mundo, más de 1.400.000.000; la representación de África, con más de 1.000.000.000; los países musulmanes, que reúnen 1.800.000.000 millones de feligreses, así que “a ver quién está aislado”, dice en una entrevista al respecto Alfredo Jalife.

Con respecto a la ciudad de Kazan, la define como mixta, donde conviven cristianos ortodoxos de origen eslavo con los musulmanes sunitas de origen turco. Bien podría ser la ciudad del futuro, porque representa el hub de comunicación entre Rusia, Centro Asia, China, India e Irán. Tal vez sea la nueva Samarcanda; una ciudad del futuro, civilizatoria, con múltiples universidades estatales de primer nivel. Actualmente ya es un centro tecnológico de vanguardia y el lugar de dónde sale la mayor parte del petróleo de Rusia.

En esta cumbre se reúne un bloque geoeconómico que se viene gestando desde hace unos 18 años, formado por países miembros de los Brics y países asociados. Actualmente ya suponen el 37% del PIB mundial y van por delante del G7.

Occidente se ha equivocado censurando a los Brics y considerándolos sus enemigos.

Es un bloque que necesitará de un paraguas militar, a decir de algunos, aunque hay que destacar que cuentan con la cobertura de Rusia, considerada en muchos aspectos como la primera superpotencia militar mundial, con el mayor número de ojivas nucleares y primera potencia en misiles hipersónicos, un tipo de misiles que tiene Irán y algunos aseguran que también China dispone de ellos.

A los Brics también le hace falta desarrollo financiero propio con un sistema de pago intrabrics, alternativo al dólar. Como afirmaba el Presidente Lula el sistema financiero propio es fundamental y el actual Banco de desarrollo presidido por Dilma Rousseff, con sede en China, no deja de ser un punto débil; necesitan una alternativa sólida al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional. Desbancar al dólar mediante el impulso de las monedas locales es una opción que se baraja.

Se quiera o no, estamos en el fin de la era del mundo unipolar anglosajón y el inicio de un nuevo orden mundial. Decía Gramsci que moría el viejo orden y el nuevo aún estaba por nacer; pues parece que estamos en una fase de transición en la que los Brics son percibidos como una potencia sólida que incide en las instituciones como la ONU, en la que reclama la consideración de Palestina como miembro de pleno derecho; tienen el proyecto de crear una televisión Brics para contrarrestar el monopolio a los multimedia del G7, los EEUU y la OTAN, y la creación de la Plataforma de Materias Primas para cotizarlas, fundamentalmente energía y alimentos.

Los Brics cuentan con riqueza energética, de materias primas para cubrir las necesidades alimentarias y también con materias primas escasas en el planeta e incluso tierras raras. Y aunque algunos países latinoamericanos quieran formar parte de este grupo, el hegemón norteamericano no permitirá que se integren plenamente en los Brics y verse privado de expoliar los enormes recursos de países como Venezuela, (que lo tiene todo además de ser la primera potencia en petróleo en el mundo), Bolivia, (primera potencia de litio en el planeta), Chile y Argentina, (también tienen reservas de litio) o cualquier otro que posea riqueza de recursos naturales y materias primas escasas.

Tanto Alfredo Jalife como Manolo Monereo coinciden en que los países latinoamericanos están trufados de infiltraciones estadounidenses que nunca les permitirán políticas democráticas ni cambiar de hegemón, porque las élites de esos países se han alineado con los EEUU y fomentado las infiltraciones de instituciones, (CIA y similares), capaces de derribar a gobiernos que no obedezcan a sus intereses y promover a otros que sí sean proclives a actuar en beneficio del hegemón y las élites, aunque sea mediante auténticas dictaduras.



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