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Caspar David Friedrich: Abadía en el Robledal (1809) |
Remedios Copa
Como ocurrió con la Dana, las advertencias desoídas hicieron su presencia y pusieron de manifiesto las consecuencias de riesgos reales que se podrían haber evitado. En ambos casos costaron vidas, (en la Dana muchos más), y han supuesto considerables daños materiales. En ambos casos, las advertencias de la ciencia mostraron que no atajar los riesgos tiene costes humanos, económicos y sociales de mayor envergadura que lo que hubiera supuesto el investimento en prevención.
El apagón del día 28 de abril dejó inconclusa toda actividad que requiriese de soporte de energía eléctrica, afectando a labores técnicas pero también al resto de las actividades cotidianas.
Ante la perplejidad y el desconcierto del apagón eléctrico generalizado, salimos a la calle y nos damos de bruces con aglomeraciones en los cajeros automáticos porque no funcionaban las tarjetas, los comercios y supermercados cerraban porque no funcionaban las terminales para cobrar y la gente no llevaba efectivo en el monedero; en las cafeterías solo podían servir productos elaborados que permitieran el consumo tal cuál y además, pocos eran los clientes que tenían dinero en efectivo para pagarlos. En esas circunstancias de paralización y estupefacción general, dos individuos clamaban ante la multitud que permanecía en las terrazas: “Ahí tenemos la obra de Putin. Esto es la confirmación de que iba a atacar a Europa”. Y por lo que se oía, Ayuso responsabilizaba a Pedro Sánchez.
Ante tamaño despropósito, se me ocurre que hablar con Xoán Doldán, experto en el tema energético y de cuyo riesgo, si no se tomaban las medidas adecuadas en la integración de las energías renovables a la red eléctrica, ya nos había hablado hace tiempo en unas jornadas organizadas por la Rede para o Decrecemento Eo-Navia, Galiza, O Bierzo, en Vigo en colaboración con el Ateneo Atlántico de Vigo y en el Val Miñor con la colaboración del Instituto de Estudios Miñoranos. La comunicación resultó imposible porque los teléfonos de que disponíamos, no tenían cobertura e internet había dejado de funcionar; pero curiosamente los peajes de la autopista sí estaban operativos.
En definitiva, lo que en su día ya expusiera Xoán Doldán y lo que tantas veces advirtió Antonio Turiel y que estos días ha explicado con claridad, es lo que se ha materializado.
Ahora, según parece, también la propia Red Eléctrica Española, (privatizada desde 1999), lo sabía pese a que públicamente negara el riesgo pero así lo admitía en su informe anual entregado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de España, en el que describía como un riesgo “las desconexiones de generación por elevada penetración de renovables sin capacidades técnicas necesarias para el adecuado comportamiento ante perturbaciones”. En cualquier caso, cualquiera que haya escuchado o leído a Antonio Turiel, investigador del CSIC, e incluso otros científicos expertos en el tema, no podía ignorar ese riesgo.
¿En qué consistía la deficiencia y por qué no se evitó? Parece que la razón de la falta de subsanación en los mecanismos de incorporación de la energía renovables a la Red, mediante sistemas de estabilización y que no estuviese funcionando el mecanismo de protección para evitar el apagón mediante las centrales de gas de ciclo combinado es, ni más ni menos, el ahorro económico de las operadoras energéticas.
El desarrollo e incorporación masiva de las energías renovables sin que hayan sido dotadas de los mecanismos de seguridad estabilizadores, que inicialmente no les fueron exigidos porque su aportación a la red no era significativa y a priori no representaba un problema, las operadoras continúan obviándolo para ahorrar costes adicionales, los costes de integración dotados de sistema de estabilización, que evitarían la desconexión. Desde luego la presión de sus lobbies seguro que no es ajena a que sigan haciéndolo así.
Cuando hay un desajuste entre la generación y el consumo se produce una situación de riesgo como la ocurrida el día 28. Las centrales de ciclo combinado, en caso de perder o necesitar mayor generación cuentan con un sistema que permite a los operadores balancear el sistema, acelerándolo o frenándolo, pero el afán de lucro hizo que el mecanismo de las centrales de gas de ciclo combinado estuvieran funcionando únicamente 8 y el resto estaba en parada fría. Poner en marcha una central de gas de ciclo combinado es un proceso lento. El afán ganar dinero manteniéndolas apagadas hará que ahora se tenga que quemar gas a mansalva mientras no se estabilice el sistema y eso hará encarecer la factura que vamos a pagar los usuarios.
Si hablamos de responsabilidades abarcan al legislador, el regulador y las empresas.
En cuanto a la estabilización de la red, los expertos aseguran que habrá que hacer una inversión económica cuyos costes serán elevados, pero también hacen falta sistemas de almacenamiento de la energía que producimos en las renovables, mediante distintos tipos y con un sobredimensionamiento cuyos costes pueden resultar tan elevados que ponga en duda si una producción tan alta es rentable.
Balancear y estabilizar el suministro y manejar el almacenamiento, el incremento del coste del vatio/hora que supone y la necesidad de suministro de los materiales que requiere, es imprescindible para plantearse un desarrollo de las energías renovables de forma realista y viable. De no hacerlo con una planificación seria y responsable puede dar al traste con el futuro de las renovables o que se planteen alternativas como que la solución está en las centrales nucleares, cuando también adolecen de dificultades similares y algunos peligros inherentes a ellas, estarían añadidos.
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