Miembro del FCSM de Granada
Después de haber escuchado la explicación que dio María Dolores de
Cospedal para aclarar por qué el Partido Popular le pagó la
Seguridad social a Bárcenas hasta hace un par de meses y que
denominó “Finiquito en diferido con simulación de contrato”,
uno recuerda aquel viejo chiste escolar en el que el maestro enseña
a leer a los alumnos. “La “m” con la “o”, “mo”. La “t”
con la “o”, “to”. Ahora, todo junto: “a-mo-to”.
A poco de asumir el poder y enfrentarse a la crisis económica,
Rajoy, dijo que llamaría “al pan, pan y al vino, vino”. Sin
embargo, todos hemos escuchado y leído una avalancha de eufemismos y
circunloquios que algunos políticos han empleado para evitar hablar
de rescate a la banca y recortes.
Los principales protagonistas –además de Rajoy– han sido el
ministro de Economía y Competitividad, Luis
de Guindos; el ministro de Hacienda, Cristóbal
Montoro, y la ministra de Empleo y Seguridad
Social, Fátima
Báñez, quienes han estado dispuestos a suavizar
la palabra ‘crisis’, llegando a hacer exclamar al dibujante “El
Roto: “¡Qué claridad de
confusión!”.
Un eufemismo es, según la RAE, la "manifestación
suave o decorosa de ideas cuya recta y franca
expresión sería dura o malsonante". Son tan
viejas como el hombre, pero no tanto como la creatividad política. He
aquí un listado de los giros, expresiones y tecnicismos más
recientes.
Amnistía fiscal: Montoro la llamó "medida
excepcional para incentivar
la tributación de rentas no declaradas"
al proyecto de amnistía
fiscal.
Término “florecimiento de bases imponibles”:
Defraudadores, dinero negro, estafa y perdón son palabras
que pueden oler mal en boca de un ministro de Hacienda. Montoro
sostiene que la amnistía fiscal es una forma de ayudar a surgir “el
afloramiento de bases imponibles”.
Abaratar el despido: Según Fátima Báñez ahora se
llama “flexibilizar el mercado laboral”.
Bancos malos: Son "vehículos de liquidación a largo
plazo".
Congelación de salarios: Ahora se llama “mejorar la
competitividad”.
Copago sanitario: Entre los recortes se estableció el repago
farmacéutico, que convenientemente se publicitó como "copago".
Sin embargo, el término correcto es “repago”, ya que los
ciudadanos pagan dos veces, con los impuestos y en la farmacia, sus
medicamentos.
En su intento por defender los “efectos disuasorios”, al Gobierno
de Artur
Mas se le ocurrió la expresión “ticket
moderador”. Mucho más “adecuado” que “euro
por receta”.
Desahucios: Ahora se les llama "procedimientos
de ejecución hipotecaria" y a las casas de
los desahuciados “activos adjudicados”.
Empresarios: Han sido elevados a la categoría de
“emprendedores“
Movilidad exterior:
Es como Fátima Báñez califica a la emigración de jóvenes.
Nacionalización: Con la crisis de Bankia lo que
ocurrió es que nunca se ha utilizado el término "nacionalización".
Se ha dicho, en cambio, "participado", "provisionado"
o que el Estado tiene "titularidad
indirecta".
Rebajas fiscales a los más ricos: Ahora se les llama “ayudas
a los ahorradores”.
Recesión: Según De
Guindos ahora se llama “tasa negativa de
crecimiento económico”. Hombre, no existe un crecimiento
negativo; o se crece, o decrece, o se sube una escalera o se baja,
pero no se puede subir bajando o bajar subiendo. En caso de que las
cosas se pusieran todavía peor, siempre el ministro puede hablar de
un “deterioro
adicional importante”.
Recortes: Cuando el Gobierno aprobó los
recortes en Educación y Sanidad, Rajoy insistía que los 10.000
millones que quitaban a ambas partidas no eran "recortes"
sino "reformas
estructurales”, un término útil porque puede
referirse a todo y nada al mismo tiempo.
Regalar dinero público a un banco malo: En realidad se trata
de “facilitar la gestión activa del patrimonio dañado de las
entidades financieras”.
Rescate: Según Rajoy y De Guindos debe decirse
"préstamo favorable", "ayuda", "apoyo
financiero" o "línea de crédito".
Subida de impuestos: Cristóbal Montoro aseguró que
no subirán los impuestos, sino que “va a cambiar
la ponderación”.
Subida del IRPF: Se llamó “recargo temporal de
solidaridad”.
Subida del IVA: El ministro de Economía, Luis de
Guindos lo llamó establecer algún "gravamen
adicional" o a políticas encaminadas a la
reducción "de la imposición sobre el trabajo, aumentándola
sobre el consumo".
Timo de las preferentes: Según De Guindos en su lugar hay una
“comercialización inadecuada de productos”.
Violencia machista: ha pasado a ser denominada “violencia
en el entorno familiar”, sin tener en cuenta estas luminarias
“lingüísticas” de nuevo cuño que el 99% de los casos de
violencia los lleva a cabo el macho, el hombre, con la consiguiente
desgracia para las mujeres.
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