Mientras tanto, un año más, algunos padres se dispondrán en unas semanas a matricular a sus hijos en clase de religión, sometidos por la inercia confesional de la educación que España padece especialmente desde la dictadura de Franco hasta hoy. Da igual que cada vez la sociedad española esté cada vez más secularizada, como nos muestra el Centro de Investigaciones Sociológicas de forma reiterada en los últimos 25 años. Da igual que el aleccionamiento religioso suponga tanto una disonancia cognitiva y una contradicción con el razonamiento lógico y el análisis científico, como una grave violación de la libertad de conciencia de los menores, de la igualdad de toda la ciudadanía y de la neutralidad del Estado en una sociedad plural.
Mientras tanto, entre adoctrinamiento escolar y visitas pastorales de obispos en centros educativos saltándose los protocolos establecidos, desde las instituciones públicas se organiza y se financia la formación de las personas que imparten clases de religión católica en España a través de Centros de Formación del Profesorado, como el que se desarrollará entre febrero y junio en Córdoba, con cargo al dinero público, dirigido al parafuncionariado de religión católica y con contenidos del siguiente tipo: “Actitudes básicas cristianas 1: Aspectos generales. Dichosos los que eligen ser pobres. Dichosos los que sufren. Dichosos lo no violentos. Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia. Actitudes básicas cristianas 2: Introducción. Dichosos los que prestan ayuda. Dichosos los limpios de corazón. Dichosos los que trabajan por la paz. Dichosos los perseguidos. Dios y la felicidad. Libertad. Servicio y universalidad. Jesús como modelo de persona. Píldoras bíblicas. Cómo se formó la Biblia. Adán y Eva. Noé. Los números en la Biblia. Las tentaciones de Jesús. La Virgen en los evangelios”.
En definitiva y, mientras tanto, los llamados centros de “ideario propio” –no precisamente pedagógico– se autoeximen del cumplimiento de los valores constitucionales cuando “su ideario” lo contradice, cobran cuotas a los alumnos que quieran hacerlo “de forma voluntaria”, discriminan la diversidad ideológica del alumnado, adaptan los currículos oficiales a “su ideario” o “inflan” sus calificaciones, en una escalada permanente de su estrategia por incrementar el número de alumnos o, incluso, segregan al alumnado por sexos.
Por todo ello, humildemente –en honor de A modest proposal, una de las pequeñas novelas de Johathan Swift‒, quiero hacer una propuesta dirigida tanto a la patronal educativa de los centros concertados, como a las administraciones educativas que gestionan “los centros financiados con dinero público” ‒ignorando el diferente respeto a los valores constitucionales comunes que presentan los centros públicos y los centros concertados. Si el “ideario propio” de los centros concertados está tan protegido por el dinero público que proviene de los impuestos de todos los españoles, ¿acaso no debería ser el emblema de la enseñanza concertada: “socialismo o muerte”? Si tanto dependéis de las derechas políticas para incrementar vuestros conciertos, hiperfinanciarlos, proteger vuestro proselitismo de adoctrinamiento, exclusión y discriminación, ¿no deberíais reconocer que el negocio de los conciertos educativos depende del capitalismo subvencionado y gestionado por los amiguetes?
No hay comentarios:
Publicar un comentario