Remedios Copa
Colectivo Prometeo
Cuando se habla de territorios de sacrificio se está haciendo referencia a lugares, sean comarcas, regiones o países cuyo medioambiente, reservas naturales, biodiversidad, cultura y medios de vida son destrozados en aras de beneficios espurios de terceros.
El extractivismo salvaje que genera territorios de sacrificio puede deberse a empresas o corporaciones que se dedican a la extracción de los recursos naturales del subsuelo o en superficie con fines comerciales, o bien a países, (o a imperios), que colonizan los territorios de otros para aprovecharse de sus recursos naturales o de la laxitud de sus normas sin importarle la contaminación medioambiental que producen con su actividad ni la ruina económica y social que conlleva la destrucción irreparable de los territorios sacrificados.
Eso sí, que esto ocurra o se impida, va a depender de la catadura ética y moral del Gobierno responsable del territorio en cuestión.
Si se trata de un Gobierno fiel a los intereses de los ciudadanos los defenderá con ahínco aplicando todos los resortes legales para impedir daños en la salud, la economía y formas de vida propias del territorio en cuestión. Pero si quien gobierna el territorio elegido para ser sacrificado tiene intereses políticos y/o personales en los negocios que quieren explotar los recursos naturales de la zona, pervertirá su función y defenderá los intereses de terceros frente a la defensa del bien común y de los bienes y reservas naturales del territorio cuyo gobierno ostenta, llegando incluso a actuaciones que muchos juristas tipifican de verdadera prevaricación.
Que Galicia iba camino de convertirse en territorio de sacrificio en aras de intereses de grandes corporaciones estaba claro desde hace mucho tiempo. Que la Xunta de Galicia era claramente favorable a sus intereses frente a los de la ciudadanía gallega también. No hay más que ver las actuaciones relacionadas con la proliferación de los molinos eólicos y cómo se tramita su autorización; no se limitó a ignorar las reclamaciones interpuestas por los particulares y por múltiples organizaciones de la ciudadanía gallega, sino que facilitó subterfugios y salidas legales para que las empresas eólicas pudieran obviar las reclamaciones e incluso los resultados de sentencias judiciales que ordenaron la paralización de las tramitaciones de varios parques eólicos en proyecto. Hay ejemplos de eliminar demarcaciones propuestas para el reconocimiento como Red Natura, para que así pudieran instalarse parques eólicos en esas zonas; se facilitó la fragmentación de proyectos para conseguir su aprobación y se obviaron los informes de impacto medioambiental, reactivando proyectos que estaban parados por dicha carencia.
Pero por si la historia de la excesiva y arbitraria implementación de la industria eólica en Galicia no fuera suficientemente ilustrativa de lo que se avecinaba, llegó ALTRI y batió todos los récords. Pero aún faltaba algo más.
Para empezar, es un proyecto altamente contaminante instalado en el corazón de Galicia que afectará a la Comunidad Autónoma entera por sus múltiples implicaciones negativas. Contaminará el aire que respiramos, tendrá un impacto medioambiental y paisajístico terrible, ocupando el tamaño de cinco campos de fútbol y con una torre de 75 metros emitiendo gases. Destruirá vegetación autóctona para su instalación pero también para su mantenimiento porque inundará de eucaliptos lo que antes era bosque autóctono y terreno agrícola productivo ahora se convertirá en un eucaliptal irreversible, lo que supondrá el fin del bosque de alimentos, la agricultura y la ganadería. Destruye puestos de trabajo de creación de alimentos y que contribuyen a fijar población al territorio.
No solo afecta a la economía destruyendo puestos de trabajo, también destruye una forma de vida propia de Galicia cuyas implicaciones van desde la comarca del Ulla en Palas de Rey hasta la Ría de Arousa donde desemboca el río Ulla. El aumento de 3 grados en la temperatura del agua del río y la contaminación añadida, afectará a la diversidad de su curso, a todos los pueblos que utilizan su agua y finalmente a la producción de la Ría de Arousa y a sus puestos de trabajo.
Se trata de un proyecto que nació plagado de mentiras por parte de la Xunta y, lógicamente, también de la propia empresa: de fábrica de lyocell para la industria textil, presentada como una factoría de fibras ecológicas, pasa a ser el mayor proyecto de fabricación de pasta de celulosa de Europa. Destruirá miles de puestos de trabajo y no creará mucho más allá de 200 pese a que prometían más de 1.500 puestos estables.
Un aspecto que no debemos olvidar es que el agua es un bien común; un bien común imprescindible para la vida, y que el Gobierno de la Xunta lo regala a ALTRI para su beneficio privado. De los 46 millones, (ahora ALTRI ya reconoce que serán 55 millones), de metros cúbicos de agua que tomará diariamente del río Ulla, 16 millones los consume gratuitamente en su producción y 30 los devuelve al río a una temperatura por encima de los 27ºC y no exenta de contaminantes.
Para más inri, este proyecto recibirá subvenciones de dinero público que, venga de la UE o de la Xunta de Galicia, ha salido del bolsillo de la ciudadanía y van a parar a una industria insostenible en la que ex altos cargos del Gobierno del PP y sus allegados tienen intereses directos.
La Xunta se ha convertido en “asesora y agente comercial” del proyecto y finalmente el Gobierno gallego del Partido Popular le dio el visto bueno a la declaración de impacto ambiental positiva, (DOG de 14 de marzo de 2025), declaración no exenta de polémica por las presiones sobre quienes tuvieron que firmar el expediente de aprobación, y por no haber tenido en cuenta los informes de la Universidad que advertían de los riesgos, ni las 27.000 alegaciones presentadas. La ex-directora de Innovación de la Axencia Galega da Industria Forestal, alertó de que el proyecto ALTRI al que la Xunta acaba de dar luz verde ambiental “tendrá consecuencias irreversibles” y “provocará un impacto ambiental y cultural sin precedentes”, declaraba esta Doctora Ingeniera de Montes que fue alto cargo en el Gobierno de Rueda. También el científico Fernando Valladares lo considera un disparate de cuya aprobación nos arrepentiremos todos.
A la manifestación de 50.000 personas por tierra y 600 barcos por mar en A Pobra do Caramiñal, unos clamando en tierra “tendrá licencia administrativa pero no social” y los otros hacían sonar las sirenas de los barcos en la mar, la respuesta de Rueda con respecto al rechazo de ALTRI y Touro fue que llevarán adelante eso y mucho más que viene detrás.
Pues que se prepare Galicia pero también otras regiones de España porque el martes Bruselas publicó el mapa de minas imprescindibles de las 17 materias primas estratégicas para el rearme y de los 50 proyectos aspirantes 7 proyectos españoles están aceptados, entre ellos la mina de litio de Doade en Ourense, pese a que en su día su apertura fue denegada por la Xunta debido a su impacto ambiental.
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