sábado, 5 de abril de 2025

El imperio contraataca.




Alfonso Bejarano
Colectivo Prometeo


Los aranceles son un instrumentos económicos que históricamente han usado los estados-naciones para proteger sus economías y sectores productivos. Trabas que dificultan el libre mercado de bienes y servicios a nivel mundial. A nivel “micro” todos hemos establecido normas y conductas para dirigir nuestras acciones de consumo hacia bienes con los que nos sentimos más próximos o queremos proteger. Es decir ante un saco de naranjas de Palma del Rio y otro de Valencia, en Córdoba existe una querencia justificada hacia las primeras, siendo secundario el precio de las mismas. Nadie se escapa de ello.

Que un estado quiera establecer medidas de protección hacia sus productores es lícito, se quiera o no. Otra cosa es que se consigan los objetivos deseados, que está por ver. España tuvo que desindustrialzarse y liquidar buena parte del sector minero para entrar a la UE con la paradoja que dichos bienes que producían estas industrias ahora los importamos de fuera de Europa y los consumimos de manera acrítica .

La respuesta que se está dando ante esta reacción proteccionista proviene del paradigma liberal, que ya anticipa de forma interesada una crisis económica. Como si el liberalismo o la globalización no hubiera provocado sucesivas crisis, desigualdad , conflictos armados, agotamiento de recursos y deterioro del medio ambiente. Proteccionismo frente a liberalismo, más allá ya no existe nada.

En la reciente coyuntura hasta la izquierda actual y sus dirigentes se alinean con el discurso liberal como hemos visto estos días. Donald Trump decidió proteger sus sectores productivos y la reacción de la UE y de nuestro gobierno es la de también “proteger” nuestras empresas , si aquellos establecen aranceles, éstos anuncian medidas y ayudas a empresas que también les va a servir para competir de forma ventajista con otros mercados en lo que no existen aranceles.

El movimiento antiglobalización que nació a principios de este siglo denunciaba los excesos del librecambismo, y la economía global desregularizada, se oponía a la aniquilación de la capacidad del Estado para intervenir en la economía y a las estructuras supranacionales no elegidas democráticamente. Hoy sus herederos (de dicho movimiento) se alinean de forma acrítica con la UE, con Macron o-y la Comisaria Von der Leyen.

Ahora quien habla de soberanía económica en el mundo son los populismos de derechas, mientras a este lado nos volcamos en identitarismos , políticas asistenciales y declaraciones que no van mas allá de su eco mediatico.

Habria que recordar que el año pasado el sector primario de las zonas rurales de nuestro país se movilizó exigiendo atención y protección frente a un contexto competitivo muy hostil. Mientras tanto se destinan miles de millones a la llamada “economía verde”, a “acciones sostenibles” y a “ planes de transformación y resiliencia “ que van a parar a grandes empresas que se “modernizan” con fondos públicos para mejorar cuentas de resultados y cuyos beneficios se repartirán los accionistas. Es decir transferencias públicas para empresas privadas y sus balances. Son planteamientos incomprensibles y contradictorios que empujan a mucha gente a abrazar de forma desesperada personajes como el actual presidente de USA votado en masa por obreros, agricultores pequeños propietarios y hasta por una parte considerable de población asimilada e inmigrante de ese país.

Aqui en España podemos ver como VOX posee un importante apoyo electoral en la España vaciada y sus pueblos. Un 14% del electorado no se han vuelto de repente falangista.

Pero hay más . Lo que hay detrás de las medidas arancelarias de EEUU, la nueva situación de Ucrania, el empuje armamentístico no es otra cosa de una estrategia nueva de la administración de Trump por reconfigurar el tablero geopolítico mundial en el que USA ha perdido mucho peso en detrimento de China y sus aliados. El aliado tradicional de EEUU, la UE, esta siendo una rémora por su cada vez mayor pérdida de influencia en el mundo, tanto económicamente , como militarmente y geopolíticamente, hasta el punto que Rusia le está ganando la partida en su territorio, en la vieja Europa. La UE es vista por muchos poderes facticos norteamericanos solo como un enorme mercado, sin más, como en 1945 . EEUU ha decidido volver al mundo bipolar y arriesga, mira a Rusia como aliado preferente de China para repartirse una influencia global, y si para ello tiene que sacudirse de compromisos lo hará como ha estado avisando D. Trump desde hace años.

El proyecto europeísta que ya nadie cuestiona está tocado. Es USA y Rusia (más China y posiblemente nuevas economías emergentes como India) las que marcarán la agenda y la iniciativa dejando a la UE que antes era subalterna en camino de ser prescindible, por propia e irreal autocomplacencia.








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