jueves, 21 de enero de 2016

Que los árboles no nos impidan ver el paisaje


Jorge Alcázar 
FCSM y Colectivo Prometeo
    Sin duda, la actual coyuntura política es más interesante, por suerte o por desgracia, de lo que podríamos pensar hace pocos años. Hoy, frente a los dos grandes bloques políticos que han dirigido España, se alzan otras formaciones y movimientos que, esta vez sí, pueden desempeñar un papel trascendente en las decisiones políticas y económicas del presente y del futuro. Sin embargo esto, el escaso tiempo transcurrido desde el 20 D, la falta de madurez de determinados procesos, y el ruido mediático originado alrededor del proceso electoral y sus posteriores resultados, están invisibilizando, o cuando menos atenuando, cuanto de novedad nos deben traer estas nuevas propuestas. Y sí, es importante subrayar la cuestión de la novedad, porque si bien hemos escuchado en muchos momentos de campaña la intención de reformar, restaurar o transformar la política y la sociedad española, lo que unos y otros entendamos por propuestas novedosas tiene y tendrá mucho que ver con lo que en adelante nos ocurra como país y como ciudadanía. Porque lo que es evidente y claro, más allá de las formulaciones teóricas o de las promesas de campaña y los idearios difusos de algunas formaciones, son documentos como el dado a la luz por Oxfam Intermon esta misma semana. Este ejemplo de realidades políticas, económicas y sociales pone de manifiesto cómo, de forma meridianamente clara, en nuestras sociedades se produce una cada vez mayor desigualdad entre ricos y pobres; cómo brechas salariales se agigantan al mismo ritmo que brota aquí y allá el oprobio de los paraísos fiscales, aumentan vergonzosamente el número de multimillonarios y el de pobres; o cómo se establece más marcadamente la distancia entre los derechos de hombres y mujeres.

Pero los datos anteriores, visibles y acrecentados en las últimas décadas de forma globalizada en prácticamente todas las sociedades del planeta, no son debidos a intervenciones divinas o a hechos fortuitos. Estos son producidos por una forma de entender la política y la economía que, a la luz de los resultados producidos, sólo están al servicio de una exigua clase privilegiada formada por aquellos muy y cada vez más ricos. Por ello, el discurso y la práctica políticas de las nuevas formaciones deben dirigir sus fuerzas a combatir este modelo neoliberal triturador de derechos y futuros humanos, situando en el centro de la diana su ideología, sus representantes, sus herramientas y, en última y capital instancia, sus beneficiarios. Así, debemos exigir una crítica feroz contra un modelo económico basado en las macrocifras al servicio de multinacionales y grandes grupos empresariales y de poder, que desnude los modelos transnacionales implementados en nuestros países por élites nacionales poseedoras de los recursos y las instituciones, de forma históricamente perpetua. Debemos exigir una radical transformación, que no reforma, de las instituciones nacionales e internacionales que, como el BCE, la CE, el FMI, la OTAN o el Banco Mundial, funcionan como mecanismos de consolidación de los derechos y las riquezas de esa clase minoritaria hoy poseedora de gran parte de los recursos del planeta. Debemos exigir una denuncia expresa y manifiesta, a la par que un rechazo frontal, de todas aquellas formas de hacer política y de las instituciones que las ejecutan, que ejercen de títeres para salvaguardar los intereses prácticamente omnímodos de ese pequeño grupo de villanos y criminales que sojuzgan a pueblos y sumen en la miseria y el hambre a miles de millones de seres humanos, haciendo de la democracia una vil mascarada. Debemos denunciar en esas, sus mismas instituciones, la violación sistemática de acuerdos internacionales como la DDHH o la Carta de la Tierra, por no hablar de la vulneración sistémica y premeditada de tantas y tantas constituciones nacionales. Y debemos exigir, a la par de las denuncias y posicionamientos anteriores, el señalamiento de estas élites que, con nombres y apellidos, copan los parqués de las bolsas mundiales, los grandes foros económicos en donde se fraguan los destinos de la humanidad, y los consejos de administración de las multinacionales que amenazan al planeta en su conjunto. Por ello, el discurso transformador y rupturista debe empezar por poner encima de la mesa una alternativa a fenómenos como la Troika, la actual construcción europea o el capitalismo; una alternativa que dé una visión superadora de los planteamientos políticos que hasta aquí nos han conducido, socialdemocracia incluida, y que a la par que produce una crítica dialéctica emancipadora, concite unas expectativas y coaliciones alrededor de lo común concreto: redistribución de la riqueza, justicia social, Derechos Humanos y sostenibilidad medioambiental.
Mientras tanto, el circo sigue y ruge al son de la carnaza que intencionadamente, medios de comunicación de masas, instituciones y partidos políticos tradicionales al servicio de las élites poseedoras, dan sin mesura a las bocas hambrientas de una sociedad debilitada por sus necesidades cada día más agudas. Rastas, bebés, bailes de sillas o formación de grupos parlamentarios, están sirviendo para desviar la atención de lo realmente importante. Independentismo, infantilismo político, miopía y egolatría, suponen impedimentos que nos pueden hacer pagar un alto precio, pues no podemos olvidar, que esas mismas desigualdades denunciadas por Oxfam traen a su vez aparejadas la resignación y la desesperación; y la Historia ya nos advierte que tras estos ingredientes, la mano criminal del fascismo espera acechante. Luego exijamos a “nuestros representantes”, a la “nueva política”, pero fundamentalmente, a “nosotros y nosotras” mismos, mirar hacia arriba y no doblar la cerviz ante aquellos que nos oprimen y condenan.



3 comentarios:

Cierzo Rojo (FCSM) dijo...

Que Intermon OXFARM, ahora con la cumbre de Davos, nos despierte un poco viene bien al presentar su informe, dentro del mismo hacen una propuesta de Renta/Ingreso para erradicar la desigualdad y la pobreza.
En algunos territorios colaboramos con ellos, en Aragon, Valencia etc. se han sumado al apoyo decidido de la única de momento herramienta para usar ya mismo LA RENTA BÁSICA UNIVERSAL, pero hasta dentro de las organizaciones y ellos mismos se tienen reticencias o se apoyan otras medidas mas pobres o complementarias.Bueno sería apoyar todos los medios para que se aplique y no solo contar lo que pasa, pues si no hay presión suficiente en la calle los Partidos Políticos que la defenderían,no se atreven me refiero a PODEMOS, EQUO, etc.

Pepa Marin Vico dijo...

Lo de los bebés no es anécdotico. Va a una de las raíces de distribución desigual del sistema capitalista. Trabajo productivo, publico y remunerado frente al reproductivo, privado y gratis. Lo que
servicios sociales alcanzan y donde no pueden nunca llegar. Y claro, "quiénes" hacen esos trabajos. Gestos que lo explicitan, como el bebé de Bescansa, son muy necesarios.

Anónimo dijo...

Pepa Marin Vico

No son más que gestos. Hay problemas mucho más graves de los que hablar que están siendo silenciados al saturar nuestro tiempo con salsas rosas de bebes en el Congreso, que no van a ninguna parte más allá de reivindicar una de las millones de deficiencias controladas de los estados capitalistas para con los dominados, a fin de tenerlos acostumbrados a vivir en la mierda y en la condición de seres no susceptibles de derechos.

Reivindicar es necesario pero cuando sepamos que nos podemos fiar de quienes lo reivindican para poder saber el fin ultimo de dicha actividad; un teatro, un despiste, un acto informativo, un acto reivindicativo, un acto de rebelión... depende de los motivos que nunca son mencionados en los medios de desinformación masiva.

Cosas mucho más importantes hay que tratar que seguir como borregos el nuevo temita que los que los grandes medios de masas nos han puesto en la boca para cotorrear como marujas. La conciliación familiar es importante, el cuidado de los niños también, pero no nos perdamos en nimiedades ni caigamos en tratar la hoja de ruta de las cosas que al poder les encantaría que nos enredásemos.

No deis tanta importancia a lo que digan los medios de descomunicación, a no ser que os creáis que no lo son, pues mucha gente afirma que lo son pero luego se basa en ellos para creerse informado y no direccionado, ya que están completamente desprovistos de medios y agencias de información propias que les posibiliten otra realidad (descrita a través de la información) que no sea la que los lobbies financieros de dichos grupos empresariales establecen como lo real y lo que existe.