jueves, 16 de mayo de 2024

Un Gobierno cobarde

 

Mosaico Palestina- Guernika




Juan García Ballesteros
Colectivo Prometeo



Pienso que un gobierno progresista lo que debe hacer al proponer proyectos de Ley es que cada una se presente, con suficiente antelación, por separado, para que lo diferentes grupos parlamentarios lo puedan estudiar y, por tanto, presentar modificaciones o alternativas. Pero ocurre, que, en ocasiones, la propuesta del gobierno viene con trampa, porque se proponen varias leyes a la vez (decreto ómnibus) y, junto a leyes progresistas, se cuela una que supone un retroceso, un recorte de derechos.

Mucho revuelo levantó el voto en contra de Podemos en enero sobre el real decreto de los subsidios de Yolanda Díaz. A pesar que desde el partido morado habían manifestado su disposición a negociar con el Ministerios de Trabajo para que, si se eliminaba del decreto ómnibus el recorte para la jubilación de los mayores de 52 años, lo aprobaría. La vicepresidenta Yolanda Díaz se negó a llegar a ningún acuerdo. La consecuencia fue que el NO de Podemos tumbó el decreto.

Diferentes grupos mediáticos y tertulianos han tachado de irresponsable la postura que tuvo el partido morado. La señora Díaz se despachó a su gusto y dijo que “Podemos ha golpeado a los trabajadores y trabajadoras de mi país y lo ha hecho de la mano de Vox y del PP”.

Incluso Íñigo Errejón de Más País manifestó:

"Hubo quien no pensó en los desempleados, en la gente más humilde y que más lo necesitaba, en aquellos que los habían votado. Hay gente que no se puede creer que hayan votado en contra. Pero lo vamos a sacar adelante, lo vamos a volver a llevar y a aprobar. Estar en el Gobierno no es un fin, es un medio para gobernar y mejorar la vida de la gente trabajadora".

Cuando Podemos decía que no podía aceptar un recorte tan importante que afectaba a miles de trabajadores de mayores de 52 años, desde el Gobierno dijeron que NO era tal recorte, luego reconocieron que SÍ y esta semana rectifica, lo elimina del real decreto y lo someterá pronto a votación. Es urgente porque su aprobación es necesaria para poder recibir el cuarto pago de los fondos europeos. Todo esto se hubiera evitado si, en su momento, se hubiera aceptado la propuesta de Podemos de eliminar ese recorte.

Sobre la tragedia en Palestina se está escribiendo y grabando mucho. Estamos asistiendo a un genocidio planificado por el estado sionista contra una población indefensa, que está sufriendo una de las mayores matanzas de inocentes (niños, niñas, mujeres, ancianos, ancianas, …) de la historia. Todo con la complicidad tanto de EEUU como de la UE, incluida España.

A pesar de las múltiples manifestaciones, de las acampadas de universitarios, de la condena internacional de muchos países, de las resoluciones de la ONU en contra del estado sionista, a los países cómplices que mantienen y apoyan al gobierno criminal, no se les mueve la conciencia para tomar medidas drásticas y acabar con tanta iniquidad, tanta barbarie, tantos asesinatos de inocentes.

Muchos colectivos palestinos en nuestro país, organizaciones sociales y partidos políticos llevan tiempo condenando la agresión israelí y diciendo con claridad que se está cometiendo un “genocidio”. Ione Belarra (Podemos) fue, siendo todavía ministra, la persona de la izquierda que se atrevió a decirlo públicamente hace ya seis meses.

El gobierno español ha condenado, con baja intensidad, los ataques sionistas. Se ha propuesto reconocer al Estado Palestino (lleva muchos años diciéndolo), pero sólo son “palabras”, para no molestar a Israel “país amigo”.

Sumar ha presentado esta semana una Proposición No de Ley (PN) en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso para condenar la agresión del gobierno de Netanyahu. Vamos a analizar su contenido. En toda la terminología utilizada pone en el mismo plano el ataque brutal del 7 de octubre de Hamás con toda la masacre que posteriormente está cometiendo Israel. Lo que está ocurriendo en Gaza lo llama “enfrentamientos armados entre Palestina e Israel”, como si de dos ejércitos se tratara. En ningún momento, el texto presentado por Sumar aparece la palabra “genocidio” (afirmado por la ONU) para describir lo que está ocurriendo. Lo llaman “castigo colectivo contra la población” o “ejercicio de violencia impune contra todo el pueblo palestino”.

En el primer punto del texto, vuelve a equiparar la matanza de Hamás con la masacre provocada por el estado sionista en estos siete meses de ataques a una población civil: “Condenar, de forma inequívoca, los actos de terror y ataques contra población civil de Hamás y el Estado de Israel; y expresar solidaridad con todas las víctimas civiles, con independencia de su procedencia, que deben tener la misma consideración y respeto”. Tiene una parte muy positiva cuando en la PNL se pide que se acabe con los bombardeos sobre la Franja de Gaza que han acabado con vida de civiles, un alto el fuego e intercambio de rehenes, supervisado por la ONU, la apertura de corredores humanitarios, la retirada de los territorios ocupados, el desmantelamiento del muro y el fin de los asentamientos ilegales. También se recoge que la UE suspenda el acuerdo con Israel y que lo estados miembros acaben con la venta de armas a ese gobierno.

Sin embargo, no le pide nada de lo que nuestro Gobierno podría hacer: romper relaciones diplomáticas (al igual que muchos países del mundo ya han hecho), no enviarle armas, paralizar el barco cargado de armas para Israel que se encuentra en el Puerto de Algeciras, apoyar al gobierno de Sudáfrica en su denuncia ante la Corte Penal Internacional y pedir sanciones contra la cúpula de Netanyahu. De esto nada se recoge.

Por fin, la señora ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha dado un paso al frente sobre la situación en Palestina al hablar de “genocidio”. Ha sido con motivo de la final de Eurovisión 2024. En este contexto se ha mostrado tajante al “rechazar la participación del país hebreo” y ha manifestado que “nuestra televisión pública no puede permitir que un concurso que defiende la paz y la diversidad se convierta en un acto de propaganda en medio de un genocidio”.







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