Antonio Bujalance Cantero
Colectivo Prometeo
Como componente del Colectivo Prometeo he publicado en las últimas semanas dos artículos en nuestro blog, aparecidos también en Baena Hoy.
El primero,“Qué pasó en Baena en Julio de 1936”, un esbozo general de lo acaecido y el segundo centrado en las peripecias de mi propria familia, en mi abuelo particularmente.
Sin embargo voy a necesitar algún espacio más para responder a los comentarios que he ido recibiendo de los numerosos lectores. En general, positivos, y también voy a hacer algunas consideraciones y aclaraciones.
Los más numerosos provienen de gente de ya cierta edad, viniendo a resaltar que estos artículos y otros por el estilo sirven como tónico contra la desmemoria y, sobre todo, para que las jóvenes generaciones no olviden el duro pasado del que venimos. Pero para ello deben antes conocerlo.
Por eso se me revuelven las tripas cuando escucho esa absurda tesis de mejor no “remover el pasado”. No se trata de remover nada, sino de conocer la historia y la cercana y más reciente antes que la de los reyes godos. Es que así es como debe hacerse, partiendo del medio en que vivimos, ya sea para estudiar ciencias naturales, literatura o historia.
Alguna responsabilidad tendremos en ello el profesorado, y lo digo yo que llevo 37 años en la profesión y sé perfectamente de lo que hablo, si los estudiantes de Baena, por poner un ejemplo, no conocen absolutamente nada de lo que ocurrió en su pueblo durante la guerra civil, es decir de lo que les ocurrió a nuestras familias.
El ejercicio de memoria familiar que yo he hecho sería sano y constructivo que lo hiciera esta sociedad hedonista y amnésica, particularmente los jóvenes. Ahí dejo la sugerencia, para quien crea, pueda y quiera recogerla. Quizás serviría para inocular a los jóvenes algunos anticuerpos contra tanto involucionismo, revisionismo y manipulación.
A mí me produce vértigo cuando escucho a nietos de simples jornaleros asesinados en el Paseo comulgar con discursos neofascistas y machistas, pues suelen ir en el mismo lote, tan en boga ahora entre muchos, desgraciadamente.
Un problema real es que la actual Ley de Memoria Histórica carece de determinado desarrollo normativo(decretos, órdenes que vayan a su concreción), no deja de ser una mera declaración de intenciones porque ni impone plazos, por ejemplo, para la retirada de símbolos franquistas ni establece las sanciones correspondientes en caso de incumplimiento. Es decir, a discreción.
Así, buscando en la web fotos y algunos datos que me faltaban para completar los artículos, he dado con páginas infames. Pondré un sólo ejemplo, publicado en El Español Digital, que versa según el autor, un tal Toribio, sobre la sangrienta masacre frentepopulista en Baena.
Aclaro por si no se entiende bien: la sangrienta masacre que perpetraron los rojos en Baena. El artículo es reciente, pero podría haberse escrito hace 80 años, ya que sólo utiliza fuentes franquistas.
No voy ni a proporcionar la ruta exacta para no hacer propaganda de tan infame folleto. Por poner un sólo ejemplo, la detención del cabo de la Guardia Civil de Albendín y su posterior consejo de guerra era lógico y necesario al tratarse de un peligroso y acreditado marxista. Y así todo.
Tergiversar la historia es lo que no puede admitirse. No estamos hablando de errores, que podemos cometer cualquiera, sino de la construcción de discursos obscenos. Pero esto es, además, lo que vemos a diario en declaraciones, noticias, redes sociales…en pseudomedios de comunicación ultras, que cuando los consume una población incapaz de hacer una lectura crítica, pienso de nuevo en los jóvenes, pues tenemos un excelente terreno abonado para la manipulación.
Un error, o más bién una imprecisión, cometí yo mismo en la segunda entrega, de lo cual me advirtió un lector.
Concretamente Gabriel Caballero Cubillo, amigo mío por lo demás: “Mi abuelo fue efectivamente juez militar, pero su cometido era la instrucción. Las sentencias, si no me equivoco eran dictadas por un tribunal de Córdoba, desde luego juicios sumarísimos sin ninguna garantía, como podemos imaginar… Creo que es de justicia ceñirse a los hechos, ya que si bien es evidente el bando en que se posicionó mi abuelo, para nada intervino en los veredictos de los consejos de guerra”. He estado consultando y, efectivamente, un tribunal, formado por militares sin formación jurídica, llegaba a Baena cuando ya había varios sumarios acumulados (20 encausados por ejemplo el 24 de mayo de 1939) y se volvía a Córdoba al terminar la jornada, sin tiempo material para analizar cada caso individualmente y menos en detalle.
Los informes, que obraban en la instrucción, de la Guardia Civil y la Falange, eran más que suficientes, según Arcángel Bédmar, para emitir sentencias, muchas de ellas de muerte. Un paripé de justicia sin duda, pero ciertamente Gabriel tiene razón y en sucesivas ediciones de esa entrega corregiré el dato para que sea exacto.
Si algún lector quiere profundizar, hay un libro de Antonio Barragán, “Enterado, Justicia militar de guerra en Córdoba”, de reciente edición.
En la primera entrega ya argumentaba como no es comparable la represión ejercida en el Paseo por tropa regular y la que individuos particulares, desesperados, realizaron en San Francisco, argumento que no voy a repetir.
En el bando nacional, por el contrario, la represión, durísima e indiscriminada sobre todo en el inicio de la sublevación, estaba basada en el fusilamiento público para aterrorizar a la población. Era una política de estado, no se trataba de excesos ocasionales.
Las instrucciones de Mola al respecto son esclarecedoras: “Se tendrá en cuenta que la acción será en extremo violenta…. aplicándose castigos ejemplares para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas”. El mismo Franco en una cita recogida por Paul Preston en su biografía, fechada el 22 de julio de 1936, se refiere a los que no apoyan la sublevación como “animales” que deben ser “extirpados” del cuerpo nacional.
El “supuesto” acto sacrílego de los “rojos” en San Francisco.
Otros comentarios han vuelto a sacar a relucir el supuesto acto sacrílego contra el camarín de Jesús Nazareno. Hubo durante mucho tiempo una placa en la iglesia de San Francisco, ya retirada, según la cual durante la dominación roja se efectuaron varios disparos contra la imagen, pero “milagrosamente”ninguno llegó a alcanzarla. Creo que esta versión es sencillamente un fraude. Aunque las fotos son antiguas tienen la suficiente definición, creo, para apreciar claramente que los disparos no son de escopetas de perdigones sino de bala, de fusil con toda probabilidad. Si recuerdan la primera entrega de esta serie, les llamaba la atención sobre un dato importante: los campesinos republicanos y anarquistas carecían de armas, a excepción de unas pocas escopetas de perdigones que pudieron requisar en los cortijos que rodean Baena. De hecho todas las personas asesinadas en San Francisco lo fueron a golpes, excepto algunos presos que colocaron como parapeto en los balcones, los cuales fueron tiroteados por las fuerza del ejército rebelde que inició la ocupación en la mañana del 29 de julio.
Así que estaríamos ante un bulo más del nacionalcatolicismo. La propaganda franquista también nos hizo creer que Guernica fue incendiada por los rojos o que la matanza de Badajoz era una mentira más del enemigo.
En el foro Fotos de Baena antigua, el 13 de febrero de 2021 se inició un debate con mucha participación, algunas de fechas recientes, y varios e interesantes testimonios en este sentido, algunos de gran valor testimonial porque procedían de testigos directos, señalando que los disparos contra el camarín los realizaron “a discreción” las tropas que tomaron la iglesia, en previsión de que pudiera haber todavía allí gente hostil a los golpistas. Es interesante leerlo. Cuando tomaron la iglesia, cuartel general de anarquistas y republicanos, en su mayoría ya habían huido hacia Castro del Río, a escasos 20 Km.
José Cortés de los Ríos me ha hecho llegar el siguiente testimonio:
“El ejército que entró al mando del coronel Sáenz de Buruaga tenía la capacidad militar suficiente para apoderarse de Baena sin derramar una gota de sangre, pero dicho coronel fue fiel a la consigna de amedrantar a la gente para que no se unieran a los republicanos.
Si en lugar de ir casa por casa apresando a los hombres, reunirlos en el Paseo y asesinarlos, se hubiese dirigido directamente a San Francisco para liberar a los rehenes que allí tenían los republicanos, una y otra matanza se podrían haber evitado.
Los republicanos establecieron su cuartel general en San Francisco. El número de asesinados en dicho convento fue de 81, cuyos nombres y apellidos constan en una lápida existente en el patio del convento.
Uno de los bulos y mentiras del franquismo y de la iglesia católica es presentar estos disparos “realizados por los rojos” como un milagro. Ni los disparos que aparecen en el cristal son un “misterio sin resolver” ni los realizaron los “rojos”. Se sabe que fueron obra de las llamadas tropas nacionales o “golpistas” durante la toma de la iglesia. Está clarísimo, física y matemáticamente, que los disparos fueron realizados desde el coro al suelo del camarín y no a las imágenes, ante el temor de que algunos “rojos” estuviesen escondidos bajo las túnicas y hábitos de las tallas. Siendo yo estudiante, la religión católica era una asignatura obligatoria en bachiller. Mi profesor de religión era el cura D. José María Romero, conocido por “Sandalico”, en más de una ocasión en clase nos dijo que fueron los “nacionales” quienes dispararon al camarín por el temor antes expresado”.
TRES APUNTES RÁPIDOS.
1. Franco, al finalizar la guerra mundial, con la derrota de las potencias del Eje, cuya ayuda fue decisiva para ganar la guerra civil, estaba en una situación muy precaria. Hace ahora 80 años, en la Conferencia de Potsdam, se decidió el futuro de España, entre otras cosas. El 19 de julio, Stalin planteó la viabilidad de acabar con el régimen de Franco. Truman tibiamente y Churchill de forma enérgica, rechazaron cualquier intervención contra el dictador. El asunto de zanjaría impidiendo la entrada de España en la ONU. Pero Franco tuvo suerte porque la Alianza de EE.UU y la URSS duraría poco. Dos años después, en el inicio de la guerra fría, España ingresó en la ONU y EE.UU puso fin al aislamiento.
2. La situación en los primeros años de posguerra fueron dramáticos. Los años 1941 y 42, especialmente duros, “los años del hambre” como se conocen en Baena. Recuerdo la anécdota que cuenta el poeta Juan Bernier en sus Memorias, libro absolutamente insólito en la literatura española y sólo comparable a un Jean Genet en la francesa. Bernier hizo la guerra con Franco, no por ser especialmente de derechas, sino porque lo reclutaron en Córdoba. De la misma forma, todos los mozos de Villanueva en edad militar lucharon por la República, como cuenta Moreno Gómez, fueran de izquierdas o de derechas. Pues en Sevilla, recién terminada la guerra, tras un altercado, estuvo preso Bernier. A los “comunes” los tenían en el patio del piso bajo. A los rojos en la planta superior, aislados. Cuenta como todas las noches, también cuando estuvo de maestro en Puente Genil más tarde, había sacas y podía escuchar los disparos de fusilería. Pues bien, estando ya en Córdoba en los años del hambre, dice, que preferían pensar, supongo que los que podían llenar el estómago, que la gente que encontraban tirada en la calle era porque estaban borrachos, no porque estuvieran famélicos, muriéndose literalmente de hambre.
3. Han transcurrido ya 89 años desde inicio de la guerra civil, más de la mitad de ese tiempo sin el dictador, del que este año se cumplirá el 50 aniversario de su fallecimiento. Dando por bueno que durante los primeros veinte años de la Transición hubiera un pacto de silencio, por las circunstancias que atravesaba el país -ruido de sables incluido-, no tiene ya razón de ser la lentitud en realizar las exhumaciones y la reparación a las víctimas del franquismo. De seguir a este paso, no sólo habrán desaparecido los hijos de los represaliados, efectivamente ninguno de mis tíos vive ya, sino también los nietos.
A nivel local, por favor, de seguir celebrando actos de homenaje, en futuros 28 de julio, hágase algo más digno. El celebrado recientemente casi parece un acto clandestino, con un puñado de políticos en una plaza vacía, poco más que para una triste foto.
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