Manuel Marrero Morales
Las dos centrales
sindicales mayoritarias en el conjunto del Estado, CC.OO y UGT, han convocado
una jornada de lucha en todos los centros de trabajo, públicos y privados, para
el próximo 15 de octubre, para denunciar el genocidio del Estado israelí.
Añaden que “El
Estado de Palestina, y especialmente la población de Gaza, está siendo víctima
de un genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad, deportaciones masivas
y destrucción de sus viviendas e infraestructuras”.
Ante esta
convocatoria, a nivel estatal, considero que desde toda la ciudadanía
deberíamos sumarnos a esta jornada de lucha.
Aunque también habría que exigirle a los sindicatos convocantes que debieran hacer el esfuerzo para invitar a hacer una convocatoria conjunta en cada uno de los territorios del Estado con todas las organizaciones sindicales, políticas, estudiantiles y de todo tipo, que quieran unirse a esta necesaria jornada de lucha.
El protagonista es el pueblo palestino, que sufre este genocidio. El resto debemos unirnos, sin fisuras ni protagonismos, a seguir denunciando esta situación y seguir exigiendo al Gobierno del Estado y a la Unión Europea que actúen en consecuencia con lo que es un clamor popular.
Junto a toda la
destrucción con bombas, tanques, drones y soldados armados hasta los dientes,
se están usando otras armas de guerra: matar de hambre a la población, impidiendo
la entrada de la ayuda humanitaria, y cuando hay algo parecido a reparto de
alimentos, asesinar vilmente a la población que se aglomera. Estas acciones son
crímenes de guerra.
Ante el objetivo
de Israel y EE.UU., de exterminar a la población palestina como grupo y
repartirse el botín del territorio, como así han manifestado de forma obscena
Trump y Netanyahu, ante esta operación de exterminio, declarada por la ONU como
genocidio, no podemos ser cómplices con nuestro silencio, y no cabe otra opción
que alzar nuestra voz en defensa del alto el fuego, del cese del genocidio, de
exigir la entrada inmediata de ayuda humanitaria, de impedir que se consume la
barbarie perpetrada contra la población palestina de Gaza y Cisjordania.
Los convocantes
en cada territorio, como hemos hecho siempre en todas las luchas unitarias,
seguramente harán todos los esfuerzos para realizar acciones conjuntas: concentraciones
a una hora determinada, manifestaciones, lectura de manifiestos, cuelgue de
pancartas y banderas palestinas en los distintos centros de trabajo,…
Frente a los
intentos represivos de algunos gobiernos autonómicos para impedir la
movilización ciudadana, y especialmente la movilización educativa, tenemos que
tomar partido. Los centros educativos, por ejemplo, que en muchas etapas
anteriores de nuestra reciente democracia, se han manifestado por la defensa de
los Derechos Humanos, por la paz y contra las injusticias y las guerras, tienen
ahora la posibilidad de recuperar, con más fuerza si cabe, esa costumbre de
transmitir esos valores, movilizando a todas las comunidades educativas,
realizando reflexiones en las clases al respecto, saliendo a la calle,
concentrándose en los patios de recreo o en las plazas, leyendo manifiestos,
coreando consignas, colgando pancartas y banderas palestinas en los propios
centros,… en definitiva generando conciencia ciudadana y tomando partido por el
pueblo palestino que está sufriendo este genocidio.
Defender los
Derechos Humanos, pronunciarnos contra este genocidio, exigir a nuestros
gobiernos actitudes valientes y de defensa de la justicia y la paz, es hoy un
deber ético del conjunto de la ciudadanía.
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