viernes, 19 de septiembre de 2025

La Tapadera




Remedios Copa
Colectivo Prometeo

Lo que estamos viviendo ya parece la Caja de Pandora. 

Recordemos el mito que atribuye la introducción de todos los males en el mundo a la desobediencia de Pandora, primera mujer de la creación, dotada con muchos dones y también de la curiosidad. Pandora fue creada por Zeus como castigo a la humanidad por el robo del fuego que había hecho Prometeo

Enviada por Zeus, Pandora se caso con el hermano de Prometeo, Epimeteo, recibiendo de los dioses como regalo de boda una caja y la advertencia de que no debía abrirla, pero la curiosidad innata de Pandora hizo que, pese a las advertencias, abriera la caja, acción que permitió la salida de una oleada de enfermedades, sufrimiento, guerra, odio y desdichas y se esparcieran por el mundo. La caja también contenía otra entidad: la Esperanza, pero el miedo hizo que Pandora cerrara la caja y de ese modo la Esperanza quedó prisionera. Esta historia es el origen de la famosa frase “la esperanza es lo último que se pierde”.

La curiosidad, lo mismo que la imprudencia, puede tener consecuencias negativas pero gracias a la esperanza los seres humanos pueden hacer frente a las adversidades.

Como en estos tiempos que vivimos parece que todos los males se están apoderando de la humanidad, gracias a la imprudencia, maldad y temeridad de muchas de las decisiones que llevan a cabo algunos gobernantes y muchos de los políticos que aspiran a ocupar el poder, existe el temor de que los peores males que encerraba la Caja de Pandora se estén apoderando de la humanidad. Es por eso que conviene recordar que en la caja también estaba la Esperanza y que liberándola será la única manera de que la humanidad reaccione y entierre los graves males que nos acechan.

Las fake news y los relatos ad hoc con los que quienes defienden los intereses políticos y económicos tratan de llevar “el ascua a su sardina”, evitar todo vestigio de pensamiento crítico y conducir dócilmente el rebaño al redil del pensamiento único, el afín a sus intereses y criterio, están llevando a la humanidad al borde del precipicio y la autodestrucción.

Si la ciudadanía no rescata la esperanza y la confianza en su capacidad para obligar a la reconducción, la desigualdad y la pobreza irán en aumento, los conceptos de bienestar social, salud, educación y los Derechos Humanos irán dando pasos hacia la miseria y la esclavitud al servicio del neo-capitalismos salvaje, del armamentismo y las guerras necesarias para mantener esa industria, trayendo cada vez más sufrimiento, muerte y genocidios.

Los derrocamientos de gobiernos democráticos son el objetivo de las fuerzas oscuras. Las herramientas que utilizan se valen de todas las artimañas para dividir a la ciudadanía, imponer un único relato, expandir el odio, fomentar acciones de falsa bandera que sirvan de justificación a sus proyectos e intereses y, la última tendencia es la represión brutal de la libertad de expresión o de muestras de desacuerdo social con las políticas y el relato oficial sobre determinados asuntos y, finalmente, la guerra judicial para provocar los llamados “derrocamientos blandos” de gobiernos democráticos.

Cualquier oposición a los intereses geoestratégicos y/o económicos del país hegemón o de aquellos que le obedecen y son puntera para sus dominios pueden ser objeto de guerra sucia, amenazas, derrocamiento de su gobierno, sanciones coercitivas, guerra abierta o incluso de exterminio genocida.

En la actualidad, el expolio de los recursos finitos y la lucha por acapararlos está detrás de la triste deriva que sufre el planeta; si analizamos dónde se están produciendo las mayores tropelías veremos que se trata de países o zonas que los poseen: energías fósiles, tierras raras, agua potable…, o bien ocupan una posición estratégica en la zona para alcanzarlos y explotarlos. También nos encontraremos con grandes corporaciones que ya tienen firmados contratos de explotación incluso antes de que termine el conflicto y la toma del territorio; podemos ver algunos de estos ejemplos con empresas norteamericanas para proyectos en tierras palestinas y ucranianas.

El desprecio por el Derecho Internacional y los Derechos Humanos son compañeros de viaje en la política actual que están implementando algunos países y organizaciones económicas poderosas, pero también se producen esos males a menor escala en otras zonas, en países que aún no han renunciado a la democracia pero que en los que ya crecen fuerzas que ponen contra las cuerdas los derechos legales de sus ciudadanos cuando reaccionan ante riesgos inminentes o injusticias de la humanidad.

¿Dónde o en qué los podemos observar de cerca? Pues los tenemos en las reacciones represoras frente al clamor mundial contra el genocidio, (en nuestro país también), en las movilizaciones en contra de las guerras y las políticas armamentistas, de los recortes en los presupuestos de bienestar social, también frente al rechazo del expolio de lo público para ponerlo al servicio privado, a las agresiones medioambientales y tantas otras situaciones que son causa de reacciones de oposición ciudadana.

Pero lo que más urticaria le produce a las ideologías de ultraderecha es la pluralidad democrática. Ahí nos están dando ejemplos a diario de cómo echan mano de todos los medios y poderes posibles para acogotar la democracia y, un ejemplo de lo que se cuece es la declaración del señor Tellado, Secretario General del Partido Popular, “Podemos empezar a cavar la fosa donde reposarán los restos de un Gobierno que nunca debió haber existido en nuestro país”…

Para terminar, como quiera que la cantinela para atacar al Gobierno es la corrupción, ojalá que los juicios de la Gürtel, Kitchen y similares consigan levantar la tapadera y por fin se vacíe la Caja de Pandora de toda la inmundicia y regrese a nuestras Instituciones la decencia y la Justicia. Hay que luchar por eso y para lograrlo la ciudadanía debe echar mano de su fuerza y liberar la Esperanza.



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