lunes, 1 de junio de 2020

¿¡Estamos con Julio!?

José Antonio, Amelia  y Julio en las Jornadas Laicistas (2019)


José Antonio Naz Valverde

Colectivo Prometeo.

“Obras son amores y no buenas razones”

Dos semanas después del fallecimiento del amigo y compañero Julio Anguita, sigo leyendo docenas de escritos, miles de notas y comentarios en redes sociales, y recibiendo decenas de wassap y llamadas personales. En todos los casos, incluyendo los obituarios y las necrológicas más institucionales, se lamenta la pérdida del gran personaje y la magnífica persona llena de valores que aplicaba coherentemente en su vida. Pero además, casi todos insisten en su clara visión política, sus acertados análisis de la situación, sus estudiadas y certeras propuestas, su compromiso cotidiano personal y su llamamiento continuado a la necesaria implicación colectiva y organizada para conseguir una sociedad más justa e igualitaria.
A esos llamamientos, desde Convocatoria por Andalucía al Frente Cívico, hemos respondido miles de personas a lo largo de los años, pero en muchos casos la implicación no ha ido mucho más allá de firmar manifiestos, apoyar en redes o participar en actos públicos. O incluso participar, más de un millón de personas, en la histórica marcha por la Dignidad el 22 M. Pero no basta con las reacciones espontáneas y las manifestaciones puntuales, por muy grandes que sean; todo esto es bueno y necesario, pero sólo es efectivo dentro de un plan colectivo de cambio con un programa común. El eslogan de las multitudinarias marchas de aquel 22 de marzo de 2014 “pan, trabajo, techo y dignidad”, tiene que materializarse en medidas concretas en un programa elaborado, aprobado y defendido por la inmensa mayoría social, que conforme una mayoría parlamentaria suficiente y un gobierno que legisle para aplicarlas. Unidas Podemos , también apoyado por Julio, está intentando desde el gobierno de coalición promover algunas medidas que respondan a esas demandas, pero necesitarán de un gran apoyo social que anule los ataques de los poderes reales que solo defienden sus privilegios.

Dos semanas antes de que parara definitivamente su corazón, Julio, junto con el Colectivo Prometeo, había hecho público un manifiesto, donde se analiza con preocupación la situación de nuestro país, en momentos de epidemia sanitaria, pero también de criáis social y económica, y con rebrotes de fascismo, en la versión franquista que continuamos padeciendo en España; al tiempo que se evidencia la debilidad de los servicios públicos y del Estado como garante de la supervivencia y el bienestar general. Ante esto hacen propuestas con unos claros objetivos: aplicación de los derechos y deberes recogidos en la Constitución, creación de un tejido productivo ligado al territorio y a las necesidades de la mayoría social y políticas claras medioambientales con medidas urgentes; todo ello debe llevar al pleno empleo, a una verdadera democracia económica y a una calidad ambiental. Y se proponen los instrumentos: “un Estado fuerte y una sociedad cohesionada”. No se nos escapa que lo primero no puede darse y ser efectivo sin lo segundo. Y que la cohesión sólo puede darse compartiendo colectivamente análisis, propuestas y compromisos. Por ello el manifiesto termina haciendo un llamamiento a las fuerzas políticas, sindicales y colectivos socioculturales, junto a la ciudadanía en general a “organizar colegiadamente el combate político-cultural y la entente programática”.

Esa idea de organizarse colectivamente ha sido una constante en la vida política de Julio, y ya tenía previsto predicar con su compromiso personal en su tierra de Cordoba, donde iba a ser ponente en un taller con el título de “Unidad social para el cambio”, que debía celebrarse el 27 de marzo y tuvo que posponerse por causa del Covid19. Dicho acto sería convocado por IU y Podemos, con invitación a todos los sindicatos y colectivos sociales de la provincia. Coherente con su rigor metodologico, desde finales de febrero Julio había preparado un documento de base que debatió con quienes íbamos a coordinar el acto, habíamos elaborado conjuntamente el listado de colectivos y personas a invitar, el horario y desarrollo de la sesión, los grupos de trabajo, la documentación a proporcionar … todos los detalles en función del objetivo: salir con las reflexiones y debates previstos y la organización suficiente para coordinar los compromisos y las tareas aprobadas.

Desgraciadamente no podremos contar con su persona para desarrollar en cada territorio esas reuniones de organización colectiva, pero el liderazgo de Julio estará presente en sus documentos y propuestas y su ejemplo seguirá empujándonos al compromiso efectivo. No puede hacer más, pero ya es bastante ayuda. Nos toca a todos los que nos sentimos interpelados por su llamamiento y de acuerdo con su propuesta comenzar a trabajar para hacerla posible. Y no solamente como homenaje a su memoria, sino por propio sentido común de bienestar y supervivencia para nosotros y para las generaciones venideras.

El Colectivo Prometeo se ha comprometido a continuar coordinando el desarrollo del manifiesto “El hoy y el mañana: razones para nuestro compromiso”, convocando para ello a todas las miles de personas que lo están firmando y a cuantas quieran participar. La sesión- taller prevista para marzo tendrá lugar en cuanto sea posible. Y se multiplicarán los encuentros y reuniones en todos los territorios, multiplicando la implicación y el compromiso hasta conseguir los objetivos.

La leyenda de que El Cid venció en una batalla después de muerto no es del todo cierta. En realidad vencieron los soldados vivos con su arrojo, su valentía y sus tácticas guerreras. Pero la imagen del Cid era el elemento de unión del ejército, el guía que infundía el animo y mostraba el objetivo.

Julio puede ser todo eso en esta batalla, además del uso concreto y práctico que podemos hacer de su legado.
















3 comentarios:

José Cerdeira Soto dijo...

Lo espero ansioso, espero que aquí en Pontevedra también se desarrolle; contactaré con Izquierda Unida.No se puede frenar esa idea tan necesaria e interesante. Para fructificar hay que ponerse manos a la obra y pensando que llevará su tiempo, no es una concentración, es un proyecto para llevar a la practica;es necesario: deseos de llevarlo a cabo, voluntad, inteligencia, disciplina y utopia, no quimera, como muy bien matizaba Julio Anguita.

Apertas agarimosas a todos/as.

Paco Muñoz dijo...

El mejor de los homenajes que se le puede hacer es llevar a efecto lo previsto. Un abrazo

Marian M dijo...

Julio nos ha dejado una gran herencia que no se puede haber resumido mejor. Cada uno en su parcela puede hace algo y con la unión se puede hacer mucho. Pensemos en nuevas formas de organización porque hay mucho por lo que seguir luchando y se nos viene una situación muy complicada. Saludos