lunes, 10 de agosto de 2020

Las tragaderas. Notas sueltas.



Paco Berral

1.- Cada tiempo tiene su ritmo, su pulsión, su música… Hoy pones el oído, intentas escuchar atentamente, captar el aire y no escuchas más que las mismas ideas, frescas en su día, hoy pura retórica vacua. Necesitamos encontrar el lenguaje del presente y prenderle mecha de futuro. Una explosión de lenguaje actualizado, a contracorriente. Porque la lengua predominante de hoy es el silencio, un inquietante silencio. Y la extrema derecha padece horror vacui, llena todo ese silencio de propaganda, conforme a su naturaleza barroca, contrarreformista.

2.- Tiempo líquido el que vivimos, decía el intelectual. Más bien gaseoso. Pero de gases raros, aleatorios, erráticos. Un escenario revolucionario vacío, donde al capitalismo, al neoliberalismo le revientan las costuras; donde al Estado se le rasga el velo y revela mejor que nunca su naturaleza de clase. Tiempo de exterminio ecológico donde resuena aquella barbaridad de “el tabaco mata lentamente; mejor, no tengo prisa” (pongan capitalismo donde pone tabaco). Buenos tiempos para el miedo, que también es gaseoso y se infiltra por todos los resquicios que encuentra. Tiempo revolucionario sin sujeto revolucionario, un auténtico caramelo para la extrema derecha, tan oportunista y parasitaria de ideas ajenas, mejor si son de origen izquierdoso.

3.- Escuché un día, no recuerdo donde, que en España se había practicado un darwinismo sociopolítico negativo. Si teníamos una minoría intelectualmente potente como la judía, la expulsamos. Si otra con una profunda maestría en el cultivo y regadío, los moriscos, lo mismo. Si los gitanos brillaban por su dominio de la forja y la herrería, pues se les expropiaba y, ¡hala!, a los caminos y la persecución. Si había partidarios de la Revolución Francesa y la Ilustración, los afrancesados, pues al exilio. Igual que liberales o republicanos, que a veces también acababan en el paredón. Luego serían masacrados y exiliados anarquistas, comunistas, socialistas, republicanos… Así, hasta depurar y quintaesenciar al auténtico pueblo español. Ese del que decía el gran Anguita que tiene unas enormes tragaderas porque se las han cultivado larga y constantemente.

4.- Respecto a los que cultivan las tragaderas, si quieren les hago un dossier de medios del verano 2020 y así se ahorran perder el tiempo con la cansina desvergüenza de nuestra prensa de papel y de nuestras teles generalistas. Es muy fácil, porque sólo 3 temas copan casi el 90% de su producción:

a) EL EMÉRITO: con lo que ha hecho por España y se tiene que marchar, el pobre, acosado por los podemitas y bolivarianos; pero menos mal que, aunque el padre sea un poco travieso y pillastre (nada, unas canillas al aire, que le debemos perdonar en justa recompensa por tanto como nos dio), nos queda el mejor, el hijo, el Preparao, que ese sí que está limpio de polvo y paja.

b) EL COVID: brotes y rebrotes, el Covid se desmadra; las Comunidades Autónomas ya tienen las competencias que reclamaban, frente al autoritarismo del Gobierno central, quien por otra parte no se debería poner de perfil y asumir sus responsabilidades (es decir, competencias), las mismas que reclaman las CCAA (añadir, “Simón dimisión” para disimular la flagrante contradicción)

c) PODEMOS/IGLESIAS: tiene moño, tiene caja B, obliga a echar al Emérito de España, persigue al Rey, quiere convertirnos en Bolivia o en Venezuela, utiliza al Emérito para tapar las irregularidades contables, no suelta el Gobierno para poder vivir de los cientos de asesores que tiene, Sánchez debe echarlos del Gobierno y destituir a Iglesias… (todo esto y más viene en los periódicos de hoy mismo y se repite, con ligeras variaciones, todos los días)

5.- La auténtica “mascota” de nuestro país de los últimos años y sobre todo de ahora: una talla caricaturizada de Pablo Iglesias, a modo de tentetieso, situada en una tómbola para que le dispare todo el que quiera. A pesar de que abundan los tiradores, siempre vuelve a quedar de pie; eso sí, cada vez más desgastado y dañado. De eso se trata.

6.- La estrategia político/mediática contra Iglesias/ Unidas Podemos es, pasado el Rubicón de la cloacas policiales, la de la gota malaya: destilar día a día vitriolo, poco a poco, sobre su figura, para convertirlo - con ayuda puntual de algunos jueces, si es necesario - en la encarnación del mal, de todo el mal; para transformarlo en un ser monstruoso, repulsivo (en realidad para desconectar el polo del cambio, cortocircuitarlo; que sólo funcione el polo de la continuidad lampedusiana) La idea de que se arremete contra Iglesias por ser como es, por sus muchos defectos personales, es lo que se pretende; pero recuerden al mencionado  Anguita, cuando pitaba en las encuestas: iluminado, quijotesco, personaje levitador, regruñón, artífice de la pinza con la derecha... (discurso alimentado por muchos de los que lloraron lágrimas de cocodrilo en su muerte) En aquel entonces,  El País le puso un periodista de presa, Rodolfo Serrano, para hacer la crónica de sus campañas, todo un destilado ideológico demoledor siguiéndolo escenario tras escenario (Rodolfo sería justamente recompensado por Rosita Aguilar, nombrándolo Jefe de Prensa de su gabinete municipal en Córdoba).

No se confundan: el ataque ad hominem, el desprestigio personal, es una vieja tradición hispana para disimular el combate político. La Santa Inquisición ya sabía bastante de eso y legó sus enseñanzas a nuestras rancias élites, que dominan el arte.

7.- La realidad, la política, es una esfera con dos fuerzas contrarias:

Al centro, hacia el núcleo, el meollo del poder, las fuerzas centrípetas que cohesionan las diferentes tendencias en liza (Vox, PP, C´s, parte del PSOE) entorno a la defensa de los grandes intereses (IBEX35 y multinacionales), envuelto todo en el celofán de la “libertad”, la “patria”, la monarquía (versión actualizada de Dios, Patria y Rey), y la falsa promesa a los subalternos que de podrán aspirar a una parte del pastel, que ellos también estarán entre los elegidos. Algún día.

En la superficie y periferia, fuerzas centrífugas (alimentadas convenientemente desde el núcleo), sin la argamasa del poder, que tienden a la fragmentación, la confrontación, el personalismo, el harakiri, la disolución, la inoperancia e inutilidad, entorno a la defensa de las esencias y/o el posibilismo, incapaces de acuerdo en torno a un realismo utópico o una utopía realista. La labor de Unidas Podemos en el Gobierno, visto lo visto, es casi un milagro. Pero los milagros son siempre efímeros, la realidad trabaja incansablemente contra el milagro.

8.- Existe en la izquierda un cansino debate, tan reiterado como inoperativo, en torno a la necesidad de crear organización, de confluir, de articular fuerzas, proyectos de cambio y mejora para las mayorías. Si no prospera, sabiendo como saben todos los afectados que hay que hacerlo, no creo que sea torpeza. ¿Alguien desencallará esto de una vez? En la prensa de mi ciudad se pueden leer el mismo día declaraciones de Izquierda Unida (IU exige…), de Adelante Andalucía (Propuesta de AA…), de Podemos (Podemos reclama…) y de Ganemos (Ganemos denuncia…) Un despropósito para unas fuerzas que en el Congreso aparecen como Unidas Podemos. ¿Qué credibilidad pueden tener para proponer crear estructuras unitarias o coordinadas de acción común, de articulación de mayorías sociales?

9.- Cuidado con las instituciones, su lógica conservadora, el apoltronamiento, la tentación de la moqueta, el compromiso lampedusiano…Porque puede suceder que se acerque alguien del poder, disfrazado de tierna abuelita, a ofrecerte magdalenas envenenadas para reventar la partida (¿verdad, Errejón?)

La entrada en las instituciones exige una tremenda inteligencia individual y colectiva para no dejarse atrapar por ellas - son auténticas arañas, agujeros negros de la ética política - y ponerlas al servicio de las mayorías, que no tienen otra cosa.

10.- Tras las últimas elecciones autonómicas (vascas y gallegas), se observa en las nacionalidades históricas un repliegue sobre lo identitario. La izquierda estatal no logra componer una comunidad de pertenencia, esencial para cualquier proyecto de transformación (algún día habrá que pensar sobre la gratuidad con que se abandonó el concepto de clase, que articulaba una comunidad internacional e internacionalista). No basta con proclamarse instrumento al servicio de una solución territorial medianamente satisfactoria para esas nacionalidades, porque los intermediarios se aceptan mientras son útiles o no cunde el desánimo, el cansancio; luego, se les despacha sin más (otro día también habrá que entrar a fondo en el federalismo, empezando por el organizativo)

11.- Se ha dicho ya que la monarquía es la piedra de bóveda que sustenta el sistema institucional y económico español, la que cohesiona las oligarquías, apoyadas en el ya pretérito bipartidismo. La irrupción de Podemos es a la vez síntoma y concausa de la crisis de ese sistema, constitucionalmente irresoluble (la Constitución se diseñó para que en la práctica no pudiera modificarse en lo esencial) El hecho de cuestionar los elementos más groseros de ese sistema (clientelismo, evasión fiscal, fiscalidad regresiva, capitalismo de amiguetes, puertas giratorias, corrupción, desmantelamiento de servicios públicos, abandono de los excluidos, contrarreforma laboral…) le ha conferido a Podemos una proyección mucho mayor a su fuerza real, que explica los nervios de las élites y la demonización de los de Iglesias. ¿Habrá un nuevo horizonte constituyente o Podemos será el más inesperado salvavidas del sistema, abducido el partido por su papel institucional?

12.- Y al pueblo, el de las tragaderas, ¿de verdad que vais a seguir resignados, a consentir…? Lo peor de la cultura de barra de bar es que, después del desahogo, el exabrupto y de escupir la cáscara de la gamba sobre el serrín, volvemos a casa, ponemos la tele y nos convertimos en los más implacables Don Algodón. El problema es que el algodón solo se lo pasamos a unos, preferentemente al Coletas y compañía, mientras que con los otros nos encogemos de hombros y nos resignamos, bien vía abstención, bien vía posibilismo ramplón. Pero el algodón, seamos conscientes, se recoge entre polvo y sangre, a precios de esclavo; aunque luego se lave e higienice y parezca inmaculado. El algodón sí que engaña.


PD.: Cuídate, cuidémonos de los idus de otoño.


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