domingo, 24 de octubre de 2021

Certezas e incertezas de lo verde

 


 



Remedios Copa
Colectivo Prometeo

De lo único que no cabe duda a estas alturas es las certezas que nos están pegando en la cara en estos momentos. Otra cuestión es cómo se explotan en función de los intereses de unos pocos o cómo se resuelven de la forma menos destructiva posible y más beneficiosa para todos.

Sin entrar a calibrar los daños materiales, de vidas humanas, flora y fauna que ya se llevaron por delante los fenómenos derivados del cambio climático, porque todos somos conocedores de los fenómenos que se están produciendo a diario en diferentes puntos de de todo el planeta, me limitaré a invitar a una reflexión sobre aquellos comportamientos sociales y políticas de desarrollo que contribuyen a agravar el calentamiento global.

Tampoco hace falta decirles que existe una crisis energética porque ya se habló bastante de ella y la estamos experimentando en nuestros bolsillos. Pero de lo que sí es necesario informarse es de cómo y por qué se produce dicha subida de precios, cómo afecta a todos los sectores de la economía y que no solo es un problema de subida del precio de la luz para los hogares.

De entrada, la subida del precio de la energía supone una subida del precio de los transportes que además de repercutir en los productos que se trasladan de un lugar a otro, puede llevar al desabastecimiento debido al cierre de fábricas porque deja de ser rentable la producción, generando así una cadena de encarecimiento de los productos que consumimos, pero algo más grave todavía, el desabastecimiento de productos básicos para nuestro consumo y el cierre de más fábricas por falta del material que no llega a tiempo, o no volverá a llegar. Porque ésta crisis no solo es de precios; también de recursos.

Y cuando hablamos de crisis de recursos no se trata solamente de recursos energéticos; también hay que hablar de recursos de materias primas que son imprescindibles para la generación y funcionamiento de la energía, pero también para la elaboración de toda la tecnología que pretende impulsar la economía 4.0, o como la llaman también, la cuarta revolución industrial.

Xoán Doldán dejó muy clara en su exposición sobre la crisis energética, (dentro del Ciclo Decrecemento que se está desarrollando en Vigo), la situación de la energía en general y en Galicia en particular y desmitificó las energías renovables como totalmente limpias, porque necesitan de una parte de energías fósiles, (contaminantes además de escasas), para su funcionamiento. Y no olvidemos que habrá que conjugar la generación de energía con la situación de emergencia climática.

Para producir cualquier tipo de energía se requiere un proceso que consume cierta cantidad de energía en su elaboración, dejando un margen positivo de energía disponible que varía según la eficiencia del mecanismo de producción, por lo que a veces determinado tipo de energías no son aconsejables porque apenas dejan margen de energía real disponible o conllevan dificultades para su traslado y acumulación, procesos complejos y que también suponen cierta cantidad de pérdida.

Según datos del Observatorio Eólico de Galicia, en el año 2019 ya teníamos instalados en nuestra tierra 4.026 aerogeneradores con una potencia de 3.900 MW. Actualmente, según la patronal eólica, la Xunta va por delante del resto del Estado en la elaboración de un corpus legislativo específicamente permisivo para permitir que las empresas eólicas puedan contar con tiempos de exposición de proyectos limitados y así, acelerar su tramitación; claro está, obviando la oposición de la ciudadanía, (que no es poca en Galicia).

Si las 275 solicitudes de nuevos parques eólicos van adelante, según la patronal eólica, Galicia tendría más del doble de los parques instalados en la actualidad y produciría 7.500MW.

La Rede Galega Stop Eólicos, asesora a los vecinos de las zonas afectadas por los parques proyectados, y denuncia que la Xunta está haciendo una fragmentación fraudulenta con la división artificiosa de grandes Polígonos Industriales Eólicos en pequeñas piezas; de ese modo se saltará el marco legal para implantarlos, siendo esta una práctica habitual de la Xunta en Galicia. Las organizaciones sociales implicadas en la valoración de los parques eólicos proyectados en Galicia hablan claramente de un “pelotazo eólico e ilegalidad continuada” con un desprecio absoluto de de la propiedad del suelo, del rural y del Patrimonio Común. Algunos parques ni respetan zonas protegidas ni la Red Natura.

También Ecologistas en Acción, la Rede para o Decrecemento, el Instituto de Resiliencia, Reagrarización e Post-Crecemento en la Galicia post- covid, y partidos de la oposición han denunciado en diversas ocasiones la destrucción irreparable que supondría esa invasión eólica para Galicia y la convertiría en una colonia esclava para satisfacer las necesidades de energía de terceros, arruinando su propio desarrollo y soberanía alimentaria.

Si tenemos en cuenta que la energía eólica necesita grandes cantidades de energías fósiles, (escasas, caras y altamente contaminantes), y sus efectos negativos para el medioambiente y la biodiversidad del entorno, no se entiende como la Administración y los políticos no están informando e implicando a la ciudadanía en cuestiones que van a ser tan importantes en su futuro.

Está claro que no todo lo que nos pintan de verde es bueno, o al menos no es absolutamente bueno. Hemos escuchado muchas advertencias ante la implementación del eco-fascismo y eco-capitalismo; y a la vista de los acontecimientos conviene informarse y no dejarse llevar sin más por los oportunismos de negocio disfrazados de verde

Ya decía Edward Chanceller que “verde es de todo menos fácil”, pero sí imprescindible y lo importante es cómo se hace. “La inversión en renovables es muy intensiva en energía y eso aumentará la demanda de petróleo a corto plazo” y ya sabemos lo que eso conlleva. También el ambientalista Jeremy Grantham advierte de que se tarda entre cuatro y cinco años en recuperar la energía empleada en fabricar aerogeneradores y otras renovables.

Y como la energía repercute en todo, como decía al principio, de la otra parte que ya nos toca directamente a todos, la repercusión de la crisis energética en el sector de la alimentación, el encarecimiento y la posibilidad de desabastecimiento, expuso y documentó ampliamente la ingeniera agrónoma Begoña de Bernardo en el Ciclo Decrecemento, organizado en Vigo.

Lo cierto es que salvo los mensajes de las fuentes neocapitalistas, todos los datos científicos y lo que vemos día a día, nos avocan a acercarnos al decrecimiento con otra mirada.




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