sábado, 7 de diciembre de 2024

Eventos climáticos y caza de brujas



Remedios Copa 

Colectivo Prometeo 

“Tenez cuidado con la riada de rabia” dice David Feria a propósito de la riada de ataques a Fernando Valladares. Y correlaciona el “affaire” de Valladares con la teoría de René Girar de cómo la creciente violencia intra-grupal nunca se desactiva si no es con el ejercicio de la violencia contra alguien; cuestión que sirve a su vez para cohesionar al grupo dirigiendo la violencia contra personas o minorías que no puedan, o tengan muy difícil, defenderse. De ese modo, cada miembro del grupo se puede permitir conservar su “inocencia” al no realizar por sí mismo el acto ejecutorio que, como señala Feria, cohesionará al grupo y desactivará, (al menos temporalmente), las tendencias violentas y los terrores intra-grupales.

El “linchamiento” del científico que tan clara y didácticamente viene mostrando los datos objetivos de la evolución del calentamiento global y las manifestaciones del cambio climático, e informando de las previsibles consecuencias si no se le pone remedio, está haciendo que quienes no han querido escuchar las advertencias de los científicos y tomado/exigido medidas preventivas, dirijan contra él su ira y frustración, cual si los efectos de la Dana los hubiera provocado él y, de paso, la violencia se desenfoque y produzca los efectos antes señalados en otro objetivo.

Lo mismo que ocurre con Valladares y con otros científicos que se han manifestado y exigido medidas urgentes para detener el calentamiento global, ocurre con cualquiera que formule la más mínima crítica al despropósito de la deriva tomada por la moda de “la agenda verde”, “las energías limpias”, “la economía circular” y cualquier otra apropiación indebida de términos y discursos que, utilizando la etiqueta, se le cambia el contenido disfrazándolo de “verde y sostenible” para que las grandes corporaciones hagan su negocio vendiendo una falacia a la opinión pública que revertirá en pingües beneficios para sus cuentas corrientes y en serios perjuicios para la ciudadanía.

Desviar a un chivo expiatorio pertinente la atención también permite que además de poner el foco de la culpa en el lugar indebido, se sigan cometiendo tropelías medioambientales que avocan a nuevos desastres, desvío de dinero público a reconstrucciones susceptibles de nuevos episodios desafortunados como los recientemente experimentados en Valencia y, como denuncian algunos, asignación de contratos de reconstrucción a empresarios del entorno del partido popular.

Sería muy recomendable, y personalmente considero que imprescindible, que las reconstrucciones se realicen con criterios técnicos y atendiendo a las advertencias de los científicos y, en lo que a la asignación de contratos se refiere, que se vigile y exija el cumplimiento de las exigencias técnicas y de la normativa jurídica para la adjudicación de contratos con la Administración Pública. 

La coordinación de las intervenciones es vital, pero el cumplimiento de la normativa de contratación tiene que ser transparente e ineludible. Las situaciones de crisis y desastres naturales son caldo de cultivo propicio para la picaresca.

La coordinación de las intervenciones es vital, pero el cumplimiento de la normativa de contratación tiene que ser transparente e ineludible. Las situaciones de crisis y desastres naturales son caldo de cultivo propicio para la picaresca.

Por otra parte, cuando se piensa en nuevas fuentes de energía, innovaciones tecnológicas u otras cuestiones que están en el candelero de lo magnifico y puntera, supuestamente para resolver tecnológicamente todos los desafíos que actualmente nos acosan, ¿no deberíamos pensar también en los riesgos que todas esas “soluciones” conllevan ante las innegables consecuencias de la crisis climática?

Imaginemos que los coches arrasados por la Dana fuesen eléctricos, ¿alguien se ha preguntado qué pasaría si se incendiara alguno?, porque cuando entran en combustión, y a veces ocurre, no se extingue hasta que se consume el vehículo. Y lo mismo podríamos pensar respecto a centrales nucleares, o al fallo de las redes que alimentan los sistemas de comunicación y las bases de datos que sostienen el almacenamiento de la información digitalizada, por ejemplo.

Ante la realidad que nos atenaza, los científicos son más necesarios que nunca, sin ellos nunca hubiéramos alcanzado los grandes avances de los que la actual sociedad dispone. Por eso, técnicos y políticos deben escucharles antes de actuar. Hoy más que nunca, la planificación de los proyectos, sean de reconstrucción o de prevención, deben contarcon su criterio.


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