Remedios Copa
Colectivo Prometeo
“Saben entrar en una guerra pero no saben salir de ella”. Esta afirmación de Ofer Casif, contrario al ataque de Israel a Irán, la justifica porque Netanyahu no tiene un plan para Gaza ni tampoco para Irán. Compara este ataque con la entrada en Líbano en 1982 para golpear a la organización para la Liberación de Palestina pero lo que iba a durar días se transformó en dos décadas. Casif asegura que la ofensiva a Irán llevaba meses preparándose con los servicios secretos israelíes desplegados en territorio enemigo.
Netanyahu es el primer ministro israelí que más obsesión ha mostrado con la idea de que Irán es su principal enemigo, pero al parecer eso se agudizó durante los últimos dos años, porque lo considera el sostén del resto de movimientos que participan en Oriente Próximo y piensa que pone en peligro a Israel. Sin embargo todo parece responder a una huida hacia adelante ante las dudas y desacuerdos dentro de su gobierno por el fracaso en la gestión de la guerra de Gaza y por su obstinación por mantenerse en el poder a pesar de la contestación interna.
Se ha lanzado al ataque para salir vivo de la crisis que atraviesa, tanto a nivel interno como internacional. Horas antes del ataque salvó “in extremis” una votación que, de haberla perdido, tendría que disolver la Cámara y convocar elecciones. Ahora algunos califican de golpe maestro el momento en que atacó Irán ya que ha conseguido que la mayoría de la Cámara defienda su decisión.
La afirmación de Netanyahu de que Irán podría conseguir la bomba atómica en menos de un año carece de prueba alguna e Irán permanecía en la mesa de negociación para la solución diplomática a la finalización de la guerra y abierta a las inspecciones pertinentes sobre sus actividades nucleares cuando Netanyahu perpetró el ataque.
En todo este tiempo, EE UU ha estado coordinando todo y, tal como se ha filtrado a la prensa días antes de que los EE UU atacaran Irán el pasado sábado, la afirmación de Trump de que no tomaría ninguna decisión hasta pasadas dos semanas, era absolutamente falsa.
Israel controla a altos mandos del régimen iraní mediante aparatos electrónicos para asesinarlos, acciones para las que también utiliza agentes secretos o iraníes infiltrados. Según las autoridades iraníes han detenido desde el ataque del día 13 a 22 colaboradores con el enemigo.
Aunque la sociedad civil intenta elevar la voz pese a las represalias y hagan un manifiesto de “no a la guerra, no al enriquecimiento del uranio, no a la República Islámica”, las expectativas de que el apoyo en contra del régimen no son altas, en parte porque la mayoría solo está centrada en sobrevivir y el régimen no parece que vaya a colapsar.
Varias personas entrevistadas coinciden en su preocupación de que el conflicto no se limite al programa nuclear y que Israel pretenda la imposición del sistema político de Irán en el futuro. No están dispuestos a que el Gobierno de Irán sea una marioneta de potencias extranjeras. Tienen pocas esperanzas de un cambio pacífico a la democracia y temen por un lado, que el actual régimen termine endureciéndose más en su autoritarismo y por otro, que a nivel internacional quede más debilitado.
Ante la entrada de los EE UU en la guerra y la imposición “de una rendición sin condiciones” a un país que está siendo atacado, algunas reacciones no se han hecho esperar y, por los motivos que sean, el pundonor de la ciudadanía mueve a defender la soberanía y autonomía del sistema de gobierno de su país, sin imposiciones extranjeras.
Precisamente por esa razón, seis organizaciones independientes iraníes opuestas a la guerra y a las políticas belicistas han firmado y publicado el día 17 una declaración conjunta dada la inestable y peligrosa situación que reina actualmente en Irán y en la región.
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