lunes, 15 de enero de 2024

Errores Políticos de consecuencias impredecibles

Barco "Éxodus"



Pepe Aguza

Colectivo Prometeo



De aquellos polvos, estos lodos, dice un refrán español. Este podría ser el resumen de la situación actual de Israel y Oriente Próximo.

El primer y gran error fue que el viernes 11 de julio de 1947, Francia permitiera que el viejo y desvencijado Éxodus embarcara a más de 4500 judíos supervivientes de los campos de exterminio nazi con destino a Palestina, en vez de buscar otra solución.

La elección del nombre suponía recordar el libro segundo del Deuteronomio, que narra la salida del pueblo hebreo de Egipto.

La intención era clara, tomar posesión y colonizar unas tierras que a pesar hacía miles de años no les pertenecían, seguían creyendo eran suyas, dado que en la antigüedad fueron de sus antepasados y por tanto estaban dispuestos a apropiarse de ellas, ignorando las fronteras que hacía siglos se habían establecido.

Sin consultar ni negociar con ninguna de las posibles partes implicadas, consideraban que moralmente el mundo estaba en deuda con ellos y deberían permitírselo por el exterminio y precio pagado durante la Segunda Guerra Mundial.


Hacía años que los colonos judíos se iban estableciendo en la zona, con los consiguientes problemas y enfrentamientos con la población nativa.

Desde el final de la Gran Guerra en 1945, con la consiguiente ayuda económica de los judíos estadounidenses y haciéndose los ignorantes el propio gobierno yanqui, numerosos barcos iban desembarcando de forma clandestina a más de 40.000 hebreos en Palestina y ante la falta de una posición firme por parte de Inglaterra, de la que en aquel tiempo era una colonia británica.

Ante el continuo flujo de desembarco colonizador hebreo, es cuando la Royal Navy intentó vigilar y cortar la llegada de nuevos barcos.

El Éxodus, que había partido del puerto francés de Sète, con algo más de 4.500 judíos hacinados y sin apenas recursos con rumbo a Palestina, su supuesta Tierra Prometida, sería interceptado por los británicos que intentaban devolverlo a Francia, pero ante la negativa a desembarcar nuevamente en territorio francés, las condiciones infrahumanas de los pasajeros y que el buque estaba a punto de hundirse, les permitieron llegar al destino deseado. Un gran error político de los países implicados que ha permitido llegar a la situación actual de nuestros días.

En junio de 1946, se produce un atentado terrorista en el Hotel Rey David de Jerusalén, sede del Secretariado del Mandato Británico de Palestina, por parte de fuerzas judías que operaban en la clandestinidad, causando cerca de un centenar de muertos, lo que supuso que en mayo de 1948 los británicos abandonaran definitivamente Israel.

Desde esa misma fecha, se constituye el Estado de Israel, que es atacado con la intención de destruirlo por varios ejércitos de Egipto, Transjordania, Siria, Líbano e Irak, ocasionando la primera guerra árabe-israelí, en la que finalmente serán vencidos por los israelitas. Desde ese momento continúan los conflictos bélicos entre los Estados Árabes e Israel, obligando a más de 700.000 palestinos a vivir en campamentos de refugiados de Siria, Líbano, Jordania y la franja de Gaza y Cisjordania.

Desde entonces Israel ha mantenido ocho guerras oficiales con los países árabes, además de centenares de conflictos permanentes.

En 1967 la Guerra de los Seis Días contra Egipto, Siria, Jordania y Líbano, supondría para Israel apoderarse de Cisjordania, Jerusalén occidental, Gaza, Península del Sinaí y los Altos del Golán de Siria.

Más tarde se produciría la Guerra de Yom Kipur en octubre de 1973, cuando los estados árabes liderados por Egipto y Siria trataban de recuperar territorios perdidos en la guerra anterior.



A la sombra de todos los conflictos siempre estarían los Estados Unidos y algunos de sus allegados, proporcionando armas y dinero para el mantenimiento de la situación y sus propios intereses.

Los conflictos en la estrecha franja de Gaza, de apenas 365 kilómetros cuadrados, se han venido repitiendo continuamente y en especial en 2008, 2014, 2021 y el último desde el 7 de octubre de 2023, que a día de hoy ha supuesto la muerte de al menos 24.500 personas, en la mayoría de casos víctimas inocentes, mujeres, niños, ancianos y enfermos ingresados en hospitales, escuelas o iglesias ante la mirada impasible de muchas organizaciones mundiales.



El presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, en una actitud prepotente y de soberbia, asegura que la guerra, en contra de lo que puedan aconsejarle organismos internacionales, será larga contra la resistencia gazatí hasta terminarse, por no decir apropiarse y siempre con la complacencia del gobierno estadounidense, que para terminar de caldear el conflicto de Oriente Próximo, el pasado viernes 11 de enero, junto con el Reino Unido atacarían con misiles a Yemen, llegando a bombardear la capital Saná, Hodeida en la costa oeste o Taiz al centro del país, en represalia por los ataques de las fuerzas hutíes en el Mar Rojo.

Si la irracionalidad de muchos políticos y gobiernos persiste y la sociedad se lo permite, podríamos estar a las puertas de un nuevo conflicto a escala mundial.

Las consecuencias de no actuar con cordura a su debido momento, puede tener resultados impredecibles y terroríficos en la economía y la vida de las personas en el futuro, como ya estamos viendo.

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