sábado, 27 de septiembre de 2014

Todos somos keynesianos



Socialismo 21
Mesa estatal FCSM


       Las últimas decisiones del BCE a primeros de septiembre han dado lugar a muchos comentarios sobre su significado y su impacto para remediar la crisis económica europea, o, con más precisión, el estancamiento que sufre la zona euro. Tengo la impresión de que los análisis de la política del BCE están desorientados y que hay pocas razones para la esperanza: las expectativas de mejora que han suscitado las medidas del BCE son falsas pues se tiene que seguir imponiendo la austeridad y, quizás peor aún, conducen a un desastre mayor en el futuro porque engrosarán la montaña de deuda que sepulta las economías reales.
Un nuevo escalón de una política fracasada
       Dos son los cambios introducidos por Draghi en su última comparecencia. Por un lado, la disposición a comprar activos a la banca privada para inyectar liquidez por una cantidad que se dice puede alcanzar el billón de euros; por otro, la irrelevante, aunque llamativa, bajada del tipo de interés al que presta dinero el BCE, del 0,15 al 0,05%. Desde hace tiempo, el BCE, sorteando su ortodoxia, viene proporcionando mucha liquidez al sistema financiero a tipos de interés extremadamente bajos, como por otra parte ha hecho la Reserva Federal norteamericana y el Banco de Japón.
      No obstante, hay algo de novedoso en la política anunciada por el BCE que rompe las prácticas que aplicaba hasta ahora y que debe interpretarse como un signo de la preocupación y desesperación de los dirigentes europeos. Hasta ahora el BCE, no pudiendo adquirir deuda pública de los Estados, inyectaba liquidez a través del sistema crediticio admitiendo deuda pública soberana como cobertura de los préstamos concedidos, una forma denunciada con reiteración debido a los beneficios que otorga a la banca por la diferencia entre los tipos a los que presta el BCE y a los emiten deuda pública los Estados.

       A partir de ahora el BCE comprará directamente activos privados de la banca, con la intención de que las instituciones crediticias se animen y concedan créditos al sector privado productivo -con el mismo fin, el BCE ha elevado del 0,10 al 0,20% el tipo de interés negativo a los que remunera los depósitos de los bancos, encareciendo, por tanto, la liquidez ociosa). Todas las cuestiones sobre las repercusiones de esta nueva política del BCE se reducen a especular sobre cómo reaccionará el sistema bancario de cada país a estas nuevas facilidades. No se han aclarado ni el monto, ni los ritmos, ni cuál será la distribución de esa liquidez que llevará a cabo el BCE entre los distintos países, un tema este último no desdeñable que creará tensiones y disputas entre los gobiernos y que remite a una de las fallas de la conformación de la zona euro: un único banco emisor ha de proveer de liquidez a 17 economías distintas que sobrellevan problemas muy diferentes (es la misma dificultad latente que impide prosperar las propuesta de permitir el acceso directo de los Estados al BCE o de realizar emisiones de los llamados Bonos europeos).
     El descenso del tipo de interés a ese simbólico 0,05% no puede tener ningún efecto significativo sobre la economía real. La crisis tiene raíces profundas y la situación es demasiado compleja como para que este gesto de Draghi cambie un panorama desolador, plagado de grandes incertidumbres, incluidas las políticas.
      Estas nuevas medidas del BCE para suministrar abundante liquidez a tipos de interés irrisorios y la última bajada ponen de manifiesto el fracaso de la política monetaria del BCE, que, con matices, viene aplicando desde 2009. Además, revela lo mal que deben ver la situación los analistas del BCE y su falta de confianza en que la zona euro salga de la paralización. Pretende infundir optimismo reduciendo todavía más los tipos de interés, pero hay una conclusión clara: las economías no reaccionan a las indicaciones y políticas del BCE.
La trampa de la liquidez
      De esta constatación debiera inferirse algo que ya estudió la teoría económica y que fue un elemento crucial en la revolución keynesiana en los años 30. Es lo que se denomina la “trampa de la liquidez”. En una situación económica determinada, descensos adicionales del tipo de interés no tienen ningún impacto en la economía real ni incrementan la inversión, que supuestamente está determinada por los tipos de interés, porque, a partir de cierto nivel de tipos de interés, la demanda de dinero es, en lenguaje económico, infinitamente elástica, es decir, los agentes económicos prefieren mantener liquidez a emprender inversiones reales o financieras.
      ¿En estos momentos, cómo está funcionando esta trampa en la economía española ? El BCE ofrece liquidez sobrada a la banca, pero ésta, en lugar de a dar créditos a los clientes, prefiere mantenerla por diversos motivas: su altísimo endeudamiento, con muchos compromisos de pago pendientes que conviene tener cubiertos, por la debilidad de sus balances, con grandes necesidades de capital y por las muy altas tasas de activos fallidos. Tampoco encuentra mucha demanda porque, en las actuales condiciones de depresión económica y gran incertidumbre, los inversores no abundan. En fin, demandantes de crédito desesperados existen muchos, pero, ahora y ante todo, la banca tiene que garantizar la solvencia de sus créditos y no está por la tarea de asumir más riesgos, menos aún si dispone del fácil circuito de adquirir deuda pública, cuyo volumen sigue aumentando por la persistencia del déficit público.
      Esta ineficacia de la política monetaria no elimina el peligroso fenómeno de que se sigue alimentando el endeudamiento, lo que predice tiempos revueltos en el futuro. La sed no se aplaca con agua salada y más liquidez y más deuda, como ahora practica el BCE, pueden producir algún alivio en un momento dado pero al precio de hipotecar el futuro.
      Cabria decir que la política monetaria, hasta ahora una de las palancas esenciales de la política económica, ha quedado invalidada, y, como Keynes propuso en los años 30, ha de recurrirse a la política fiscal si se quiere impulsar la demanda y reactivar la economía. El neoliberalismo arrumbó al keynesianismo a partir de los años 80 e impregnó hasta sus últimas consecuencias la construcción europea bajo el tratado de Maastricht. Ahora Keynes se toma la venganza y nos recuerda que para salir del desastre provocado por el neoliberalismo se requiere volver a estudiar su Teoría general. La historia se repite, ahora con mayor dramatismo. La economía neoclásica -fuera el Estado de la economía, todo lo resuelven los mercados- estuvo en el origen de la gran depresión de 1929 y fue incapaz de resolver los problemas económicos y sociales generados, con el paro como inmenso drama. Ahora, destruida la capacidad de intervención de los Estados en la economía, la supremacía del neoliberalismo ha vuelto a gestar una crisis histórica que no encuentra solución en sus fundamentos y recetas.
     Keynes debería salvarnos otra vez. Es necesario recurrir a la política fiscal para recuperar la actividad productiva mediante el impulso de la demanda pública y de agrandar transitoriamente los déficit fiscales, gastando el Estado más recursos que los que detrae, hasta que de nuevo se ponga en marcha la maquinaria productiva. En el fondo, toda la izquierda parece compartir más o menos explícitamente esta alternativa, cuando reclama al gobierno otra política, sin austeridad y sin más ajustes, con mayores compromisos de gasto sobre todo de carácter social y más inversiones públicas. Esquemáticamente pero sin confusión, de podría decir que todos somos keynesianos. Queremos hacer una política activa contra la crisis, dejar de recortar y degradar el estado del bienestar y, sobre todo, combatir la abrumadora situación del paro.
No basta querer otra política, es necesario poder practicarla
     Ahora bien, para implantar una política keynesiana es necesario un contexto propicio y disponer de unos instrumentos que lo permitan. Aquí surge un problema esencial sobre el que la izquierda sigue confundida y sin aclararse Cuando Keynes propuso el estímulo fiscal de la demanda, las economías se correspondían con Estados con fronteras económicas y con múltiples resortes para ejecutarlo, de modo que el incremento de la demanda generaba aumento de la actividad productiva interna y no se desviaba a los mercados exteriores, efecto ahora incontrolable dada la existencia del mercado único y la globalización en todos los sentidos. Pero más importante que esto, cuando Keynes propuso el manejo de la política fiscal como medio para combatir la crisis y crear empleo, los Estados disponían de soberanía monetaria y fiscal, y de una completa autonomía para generar y financiar los déficit públicos, ya que no hay deuda más inocua y menos comprometida que la que tiene un Estado con su propio banco central.
     Ahora nada de esto es posible por la pertenencia a la unión monetaria: ninguno de sus Estados dispone de política monetaria ni de política fiscal propios. Y peor aún, el alto endeudamiento público y los compromisos vigentes sobre la estabilidad presupuestaria estrangulan a la economía e impiden remontar la sima en que está hundido el país. Las fuerzas de la izquierda, bastante coincidentes en sus análisis y propuesta, no pueden pasar por alto que nos encontramos maniatados. Sin recuperar la soberanía económica es imposible resolver la crisis económica y social. Las esperanzas justificadas que existen sobre cambios profundos obligan a la izquierda en general, y a IU, al PCE y Podemos por su preeminencia, a encontrar soluciones a los graves problemas de los ciudadanos. Defraudarlos constituiría un drama histórico.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Quién fue el listo que decidió creerse que la iniciativa privada es rentable para el Bien Común?
¿Quién fue el listo que decidió que la economía podía sostenerse bajo el amparo de la deuda, es decir, bajo el amparo de algo que no se tiene y no existe?

Los mismos listos que "inyectaron" en la banca privada 300.000 millones de euros del erario público español "para que fluyese el capital" en forma de créditos.
¿Qué hace la izquierda para denunciar el hecho de que es un absurdo que existan instituciones financieras que digan financiar a los pobres cuando realmente les sacan los cuartos?
¿son necesarias esas instituciones financieras o son, por el contrario, un nido de salteadores de la sociedad?

Más nos vale hacer algo rápido, porque si nos creemos que debemos pagar una deuda que no es tal, pura invención, entonces es que estamos de acuerdo con la actividad de la mafia.

La economía no es tan compleja si dejamos a un lado los fenómenos puramente sociológicos.

Ya no engañan a nadie. Hasta las amas de casa saben de economía.

F.Franco dijo...

Excelente señor Pedro Montes, creo que hoy se encuentran pocos escritos que expresen con tanta clarividencia, y de forma tan sencilla, los problemas de la economía actual.
La crisis del 29 hizo al gran capital ver que el liberalismo no le servia y por eso hizo una reforma llamada neoliberalismo ( nuevo liberalismo) nacionalización de muchas empresas, regulación y aplicación de normas en la economía. Luego en los años ochenta, con la llegada de Ronal Reegan y Margara Tacher, volvieron a su política liberal de siempre, es decir privatizar, desregularizar y flexibilizar. (neoliberalismo de Milton Freeman, igual a contrareforma) que después del 29 no le servia.
¿Le va ha servir ahora.
Lo dudo.



<<<<No se han aclarado ni el monto, ni los ritmos, ni cuál será la distribución de esa liquidez que llevará a cabo el BCE entre los distintos países, un tema este último no desdeñable que creará tensiones y disputas entre los gobiernos y que remite a una de las fallas de la conformación de la zona euro: un único banco emisor ha de proveer de liquidez a 17 economías distintas que sobrellevan problemas muy diferentes (es la misma dificultad latente que impide prosperar las propuesta de permitir el acceso directo de los Estados al BCE o de realizar emisiones de los llamados Bonos europeos). <<<<<
¿Recuerdan la parábola del hijo prodigo de la Biblia?
Uno de los hijos le pide la herencia al padre y una vez se ha gastado el dinero de la herencia vuelve a la casa del padre para que lo acojan otra vez.
Pues mientras la Zona Euro sean 17 estados, cada uno con una política económica distinta, cada vez que un estado tenga un problema en su economía no puede ir al BCE. Y si un estado no puede recurrir a su banco (BCE) para que lo quiere.
Simplemente es inviable.
sigue.

F.Franco dijo...

continua
Si queremos que la Zona Euro sea posible, tiene que ser una unidad política única, centralizada, con un gobierno central, y un parlamento soberano al que rendir cuentas y una política económica centralizada. Y cuando hay un problema en cualquier punto de su geografía, es un problema de la Zona Euro que tiene que resolver sin escusa.
El problema no es ni el Euro ni la Unión Europea, si no la política neoliberal que están llevando.
La Zona Euro con un gobierno que gobierne para el pueblo, por su dimensión geográfica y económica puede resolver problemas políticos económicos que los estados que la componen por separado son muy difícil de resolver. Aunque con la mentalidad nacionalista de los políticos europeos parece difícil de lograr.
En la familia que yo conozco, cuando uno de sus miembros es de todos. Pero cuando los hijos se van independizando cada uno van formando su nueva familia, con una cartera distinta y cada uno con sus problemas, pueden ayudarse en un momento puntual, pero los problemas que tenga cada uno tiene que resolverlos como pueda.
Lo mismo ocurre con la Zona Euro. O somos una familia o cada estado es una familia y se las arregla como pueda.
Con España ocurre lo mismo. 17 carteras son inviables y llevamos el mismo camino que Europa.
En mi opinión la economía en un espacio económico ya sea mas grande o mas pequeño, debe estar centralizada. Podéis darle todas las vueltas que queráis pero de lo contrario siempre sera inviable.
Otras cosas quizás puedan funcionar mejor descentralizadas pero la economía no.
En cuanto a la política monetaria del BCE el dinero lo esta destinado a la finanziación y no a la economía real.
¿Porque no destina 60.000 millones de euros en España para crear dos millones de puestos de trabajo públicos?
Si le preguntamos, a los sindicatos y los parados veras que pronto encuentran donde trabajar, empezando por los campos que tenemos abandonados, viviendas para restaurar, los maestros despedidos por los recortes o el personal sanitario despedido, etc.
¿Porque no se destina una parte de ese dinero para hacer un cambio de modelo energético, aprovechando la energía eólica, solar, de la biomasa y la construcción de alguna central hidráulica?
Nos gastamos cada año 50.000 millones de euros en comprar energía fósil del extranjero, el equivalente a un millón de puestos de trabajo de calidad.
Esto seria un miseria.

Anónimo dijo...

F.Franco: pero vamos a ver, cómo demonios se te ocurre querer tener un gobierno europeo?!

Si no somos capaces ni de mantener con justicia y libertad a un gobierno español, ¿Cómo demonios va a ser más justo, equitativo, solidario un gobierno que deba atender a muchísimos más problemas a la vez, con un aparato burocrático tres mil veces más grande?

Eso es suicida.

Se apoya un proyecto europeo porque saben que sino no podrán competir contra otras potencias, pero esa competencia no va a erradicar la miseria de las clases bajas y medias y tampoco va a traer más libertad, justicia o solidaridad para ellas.

F. Franco dijo...

Al ultimo anónimo, gracias por su atención.
Quizás yo no me he expresado bien o usted no me ha entendido.
Lo que yo he querido expresar es: primero, que lo mismo que esta ocurriendo en la Zona Euro con 17 países cada uno defendiendo sus propios intereses sin importarle los de mas, esta ocurriendo con la política que se esta llevando en España , que da la casualidad de que también son 17 autonomías y estamos en el camino de cada uno arreglarnos por nuestra cuenta.
Y segundo, que pese a ir contra corriente debe gobernarse de forma centralizada. Es decir: si Cataluña es independiente debe gobernase desde su gobierno en Barcelona y no en Gerona, Tarragona, Lerida, o el Valle de Aran, cada uno por su cuenta.
Si se trata de España se debe gobernar desde el gobierno de Madrid, y si se trata de la Zona Euro igualmente desde su gobierno central. De lo contrario cada unidad en que la economía se mueva, mejor que sea independiente.
Por muchos melones que se produzcan en Villaconejos no se puede decidir en esta ciudad los melones que son necesarios producir en España o en Europa.
Ya se que esto es difícil de comprender, pero lo entenderemos cuando nos jartemos de rompernos la crisma.
En cuanto al problema de lo grande que es la Zona Euro mas grande es la China y se gobierna.
Lo mismo se decía hace años de telefónica, que era muy grande y había que dividirla para poder gestionarla y hoy es mucho mayor y se gestiona. Aunque en al caso de Europa con los nacionalismos que tiene dentro cualquiera es el guapo que la gobierna.
En la actualidad como seguramente sabrás mediante la globalización el gran capital se mueve por todos los países del mundo y los gobiernos de cualquier país actúan como sus capataces a su servicio, y cuando un gobierno quiere hacer una política para favorecer a su pueblo le retiran el dinero en un abrir y cerrar de ojos arrastrándolo a la ruina con todos sus medios que son muchos.
Han conseguido lo que querían, que los gobiernos los dejen libres para manejar la economía a su antojo.
Ese es el problema. Como contrarrestar ese enorme poder y no creo que la solución pase por dividirnos.
Divide y vencerás, esa era la política que aplicaba Roma y hoy la saben aplicar muy bien los Estados Unidos y el gran capital.
Desde luego que estoy con usted en que en la actualidad hacer un solo estado en la Zona Euro es imposible y si es con un gobierno que gobierne para el pueblo mas difícil todavía.
Pero lo que debemos buscar es la unidad, y sino puede ser toda la Zona Euro. La unión ibérica, mas Grecia e Italia, ¿Francia? O España sola, pero hacer lo imposible por hacer frente al gran capital internacional, y siempre sera mejor dos unidos que por separados.
Los problemas de los trabajadores de Cataluña son los mismos que los de el resto de los de España, de Grecia, Italia, Francia e incluso los de Alemania que tampoco están para tirar cohetes.

Anónimo dijo...

Dices: "En la actualidad como seguramente sabrás mediante la globalización el gran capital se mueve por todos los países del mundo y los gobiernos de cualquier país actúan como sus capataces a su servicio, y cuando un gobierno quiere hacer una política para favorecer a su pueblo le retiran el dinero en un abrir y cerrar de ojos arrastrándolo a la ruina con todos sus medios que son muchos.
Han conseguido lo que querían, que los gobiernos los dejen libres para manejar la economía a su antojo.
Ese es el problema. Como contrarrestar ese enorme poder y no creo que la solución pase por dividirnos."

Hay que cambiar la dependencia que poseemos del Capital. Si los mafiosos tienen Capital y eso es lo que les da poder, una vez eliminado su tipo de capital, dejan de tener poder.
Es decir, en vez de dar tres vueltas más (crear una Europa que teniendo 17 centralizaciones que no dan el brazo a torcer) borrar del mapa español el euro y controlar el estado de forma que el capital posea un efecto limitado y la riqueza principal provenga de la economía productiva y el mercado interno, con relaciones concretas y controladas encaminadas al mercado internacional.

Y lo siguiente; hacer un estado publico y colectivo que se coordine con otros estados públicos y colectivos de otros países, para ir creando una red autosuficiente de COMUNAS-estado dirigidas de forma democrática transparente para con los miembros de la comuna y democrática en todos sus procesos.

F, Franco dijo...

Estoy bastante de acuerdo con usted, pero insisto en que uno de los principales problemas que tenemos en la actualidad es el de al gran capital que esta por encima de los estados y se mueve libremente por todo el mundo. Puedes llegar al poder en una Cataluña independiente o en España, pero el capital internacional seguirá tratando de hundirte por todos los medios. Yo la solución contra eso no la tengo, pero desde luego no creo que sea como esta a la moda el dividir los estados como es el caso de España independizandose Cataluña, el país vasco y después las vengan.
<<Y lo siguiente; hacer un estado publico y colectivo que se coordine con otros estados públicos y colectivos de otros países, para ir creando una red autosuficiente de COMUNAS-estado dirigidas de forma democrática transparente para con los miembros de la comuna y democrática en todos sus procesos.<<
¿Supongo que quedrá decir que esto es lo que quiere?
Pues yo también estoy de acuerdo con esto. No en vano estuve algún tiempo a la CNT. Ya me gustaría a mi verlo alguna vez, pero eso es una autopia.
Claro que si pensamos en ella y trabajamos por ella, algunas autopias se hacen realidad.
<<Hay que cambiar la dependencia que poseemos del Capital. Si los mafiosos tienen Capital y eso es lo que les da poder, una vez eliminado su tipo de capital, dejan de tener poder.<<
Totalmente de acuerdo.
<<(crear una Europa que teniendo 17 centralizaciones que no dan el brazo a torcer)<<
Yo no he dicho eso, lo he querido decir es un estado único formado por la Zona Euro y por su puesto no gobernado por capitalistas.
Ya se que también es una autopia. Pero también era una autopia que
Alemania que en el siglo XVIII la formaban mas de 360 estados independientes, creara el Zoolverin y se unieran en un solo estado y hoy Alemania es una realidad.
Es decir, en vez de dar tres vueltas más (...) y controlar el estado de forma que el capital posea un efecto limitado y la riqueza principal provenga de la economía productiva y el mercado interno, con relaciones concretas y controladas encaminadas al mercado internacional.
Total mente de cuerdo.
No entiendo muy bien lo quiere decir con: con relaciones concretas y controladas encaminadas al mercado internacional.
Pero supongo que quedra decir que las relaciones comerciales con otros países se basaran en la cooperación y no en la competencia actual. Intercambios si, pero que favorezcan a los dos países.
En tal caso totalmente de acuerdo.
En cuanto a borrar el Euro ya me gustaría a mí también.
¿Pero se da cuenta de la que se liaría?
Si la moneda estuviera respaldada por oro y plata, sería fácil, solo cambiarle de nombre.
Pero hoy la moneda es papel y ese es el valor real que tiene.
Podríamos crear estampitas de la virgen del Rocío o de la virgen de Montserrat que tendrían el mismo valor que un billete de 500 euros.
¿Usted las aceptaría?
¿Sería capaz de convencer a alguien para que las aceptara?
Pues eso sería la nueva moneda.
De cualquier manera si se saliera del euro tendría que hacerse con mucho cuidado y preparando la operación muy bien y con antelación.