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viernes, 22 de septiembre de 2017

….Luego vinieron a por los catalanes, pero como yo no era catalán, no me preocupé.






Rafael Juan Ruiz
Colectivo Prometeo y Frente Cívico "Somos Mayoría"


Sobre la historia y las circunstancias que han dado lugar a la situación límite y preocupante en la que nos encontramos ante la determinación del pueblo catalán a decidir sobre su futuro dentro o fuera de España se ha escrito mucho. Como siempre, desde el prisma que se vea, más o menos afortunado. Personalmente suscribo por completo las reflexiones de mi amigo Juan Rivera. El video de Julio Anguita de hace dos años fotografiando lo que luego ha pasado letra por letra es una prueba más de la valía intelectual y moral de Julio como político. En todo caso, creo firmemente que cualquier pueblo tiene el derecho básico de decidir cómo se quiere regir. Otra cosa es lo que se piense luego, pero el derecho a poder decidir, está por encima de cualquier ley establecida y, siempre acaba por superarla, bien de forma pacífica o bien de forma violenta (que, al menos yo, espero que no ocurra).

La diferencia que marca esta ocasión con otras de rebrote soberanista catalán es que, por primera vez en 35 años, no es abanderada por CiU (ni sus sucesores), sino que ha sido comandada por capas populares (organizadas en torno a la Asamblea Nacional de Catalunya, la Omnium, y, sobre todo ERC, con la implicación de Podem y Catalunya en Comú) que se sienten atropelladas y acosadas por un Rajoy y compañía a quienes les han salido los genes franquistas por las orejas. Y ello ha ocurrido gracias a la actitud chusquera y autoritaria del PP y Ciudadanos, con el apoyo del PSOE (algunos por omisión, otras, como la pepera platónica Susana Díaz, por acción directa)

Hasta ahora siempre fue negociable la soberanía de Cataluña. El vídeo (que podéis ver pinchando) que vimos a primeros de septiembre en el que la sainetera de mal gusto Alicia Sánchez-Camacho compartía café con Puigdemont en una situación parecida a una comedia de amor demuestra que, mientras se han podido entender entre iguales (iguales de neoliberales, iguales de corruptos, iguales de represores) no ha habido problemas. “Café para todos” decía en el video Sánchez-Camacho. La diferencia es que el pueblo catalán nunca pilló ese café, y, desde hace un tiempo, ha decidido que el café que haya será él quien lo reparta. El hundimiento de CiU, el protagonismo social y político de unas CUP que son un ejemplo de coherencia, solidaridad obrera y movimiento desde la base, y, sobre todo, la movilización masiva y pacífica de la población catalana, es lo que hace distinta esta situación. Esta vez, Cataluña, la del pueblo, va en serio.

martes, 19 de enero de 2016

Victoria o rendición de la CUP?

 

Socialismo 21
El “sacrificio” de Artur Mas asegura a CDC la hegemonía del “Procés”, evita su derrota en las elecciones anticipadas, y regala al nacionalismo neoliberal español la coartada para un gobierno de estabilidad.
A lo largo de los últimos meses España ha vivido un ciclo electoral que ha paralizado los movimientos sociales, al redireccionar las esperanzas de una gran mayoría de ciudadanos hacia una salida institucional del proceso de saqueo y empobrecimiento al que estamos sometidos.
En este tiempo, algunas de las medidas previstas por las élites se han paralizado momentáneamente, a la espera de que fuerzas políticas sumisas a los poderes que expresa la Troika, alcanzasen una legitimación electoral que hiciera viables nuevos recortes de derechos. Una parte de estas fuerzas llevan tiempo compartiendo un proceso de contrarreforma de los derechos sociales. Así hemos visto como PP-PSOE, pero también Convergencia, UPYD o Ciudadanos compartían el TTIP, intervenciones militares en el exterior aceptando la nueva agenda de gastos militares de la OTAN, la obediencia a seguir pagando una Deuda externa odiosa e ilegítima, la sumisión a una moneda que la ciudadanía no puede controlar gestionada por y en beneficio de los grandes financieros.
Sin embargo, estas fuerzas sometidas a la lógica del sistema mantienen una teatralizada polémica sobre la forma de organizar nuestro estado plurinacional. Polémica que les está permitiendo ocultar que comparten una misma política económica hostil a los intereses de la mayoría.

martes, 12 de enero de 2016

Otras visiones, otras lecturas: "En defensa de la CUP"

 
Juan Balsera
Miembro del Frente Cívico Somos Mayoría



Siempre he sido defensor de causas perdidas a lo largo de mi vida pero eso no significa que no sean justas y que las mismas no sean racionales ni lógicas, y, por tanto, tenga su razón de ser.

Me ha parecido muy simplista y exento del mínimo de rigor en la mayoría de sus planteamientos, las críticas vertidas que se han sucediendo en las redes sociales, planteadas por personas definidas de izquierdas, en relación a  la decisión adoptada por la Candidatura Unitaria Popular, (CUP) en su pacto de gobierno y en consecuencia hoja de ruta independentista con el grupo político Junts pel Sí.

Los dos rasgos que definen y sustentan la CUP es que es Independentista y Anticapitalista.

En el proceso y en el acuerdo final, no he observado ninguna contradicción de renuncia o trasgresión a esos dos pilares básicos.

Si tenemos en cuenta su exigua representación en el parlamento me atrevería a decir que se han convertido en el grupo más relevante de la política española de los últimos meses, manteniendo al resto de fuerzas políticas bailando al son que ellos interpretan. No tengo tan claro que los poderosos mantengan el mismo nivel de preocupación.

Estoy de acuerdo con su planteamiento, cuando manifiestan que, con la salida del señor Mas, han conseguido romper con el régimen del 78 en Cataluña, su denominación allí es conocida por el nombre del Pujolismo, deberíamos recordar las épocas pretéritas que algunos no quieren recordar, cuando eran socios y amigos los partidos del  bipartito PP y PSOE.