![]() |
Foto: Niños mineros inicios siglo XX |
Remedios Copa
Colectivo Prometeo
Nuestra sociedad, para mantener su nivel de consumo y crecimiento económico continuo, tiene esclavos. La razón de la mayoría de guerras y genocidios se basa en el empeño de mantener un “crecimiento continuo” suicida e insostenible.
Es por esa razón que la rebelión y la desobediencia se han convertido en obligaciones morales para quienes todavía conserven la esencia humana. Si te preguntas por las razones que están generando movimientos sociales al respecto podemos repasar algunos ejemplos; unos esclavizan a seres humanos cuyas caras no verás delante de ti, otros afectarán a tu salud y al futuro de la vida en el planeta aunque sus efectos no siempre los vean tus ojos.
Para continuar el desarrollo infinito que este sistema capitalista extractivista necesita para sostener su paradigma ha esquilmado siempre las riquezas de los países menos desarrollados, a los que a su vez siempre impidió que tuviesen desarrollo propio porque de esa forma los grandes capitales de los países desarrollados se pueden apropiar fácilmente de lo común de esas tierras y hacerlo a un precio irrisorio. Si esos países pudiesen gestionar sus recursos en su propio beneficio, los beneficios económicos del capitalismo del llamado “primer mundo” descenderían y la sociedad “desarrollada”, mirando para otro lado, también se ha beneficiado de unas condiciones de vida que distan mucho de las que padecen los países del “tercer mundo” cuyos bienes les están siendo esquilmados.