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El Gobierno central y la Generalitat ponen en primer plano la cuestión territorial por encima de la cuestión social para dividir a la clase obrera y tratar de hacer olvidar que solo las luchas sociales pueden cambiar el modelo económico |
La negativa del
gobierno de Rajoy a dialogar con el gobierno de Cataluña y negociar la
posibilidad de que el pueblo catalán pueda expresarse sobre el futuro de
Cataluña, ha tenido por respuesta de la Generalitat la convocatoria de
una consulta unilateral, que pretenden sirva de base para proclamar en
48 horas la independencia de Cataluña. Esta decisión, lejos de encauzar
los legítimos derechos del pueblo catalán, contribuye a potenciar —aún
más— la confrontación interna y externa así como potenciar un
nacionalismo español de nefasto recuerdo en nuestra historia.
En este sentido, si la intención del gobierno de Cataluña hubiera sido dar la posibilidad de que el pueblo catalán se expresara libre y democráticamente sobre su futuro, se hubiera planteado un proceso en el que se pudieran expresar, tanto en el debate como en la propia votación, todas las posiciones que existen en la actual sociedad catalana, desde la independentista, hasta el mantenimiento de la actual situación, pasando por la propuesta federal y/o la confederal. Pero el gobierno de la Generalitat no busca la libre y democrática expresión de la voluntad del pueblo catalán, sino realizar un plebiscito sobre su propuesta independentista y para ello plantea la cuestión, incluso en la papeleta de la consulta, como una confrontación entre mantener la actual situación o la independencia. Por tanto, la consideración consecuente es la de no participar en esta consulta, porque se esta excluyendo la posibilidad de que se exprese nuestra opción federalista, ya que votar NO en la consulta será respaldar la actual situación, y votar SÍ significaría apostar por una independencia que consideramos negativa para el pueblo catalán. Incluso la abstención no nos sirve, porque vendría a legitimar una consulta de la que ha sido excluida la propuesta federal que según todas las encuestas, tiene un alto respaldo en Cataluña.
Desde esta posición, considero que esta situación esta llevando no solo al pueblo catalán, sino al conjunto de pueblos que configuran el Estado, hacia un callejón sin salida, cuyas consecuencias sufrirán una vez más, la clase trabajadora y las capas populares tanto de Cataluña como del resto del Estado.
En este sentido, si la intención del gobierno de Cataluña hubiera sido dar la posibilidad de que el pueblo catalán se expresara libre y democráticamente sobre su futuro, se hubiera planteado un proceso en el que se pudieran expresar, tanto en el debate como en la propia votación, todas las posiciones que existen en la actual sociedad catalana, desde la independentista, hasta el mantenimiento de la actual situación, pasando por la propuesta federal y/o la confederal. Pero el gobierno de la Generalitat no busca la libre y democrática expresión de la voluntad del pueblo catalán, sino realizar un plebiscito sobre su propuesta independentista y para ello plantea la cuestión, incluso en la papeleta de la consulta, como una confrontación entre mantener la actual situación o la independencia. Por tanto, la consideración consecuente es la de no participar en esta consulta, porque se esta excluyendo la posibilidad de que se exprese nuestra opción federalista, ya que votar NO en la consulta será respaldar la actual situación, y votar SÍ significaría apostar por una independencia que consideramos negativa para el pueblo catalán. Incluso la abstención no nos sirve, porque vendría a legitimar una consulta de la que ha sido excluida la propuesta federal que según todas las encuestas, tiene un alto respaldo en Cataluña.
Desde esta posición, considero que esta situación esta llevando no solo al pueblo catalán, sino al conjunto de pueblos que configuran el Estado, hacia un callejón sin salida, cuyas consecuencias sufrirán una vez más, la clase trabajadora y las capas populares tanto de Cataluña como del resto del Estado.