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Metrópolis |
Juan Rivera
Colectivo Prometeo
FCSM
El título suena a crónica mala de partido de fútbol plomizo, en el
que no es seguro que gane algún equipo – si lo hace será de penalti
injusto- pero sí existe la certeza de que tod@s perdemos. Hace años que
los contendientes se mimetizaron con las camisetas cuatribarrada con
estrella y rojigualda y solo saben silbar. Una grada a Piqué (
aprobación sin garantías de la Ley del Referéndum p.e. ) y la otra a
Ramos ( anulación del Estatuto aprobado por el Parlament, p.e.), cada
vez que tocan el balón.
Los contendientes encerrados en su área tienen como única estrategia el patadón hacia el campo contrario.
Eso sí unos fiándose en que tienen comprados a los arbitros ( tribunales
varios) a favor de las tesis centralistas y los otros en que el
“dopaje” sobrevenido gracias a la inyección proveniente de la
Generalitat terminará decantando la balanza.
Vaya por delante
una vez más a fuerza de ser cansino lo ya expresado en otras ocasiones:
creo en el derecho de Autodeterminación. Lo que hoy es un nudo gordiano
podía haberse solucionado convocando un referéndum con todas las
garantías y permitiendo a la Ciudadanía catalana pronunciarse sobre su
futuro.La iniciativa puesta en marcha por el Parlament catalán ( el sí del 1.966.508 ciudadanos representados por Junts pel Si y la CUP frente al no de los votantes-1.608.840- de PP,C's, PSC y la abstención de los 367.613 de Catalunya si que es Pot da una fractura social casi al 50%) no tiene esas garantías por la opacidad en su tramitación, el filibusterismo, el hurto del debate y las triquiñuelas empleadas

A los que hemos crecido con el soniquete de que
cualquier idea se podía defender siempre que se hiciese sin violencia
(alusión directísima a lo que entonces representaba el mundo de ETA) nos
han resultado demenciales las trabas puestas desde Madrid a las propuestas
de reforma del Estatut o a los acuerdos votados en el Parlament. La
única coartada podría ser el intento de controlar el amplísimo sector
franquista que anida en el seno del PP y en su marca naranja.La única explicación es que se buscaba el conflicto.
Y
desde el punto de la lógica sabemos que difícilmente se puede mantener
una relación, sea sentimental, laboral o política, cuando una de las
dos partes no quiere.O , como en Cataluña, cuando a los dos extremos/
plancha les importa un bledo el deterioro de la convivencia o los daño
colaterales originados.
Este artículo no pretende enfocar otra
vez un conflicto que -desde el Colectivo y FCSM- seguimos con sumo
interés. Sólo rescatar algunos aspectos hoy solapados por el
ruido de los exabruptos. Para intentar explicarme recurro a algunos
ejemplos:
- A medida que se acerca el 1-O los
razonamientos desaparecen.Se cuenta que los Inuit son capaces de ver
decenas de matices al color blanco. Aquí el reduccionismo y la pereza
mental heredera del “que inventen ellos” hace que una gran parte de la
sociedad, cuya cabeza está más ocupada en embestir que en razonar, sólo
tenga en su escala cromática el “ blanco” (su postura) y el “negro” (
la contraria).