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viernes, 23 de julio de 2021

Cuba, la “navaja de Ockham” ...y Campoamor


Juan Rivera
Colectivo Prometeo

Se conoce con el término “ navaja de Ockham[1] a un principio filosófico y metodológico atribuido a ese pensador inglés.Hizo fortuna a partir del siglo XVI tras considerarse que la formulación - por su simplicidad-  “afeitaba como una navaja las barbas [conceptos filosóficos]de Platón”.

            De forma resumida viene a decir :“ En igualdad de condiciones,  la explicación más sencilla suele ser la más `probable”[2]

            En estos días pasados me ha venido a la cabeza más de una vez el concepto tras la eclosión de noticias sobre Cuba y la difusión  ( tierra, mar y aire ) de un mensaje calcado - trazo grueso y sin matices - repetido hasta la saciedad. Con unos medios de difusión ideológica más papagayos que nunca, absolutamente ruidosos pero, a diferencia de la “amazona leucocephala” o cotorra de Cuba auténtica ,nada cautelosos.

            La imagen iba acompañada por los ripios perpetrados – en toda la acepción del término – por el vate asturiano Campoamor[3], esos que riman “ Y es que en  el mundo traidor/ nada hay verdad ni mentira/todo es según el color / del cristal  con que se mira”, malos como siempre y certeros como nunca.

            Vayamos al grano. En el movimiento mediático que magnificaba las  protestas en Cuba mientras silenciaba /censuraba a las grandes manifestaciones de apoyo al Gobierno ¿ cuál es la explicación más sencilla?.¿Hay algún país que lleve más de 60 años intentando desestabilizar , utilizando todas las herramientas de las que dispone al gobierno cubano? Blanco y en botella: USA es la leche.

Y sí, antes de que lo digas tú lo digo yo: estoy seguro de que en Cuba debe haber malestar en un sector importante de la población porque se han debido  de producir fallos estrepitosos de gestión en la pandemia COVID y la situación económica se  ha agravado notoriamente – casi como en el “periodo especial “ tras la caída de la URSS – al cesar de forma drástica  el flujo de turistas, una de las grandes fuentes de ingresos de la isla  y al darle el imperio estadounidense una vuelta de tuerca al bloqueo. Esa agresión descarada que intenta asfixiar para doblegar la resistencia de un pueblo ( cuando a los “ cuñaos “ analistas se les olvida incluir en el “sesudo” análisis las consecuencias del bloqueo - ¿cuánto aguantaría España una situación similar?- no hay que ser un lince para detectar de que pie cojean).

Pero analicemos datos y comparemos. Si para la Derecha extrema y la extrema derecha  hispanas la situación de la pandemia en la isla con 2137  fallecidos  desde que se inició ( datos a 23 de julio de 2021)  en una población de 11 millones 300 mil habitantes justificaría una “ intervención militar humanitaria” , marines estadounidenses por supuesto,¿ qué habría que hacerle a la Comunidad de Madrid con 15.509 muertos a día de hoy en una población que no llega a los 7 millones? Con un 60% de la población cubana, la cifra de muertos se multiplica por 7.

martes, 20 de julio de 2021

Cuba, Cuba, Cuba

 


Remedios Copa

Colectivo Prometeo


Con la misma marca sonora, eslóganes y banderolas se han producido una docena de manifestaciones en Cuba sin que ninguna de ellas contara con más allá de 500 personas según los datos de fuentes ajenas a las que normalmente nos nutren de la información al respecto en nuestro entorno.
Todo esto suena a estrategia diseñada desde el exterior para desestabilizar un Gobierno que viene resultando molesto desde hace tiempo para los intereses de los estadounidenses, esos que entienden que “América primero”, pero que esa América  para nada concierne por igual a todo el continente sino más bien a ponerlo a servicio de sus intereses.
La poderosa Fundación para la Democracia Panamericana, fundada por Rosa Mª Pallá, que recibe mucho dinero de empresarios en Miami, de Cooperación Internacional de EE UU y Cooperación Internacional Europea, entre otros, está detrás de la marca “Cuba decide”. Esta señora, junto con Luis Almagro, aparece con material  en sus manos con el logotipo de dicha marca y en actividades propias de la marca.
Ya en junio esta señora aparece en documentos reunida con el senador republicano estadounidense Marco Rubio, que afirmó aquello de “vamos a invadir militarmente Venezuela” o “vamos a bloquear Cuba”, y que ahora aparece vinculado a otros países en la misma línea de intereses e intenciones. Marco Rubio parece ser quien decide sobre el nombramiento del Secretario General de la Organización de los Estados Americanos. Pero la señora Pallá, cubana formada en la Universidad de La Habana y residente en Miami, se viene reuniendo también con la señora Áñez y con el señor Bello, embajador de Juan Guaidó para los EE. UU.

domingo, 18 de julio de 2021

Siempre con Cuba

 


 "Mientras haya un pirata en frente como EE.UU, violando el derecho internacional y apretando a una pequeña nación llamada Cuba, el comandante Fidel y yo, en la misma trinchera, disparamos contra él. Y después, entre tiro y tiro, podemos discutir ciertas cosas en las que a lo mejor no estamos de acuerdo." 

Julio Anguita.Declaraciones 2004 

Entrevista completa "Kaos en la red"


viernes, 9 de diciembre de 2016

Otras visiones, otras lecturas: "Fidel Castro y la represión de los intelectuales"




 
Ignacio Ramonet
Rebelión. 8/12/16

La muerte de Fidel Castro ha dado lugar -en algunos grandes medios- a la difusión de cantidad de infamias contra el Comandante cubano. Eso me ha dolido. Sabido es que lo conocí bien. Y he decidido por tanto aportar mi testimonio personal. Un intelectual coherente debe denunciar las injusticias. Empezando por las de su propio país.
Cuando la uniformidad mediática aplasta toda diversidad, censura cualquier expresión divergente y sanciona a los autores disidentes es natural, efectivamente, que hablemos de ‘’represión’. ¿Cómo calificar de otro modo un sistema que amordaza la libertad de expresión y reprime las voces diferentes ? Un sistema que no acepta la contradicción por muy argumentada que sea. Un sistema que establece una ’verdad oficial’ y no tolera la transgresión. Semejante sistema tiene un nombre, se llama : ‘tiranía’ o ‘dictadura’. No hay discusión.
Como muchos otros, yo viví en carne propia los azotes de ese sistema... en España y en Francia. Es lo que quiero contar.
La represión contra mi persona empezó en 2006, cuando publiqué en España mi libro « Fidel Castro. Biografía a dos voces » -o « Cien horas con Fidel »- (Edit. Debate, Barcelona), fruto de cinco años de documentación y de trabajo, y de centenares de horas de conversaciones con el líder de la revolución cubana. Inmediatamente fui atacado. Y comenzó la represión. Por ejemplo, el diario « El País » (Madrid), en el que hasta entonces yo escribía regularmente en sus páginas de opinión, me sancionó. Cesó de publicarme. Sin ofrecerme explicación alguna. Y no sólo eso, sino que –en la mejor tradición estalinista- mi nombre desapareció de sus páginas. Borrado. No se volvió a reseñar un libro mío, ni se hizo nunca más mención alguna de actividad intelectual mía. Nada. Suprimido. Censurado. Un historiador del futuro que buscase mi nombre en las columnas del diario « El País » deduciría que fallecí hace una década...
Lo mismo en « La Voz de Galicia », diario en el que yo escribía también, desde hacía años, una columna semanal titulada « Res Publica ». A raiz de la edición de mi libro sobre Fidel Castro, y sin tampoco la mínima excusa, me reprimieron. Dejaron de publicar mis crónicas. De la noche a la mañana : censura total. Al igual que en « El País », ninguneo absoluto. Tratamiento de apestado. Jamás, a partir de entonces, la minima alusión a cualquier actividad mía.
Como en toda dictadura ideológica, la mejor manera de ejecutar a un intelectual consiste en hacerle ‘desaparecer’ del espacio mediático para ‘matarlo’ simbólicamente. Hitler lo hizo. Stalin lo hizo. Franco lo hizo. Los diarios « El País » y « La Voz de Galicia » lo hicieron conmigo.
En Francia me ocurrió otro tanto. En cuanto las editoriales Fayard y Galilée editaron mi libro « Fidel Castro. Biographie à deux voix » en 2007, la represión se abatió de inmediato contra mí.
En la radio pública « France Culture », yo animaba un programa semanal, los sábados por la mañana, consagrado a la política internacional. Al publicarse mi libro sobre Fidel Castro y al comenzar los medios dominantes a atacarme violentamente, la directora de la emisora me convocó en su despacho y, sin demasiados rodeos, me dijo : « Es imposible que usted, amigo de un tirano, siga expresándose en nuestras ondas. » Traté de argumentar. No hubo manera. Las puertas de los estudios se cerraron por siempre para mí. Ahí también se me amordazó. Se silenció una voz que desentonaba en el coro del unanimismo anticubano.
En la Universidad Paris-VII, yo llevaba 35 años enseñando la teoría de la comunicación audiovisual. Cuando empezó a difundirse mi libro y la campaña mediática contra mí, un colega me advirtió : « ¡Ojo ! Algunos responsables andan diciendo que no se puede tolerar que ‘el amigo de un dictador’ dé clases en nuestra facultad... » Pronto empezaron a circular por los pasillos octavillas anónimas contra Fidel Castro y reclamando mi expulsión de la universidad. Al poco tiempo, se me informó oficialmente que mi contrato no sería renovado... En nombre de la libertad de expresión se me negó el derecho de expresión.
Yo dirigía en aquel momento, en París, el mensual « Le Monde diplomatique », perteneciente al mismo grupo editorial del conocido diario « Le Monde ». Y, por razones históricas, yo pertenecía a la ‘Sociedad de Redactores’ de ese diario aunque ya no escribía en sus columnas. Esta Sociedad era entonces muy importante en el organigrama de la empresa por su condición de accionista principal, porque en su seno se elegía al director del diario y porque velaba por el respeto de la deontología profesional.
En virtud de esta responsibilidad precisamente, unos días después de la difusión de mi biografía de Fidel Castro en librerías, y después de que varios medios importantes (entre ellos el diario « Libération ») empezaran a atacarme, el presidente de la Sociedad de Redactores me llamó para transmitirme la « extrema emoción » que, según él, reinaba en el seno de la Sociedad de Redactores por la publicación del libro. « ¿Lo has leído ? », le pregunté. « No, pero no importa -me contestó- es una cuestión de ética, de deontología. Un periodista del grupo ‘Le Monde’ no puede entrevistar a un dictador. » Le cité de memoria una lista de una docena de auténticos autócratas de Africa y de otros continentes a los que el diario había concedido complacientemente la palabra durante décadas. « No es lo mismo -me dijo- Precisamente te llamo por eso : los miembros de la Sociedad de Redactores quieren que vengas y nos des una explicación. » « ¿Me queréis hacer un juicio ? Un ‘proceso de Moscú’ ? Una « purga » por desviacionismo ideológico ? Pues vais a tener que asumir vuestra función de inquisidores y de policías políticos, y llevarme a la fuerza ante vuestro tribunal. » No se atrevieron.
No me puedo quejar ; no fui encarcelado, ni torturado, ni fusilado como le ocurrió a tantos periodistas e intelectuales bajo el nazismo, el estalinismo o el franquismo. Pero fuí represaliado simbólicamente. Igual que en « El País » o en « La Voz », me « desaparecieron » de las columnas del diario « Le Monde ». O sólo me citaban para lincharme.
Mi caso no es único. Conozco -en Francia, en España, en otros países europeos-, a muchos intelectuales y periodistas condenados al silencio, a la ‘invisibilidad’ y a la marginalidad por no pensar como el coro feroz de los medios dominantes, por rechazar el ‘dogmatismo anticastrista obligatorio’. Durante decenios, el propio Noam Chomsky, en Estados Unidos, país de la « caza de brujas », fue condenado al ostracismo por los grandes medios que le prohibieron el acceso a las columnas de los diarios más influyentes y a las antenas de las principales emisoras de radio y televisión.
Esto no ocurrió hace cincuenta años en una lejana dictadura polvorienta. Está pasando ahora, en nuestras ‘democracias mediáticas’. Yo lo sigo padeciendo en este momento. Por haber hecho simplemente mi trabajo de periodista, y haberle dado la palabra a Fidel Castro. ¿ No se le da acaso, en un juicio, la palabra al acusado ? ¿Por qué no se acepta la versión del dirigente cubano a quien los grandes medios dominantes juzgan y acusan en permanencia?
¿ Acaso la tolerancia no es la base misma de la democracia ? Voltaire definía la tolerancia de la manera siguiente : « No estoy en absoluto de acuerdo con lo que usted afirma, pero lucharía hasta la muerte para que tenga usted el derecho de expresarse. » La dictadura mediática, en la era de la post-verdad, ignora este elemental principio.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Córdoba: Martes 29.Homenaje improvisado

     ¡¡Mañana nos vemos para rendir nuestro pequeño homenaje improvisado, regado con ron cubano y un poco de trova!!

La Tejedora, "Mercao"Social de Córdoba
C/ Gutiérrez de los Ríos 10

lunes, 2 de mayo de 2016

Córdoba: Los Jueves del FCSM. 5 de Mayo

Nos acaban de comunicar que el acto del jueves 5 con el cónsul no se podrá celebrar en la fecha prevista por problemas surgidos a última hora. Cuando fijemos la nueva convocatoria os lo trasladamos

jueves, 14 de julio de 2011