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jueves, 29 de septiembre de 2022

Lecciones de Italia




Juan Rivera

Colectivo Prometeo

Nadie pone en duda que los resultados de las elecciones italianas del pasado domingo 25 de septiembre, con el triunfo de la extrema derecha de Meloni, han supuesto una dura advertencia para la Izquierda.

La victoria electoral de quienes sin rubor asumen un discurso neofascista debería activarnos todas las señales de alerta.Porque la orientación del voto indica que en Europa lo que empieza a estar muy cuestionado por amplios sectores sociales es su papel de territorio seguro que garantiza derechos democráticos y libertades colectivas.

Se hace necesario estar en guardia y vigilantes -conocemos la Historia y la capacidad del ser humano para tropezar dos veces ( y las que hagan falta) en la misma piedra- pues el peligro de involución política no es que asome en el horizonte europeo, es que ya se ha instalado entre nosotros. 

Involución que no consiguen disimular pese al descarado ejercicio de "blanqueo" llevado a cabo por la gran mayoría de los medios de difusión de masas continentales.

Hace unos meses, podíamos decir anteayer, gastaron toneladas de pintura blanca para hacer más tragaderas las propuestas en Francia de Marine Le Pen y su Rassemblement National y casi lo consiguen ( afortunadamente se pudo poner en marcha el contrapeso de las NUPES de Melenchon).

Y como tenían material de sobra en los siguientes se han aplicado con esmero en el arte del refinado para convertir en caramelos las recetas de aceite de ricino y purga social de Giorgia Meloni y sus Fratelli d'Italia.

Nada que no conozcamos en nuestras propias carnes, pues en España, lleva años en marcha la operación de encalo (para disimular la negrura de sus propuestas) que los Quintana, Motos, Vallés, Herrera, Jiménez Losantos...de turno llevan haciendo con Vox desde su aparición.

lunes, 12 de agosto de 2019

La dictadura de lo políticamente correcto y sus agentes




Fuente: Cuarto Poder
 Manuel Monereo
    Todo comenzó en la mañana de ayer. Tuve conocimiento de un tuit de mi amigo Victor Lenore diciendo que Fusaro convocaba una manifestación en Roma para el 12 de octubre con el lema “Liberemos Italia” y que yo acudiría. Enseguida pensé en lo que me vendría encima. Efectivamente, no tardaron en aparecer los de siempre, directamente al cuello y al honor personal. Son los mismos que nos masacraron a Hector Illueca, a Julio Anguita y a mí. Se trata de un discurso disciplinario basado en la manipulación, en un engaño que oculta sus verdaderas intenciones. Algunos de nosotros nos sentimos bajo vigilancia. El verdadero objetivo no es otro que impedir el surgimiento de una izquierda patriótica, soberanista y socialista en España.
Enseguida retuiteé la página web en la que se convocaba la manifestación del 12 de octubre. Reproduzco la traducción del manifiesto y la convocatoria:

Liberemos Italia
¡Salgamos de la jaula de la UE! ¡Recuperemos la soberanía monetaria! ¡Reconquistemos la democracia! ¡Apliquemos la Constitución de 1948! ¡Trabajo y dignidad para todos!
Italia está en un punto de inflexión. O las exigencias europeas son rechazadas de una vez por todas  o el declive del país será imparable.
La pobreza, el paro y el empleo precario pueden y deben de acabar, pero las normas europeas nos impiden hacerlo. Las mismas, mientras garantizan los derechos a las finanzas privadas y especulativas, impiden a los Estados la posibilidad de perseguir el bien común.
Al pueblo italiano se le quieren negar todos los derechos, incluso el de salir de la crisis. Para la UE la única política permitida sigue siendo la de los sacrificios, mientras que la Constitución de 1948 es atropellada por los modernos carros armados jurídicos y financieros euro-alemanes.
Es hora de salir de esta jaula. Italia tiene los recursos y los medios para salir de la situación a la que fue condenada, hace casi treinta años, por una clase política irresponsable y corrupta.
Italia puede y debe hacerlo. Las ideas y las propuestas para salir de la crisis existen. Es hora de unir a todas las fuerzas disponibles para un gran proyecto de renacimiento. Es hora de vencer el miedo propagado por las élites dominantes (por ejemplo el del spread) para que nada cambie.
La liberación es posible, pero hay que creer en ello.
Se hará realidad solo con la movilización popular.
Invitamos a todos los que se reconocen en los valores del patriotismo democrático y constitucional a participar en la manifestación del 12 de octubre. Una manifestación abierta e inclusiva, para decir mientras tanto dos cosas : luchar es necesario, ¡vencer es posible!
¡Liberemos Italia!
A la manifestación no se admitirán símbolos de partido, sino sólo la tricolor de la República.

lunes, 29 de octubre de 2018

No lo tomemos a broma


Juan Rivera
Colectivo Prometeo


         Despertamos con el amargo desayuno de la aplastante victoria del ultraderechista Bolsonaro (55,1 % frente  al 44,9% de Haddad, casi 11 millones de votos de diferencia) en las elecciones presidenciales celebradas en Brasil. Nuevamente el discurso de la intolerancia,militarismo, odio al diferente y desprecio al pobre encuentra un nutrido caladero de votos. En este caso la puesta en escena viene acompañada de un alineamiento público y estético con los sectores religiosos más reaccionarios de las Iglesias católica y evangelista del país convirtiendo la pesadilla en lema:“Dios por encima de todos”.
  No banalicemos la situación pues no estamos ante “ versos sueltos”.Huele más a preludio de campo minado porque cuando el electorado brasileño se ha dirigido a votar sabía que el exmilitar -nostálgico de la odiosa dictadura que asoló su país entre 1964 y 1985- ve como solución económica la de “privatizar aceleradamente” las empresas públicas rentables, como medida medioambiental abandonar el “ Acuerdo de París” sobre el cambio climático y en educación prohibir las enseñanzas de igualdad de género, raza o cualquier otro concepto que linde con derechos humanos aunque sea tangencialmente pues la Educación debe estar- según él- para “ atender las necesidades de la Economía”, no para formar personas.
     De propina se declara partidario de “acabar con cualquier activismo” ( léase grupos defensores de derechos sociales, ONG´s, seguramente a medida que avance su mandato – aún no es capa de verbalizarlo – meterá en el saco a partidos y movimientos opositores) , califica de “ terroristas” las protestas de campesinos sin tierras o pregona dar barra libre al uso de la violencia por parte de los cuerpos de ¿ seguridad?: Afirmaciones como "Si un policía mata a veinte delincuentes con diez tiros a cada uno tiene que ser condecorado" así lo atestiguan.
     Todas estas barbaridades ¡y muchas más! eran conocidas por los brasileños antes de depositar la papeleta, lo que no ha impedido , al igual que ocurrió en EE.UU., Italia, Hungría ,Austria, o Francia con gran fuerza o países nórdicos y Alemania con menor relevancia, el respaldo creciente a las tesis.
     El grito de “ nosotros primero” es la epidemia de moda. Los brasileños, estadounidenses, franceses, italianos ...o españoles, tienen que ser  los primeros para todo.Salvo cuando se trate de pagar impuestos para hacer más grande a la Patria, que en ese caso resulta imposible sustraerse al tirón o al (nada) discreto encanto de los paraísos fiscales.
     Ojalá el nuevo presidente brasileño empiece su mandato  con la coherencia de  predicar dando  ejemplo y se aplique su relato. Entonces lo veremos subirse con toda su familia al avión y retornar definitivamente a su país de origen,Italia, para reconectar con sus parientes de la norteña Anguillara Veneta buscando la huella de su bisabuelo Vittorio. Ya saben, el inmigrante sin papeles que llegó pobre y con una mano delante y otra detrás al país carioca, con la legitima aspiración- aunque ahora no parezca tan legítima si  otros lo intentan a ojos del bisnieto triunfador- de proporcionar a los suyos un futuro mejor.
     En el vuelo puede llevar al primer mandatario que lo ha felicitado, Donald y con una pequeña escala devolver a su tierra de origen -Alemania- al nieto de Friedrich Drumpf ( así se llamaba entonces, no Trump)  el avispado y poco escrupuloso inmigrante que a los 16 años emigró a EEUU donde hizo fortuna con hoteles y restaurantes que funcionaron como prostíbulos durante la fiebre del oro. Se nota que cuando el rubicundo y ultraconservador político estadounidense habla de “ redes mafiosas y trata de personas”, mientras hace una pausa en la construcción del muro de la vergüenza de su frontera Sur con el objetivo de parar la inmigración latina, domina el tema.
     Al finalizar su viaje de regreso ( indiano triunfador,¡qué más puede pedir!), Bolsonaro tiene todas las papeletas para convertirse en el más querido asesor del ministro Matteo Salvini, dado que comparten al 100% raíces patrias y prejuicios ideológicos.
     Volvemos a asistir, con la impagable ayuda de los medios de difusión , al festival de quitar hierro a las propuestas retrógradas, minimizar los excesos hasta ahora verbales del ganador, mirar a otro lado y santificar el “ pelillos a la mar”, pues el Orden ( en esta acepción el verdadero, el auténtico poder, no la frasecita  “ orden y progreso” de la bandera brasileña ) piensa que pronto domesticará el instrumento por él financiado y le limará las aristas, mientras tapa los excesos.

martes, 2 de octubre de 2018

Soberanía, democracia y socialismo






Fuente: Cuarto Poder
Héctor Illueca
Manuel Monereo
Julio Anguita 
 
   Desde que Bodino escribiera Los seis libros de la República en 1576, el concepto de soberanía ha recorrido un largo camino. En un principio se asociaba al Estado absolutista e implicaba la potestad de expedir y derogar leyes y obtener la obediencia de los súbditos sin necesidad de su consentimiento. Sin embargo, no será hasta bien entrado el siglo XVIII, tras un arduo conflicto social y político, que se reconozca al pueblo como verdadero titular de la soberanía y se afirme el papel de la ley como expresión de la voluntad popular. Había hecho su aparición Rousseau. Desde entonces, la idea de soberanía ha sido desarrollada y matizada por innumerables pensadores, generalmente en el sentido de establecer límites al poder del Estado e introducir garantías frente a la arbitrariedad. Pero conservando siempre aquella sustancia que había identificado Rousseau y que está en la base de la democracia: la capacidad de los pueblos de autogobernarse y decidir el modelo social, económico y político en el que desean vivir.
    Pues bien, la Unión Europea es la negación de la soberanía y de la democracia. Lo hemos dicho en el pasado y no vamos a insistir mucho en ello. La Europa neoliberal ha exacerbado la competencia entre países, ha liquidado los derechos sociales y está corrompiendo los valores cívicos de las sociedades europeas. Aún más, el neoliberalismo ha dividido el continente europeo en un núcleo de países industrializados dirigido por Alemania y una periferia cada vez más dependiente desde el punto de vista económico. En el espacio europeo no hay lugar para las políticas redistributivas; aquí lo único que cabe es un neomercantilismo feroz e inmisericorde que, en el mejor de los casos, genera crecimiento empobreciendo a las mayorías sociales. Los ciudadanos europeos empiezan a entender el significado de la lex mercatoria que impera en Europa: voten lo que voten, siempre es lo mismo. Y si alguien osa desafiar la autoridad de Bruselas, los mercados le hacen entrar en razón desencadenando ataques especulativos hasta provocar un corralito bancario. Primero fue Grecia. Ahora, tal vez, Italia.

jueves, 20 de septiembre de 2018

El Fascismo que viene



Juan Rivera
Colectivo Prometeo

  No caigamos, por uso y abuso a la hora de etiquetar acciones o arrojar el vocablo al adversario como arma, en la banalización del concepto “Fascismo”. Si éste vuelve a encarnarse en el siglo XXI no vendrá precedido por desfiles con antorchas o escuadras de camisas negras.
  Hoy es compatible con trajes Armani o Gucci de raya impecable y blanco impoluto, siempre que en su programa junto al culto al líder, seguidismo gregario y odio al enemigo común, defienda la ganancia sin límites legales o éticos y la sacrosanta propiedad privada. El sustantivo es lo de menos: al Poder le da igual llamarlo "x".
  Aunque eso no impida guardar para “perfomances” simbólicas los guiños a las raíces, tipo líder con torso desnudo, émulo de Mussolini borrando pintadas obscenas de fachadas de barrios obreros mientras saluda a cámara o paseos del «Jefe» saludando a la multitud que vitorea acompañado de cura con hisopo -no importa la acusación de pederastia que le acompañe- encargado de bendecir las nuevas instalaciones religiosas oportunamente financiadas a costa del erario público. Todo sea por mantener la llama de la herencia histórica cristiana.
  Como enfermedad ideológica contagiosa y mutante puede colonizar voluntades de muy diversas maneras. El martes 18 nos sorprendía esta noticia: la voz más influyente de las redes en Italia es Francesco Gangemi, albañil en paro (eldiario.es) Desde su página “Pongamos a parir a todos”, genera millones de interacciones siempre que con frases simples fustigue a los inmigrantes. Afirma que si los defendiera no se comería un clic. Con la acción logra ingresos extras que le ayudan a sobrevivir, cumpliendo de camino el sueño capitalista de comercializar hasta el odio. Y como de desfachatez va sobrado, proclama, tras poner en la diana a miles de seres humanos, un “a mi la política no me interesa”. 
 Versión latina de nuestro producto nacional, ese españolito adosado a la barra del bar con soluciones para todos los problemas tras la frase “Eso lo arreglaba yo...”. La aseveración siempre va acompañada, en modo boca chica, con un “soy apolítico” que, al calor de las pullas de los contertulios,  va  subiendo,  subiendo, hasta  dejar salir del alma al franquista que lleva dentro. Que se lo digan si no a Begoña García,diputada del PP en la Asamblea de Madrid cuando con la excusa de una pregunta a un Consejero de su partido, hoy  calificaba al general asesino de «Caudillo victorioso». Eso sí, la risa no la dejaba continuar.Para ella debe resultar muy gracioso  recordar al sembrador de decenas de miles de cadáveres en las cunetas  patrias.

lunes, 17 de septiembre de 2018

¿Por qué queréis blanquear a Salvini?

Fuente: CTXT

Completamos la serie de artículos generados sobre Salvini/ Italia  a raíz del primer escrito  publicado por nuestros compañeros Héctor/ Manolo/ Julio con la reflexión que  realiza Steven Forti en CTXT
  

sábado, 15 de septiembre de 2018

Entrevista a Manolo Monereo

Fuente: Cuarto Poder
[   A raíz de los dos artículos firmados por Héctor/ Manolo/ Julio sobre el "Decreto Dignidad" y las réplicas a las reflexiones de nuestros compañeros ( podéis encontrarlo todo en el blog  buscando la entrada "Matteo Salvini"), se ha generado en la red un interesante debate.
    Posteriores informaciones periodísticas han agrandado la repercusión e introducido dosis de desconcierto y estupor  por las afirmaciones puestas en boca de algún firmante, sobre lo que  pretendían políticamente con sus escritos.
    Hoy Manolo Monereo aclara algunos de los puntos más controvertidos.Creemos la  clarificación muy necesaria ya que sabemos - porque así nos lo han transmitido desde todos los rincones de España- que la confusión en muchos sectores de la Izquierda ha sido una realidad tangible.
      Reproducimos la entrevista aparecida en Cuarto Poder

El artículo publicado por Héctor Illueca, Manolo Monereo y Julio Anguita el pasado 5 de septiembre en cuartopoder.es ha suscitado un impresionante debate en medios de comunicación y redes sociales que ha abierto un mar de dudas sobre la actual situación política europea y el papel que han jugado, están jugando y deben jugar las izquierdas en ella. Respuestas desde la discrepancia y desde el apoyo a las tesis planteadas por los autores han sido publicadas en distintos medios de comunicación. Diferentes tonos, algunos amables y otros no tanto, hemos encontrado en los argumentos publicados durante el debate.
En este periódico, publicamos dos respuestas más, las cuales también fueron muy debatidas públicamente. La primera, la escrita por Miguel Urbán y Brais Fernández, ambos militantes Anticapitalistas, y, la segunda, por Alberto Tena y Giuseppe Quaresma. Ayer mismo, los tres autores del primer artículo volvían a responder en este diario a algunas de las críticas. Para intentar resolver algunas dudas que puedan quedar pendientes, preguntamos a Manolo Monereo (Jaén, 1950), diputado de Unidos Podemos y colaborador de este periódico, sobre la polémica suscitada y sobre un debate que tiene que ver con la viabilidad de la Unión Europea, la respuesta que esta está dando a la crisis migratoria y con hacia dónde van las izquierdas en la actualidad.
–  A lo largo de este debate, se ha destapado una vieja discusión de la izquierda sobre si es posible reformar la Unión Europea para desarrollar políticas que beneficien a las clases populares o es necesario romper con ella. ¿Es posible dentro del Euro desarrollar estas políticas?

– Nuestra posición en esto es clara y rotunda. La UE es una máquina de construir fascistas y extrema derecha porque provoca enorme desigualdades sociales, una pérdida de la calidad de la democracia y abandona la soberanía popular. La UE ha constitucionalizado las políticas neoliberales, ha construido una Europa bajo la hegemonía alemana y ha incrementado las desigualdades sociales, dejando a un lado la democracia como la conocíamos. Esta UE se ha convertido en la mayor enemiga de Europa. Nosotros queremos una UE europea y no norteamericana.

viernes, 14 de septiembre de 2018

¿Todos los gatos son pardos?



Fuente: Cuarto Poder
Héctor Illueca
Manolo Monereo 
Julio Anguita
     
     Hemos aprendido mucho y seguimos aprendiendo de la polémica que ha generado nuestro artículo sobre el Decreto Dignidad. Lo primero, la tiranía de lo políticamente correcto: una coincidencia amplia y consistente entre la extrema izquierda y los apóstoles del neoliberalismo. Los dos dicen lo mismo, descalifican de la misma forma y definen al actual gobierno italiano en términos similares. Las élites neoliberales europeas y algunos intelectuales de izquierda amalgamados en una extraña convergencia. Lo segundo que hemos observado es algo muy típico de nuestra cultura política: la banalización del fascismo. La política como espectáculo cotidiano y vacuo. Cuando todo es fascismo, nada lo es, y se pierde la sustancia de lo que fue y significa la dictadura terrorista del capital monopolista. Verdad es que de noche todos los gatos son pardos, pero no es de noche, sino de día, y el que no vea la realidad es porque está ciego o no quiere verla.
     Vayamos por partes. Amén de algún libelo que no merece mayor comentario, nuestro texto ha suscitado numerosas respuestas y reacciones que nos han hecho pensar. Permítasenos destacar entre ellas los escritos publicados por Enric Juliana (“Atracción fatal”), Esteban Hernández (“La izquierda: opción B”), Miguel Urbán y Brais Fernández (“Decreto dignidad: ¿Fascismo en Italia? Una respuesta”) y Alberto Tena y Giuseppe Quaresma (“Pensar Italia”). En general, se nos critica haber realizado un análisis descontextualizado del Decreto Dignidad, obviando las demás políticas del gobierno italiano, especialmente en materia de inmigración. Desde su punto de vista, y citamos literalmente a Urbán y Fernández, “es fundamental para comprender la política económica y social de un gobierno analizar el conjunto de su deriva, no presentar de forma aislada y parcial una medida”. También hay otras críticas, pero nos parecen secundarias y están subordinadas a esta idea principal.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Decreto dignidad: ¿Fascismo en Italia? Una respuesta

 
Matteo Salvini


 Fuente:Cuarto Poder

Miguel Urbán y Brais Fernández

[ Ayer reprodujimos de Cuarto Poder el artículo de nuestros amigos y compañeros Héctor, Manolo y Julio. Hoy traemos la visión sobre el tema de Miguel Urban, eurodiputado de Podemos y Brais Fernández, ambos militantes de Anticapitalistas. Al finalizar  el texto enlazamos también una interesante reflexión de Giaime  Pala aparecida hace unos meses en Mientras Tanto. El debate abierto siempre enriquece]
    Hace un par de días, leíamos en este medio un artículo titulado “¿Fascismo en Italia? Decreto dignidad”. El artículo estaba firmado por tres pesos pesados de la izquierda española: Manuel Monereo, Héctor Illueca y Julio Anguita. El texto hacía una valoración positiva del “decreto dignidad” aprobado por el Gobierno italiano y lo pone como ejemplo de una posible política antineoliberal, descartando que haya fascismo en Italia justamente por la aprobación de este decreto. 
    Lo primero que sorprende del artículo es que se mueve en unos niveles de concreción y abstracción que no se relacionan entre sí. El texto analiza el “decreto dignidad” como una medida concreta, separada de la política general del Gobierno italiano. Es un método analítico que no compartimos: de lo que se trata es de ser capaz de armar un análisis que relacione y explique una medida concreta dentro del marco general, esto es, dentro del proyecto político y de clase del actual gobierno italiano. Leyendo el artículo es imposible saber quién gobierna en Italia y en qué dirección: da la impresión de que es posible analizar una medida concreta al margen del proyecto de conjunto de la Liga y del M5S. Y, de repente, tras ese análisis del “decreto dignidad” sin relacionarlo con el proyecto del actual Gobierno italiano, aparece de forma brusca la conclusión final: el Gobierno italiano no es un gobierno fascista.
   Esa conclusión, así dicha, puede ser correcta. El Gobierno italiano no es todavía (1) un gobierno fascista. Todavía no ha prohibido y ni aniquilado las organizaciones civiles, aunque sostiene una política fuertemente anti-sindical y contra otro tipo de estructuras que mantienen espacios autónomos en la sociedad civil, como los centros sociales o las asociaciones en apoyo a las personas migrantes. Todavía no ha abolido las libertades formales ni reconstruido un nuevo tipo de Estado en el que encuadre al conjunto de la sociedad. Es, por caracterizarlo con precisión, un Gobierno populista autoritario, con una impronta fuerte de la extrema derecha, una base social compuesta en su mayoría por las clases medias depauperadas y, al contrario de lo que propone el artículo, profundamente neoliberal.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

¿Fascismo en Italia? Decreto dignidad

Parlamento italiano



Fuente: Cuarto Poder

Héctor Illueca
Manuel Monereo
 Julio Anguita

     La aprobación del llamado “Decreto Dignidad” por parte del gobierno italiano ha provocado furibundas reacciones en diversos círculos políticos y empresariales. La multinacional alemana Foodora abandona Italia. Lejos de toda prudencia, las principales organizaciones patronales amenazan con despidos masivos. El día de su aprobación en el Senado, los representantes del Partido Demócrata exhibieron carteles en los que podía leerse #ByeBye lavoro (“Adiós trabajo”), lo que motivó que la presidenta de la cámara los llamara al orden. Periodistas a sueldo de las finanzas han emprendido una campaña sin precedentes contra el artífice de la norma, Luigi di Maio, el joven ministro de Trabajo y vicepresidente del país transalpino. Hasta los sindicatos han manifestado su oposición al Decreto, aunque en este caso por motivos muy distintos a los anteriores. Lo cierto es que el Decreto Dignidad ha abierto un intenso debate en la sociedad italiana sobre los parámetros que rigen las relaciones laborales y, más allá, sobre las políticas sociales y económicas aplicadas en Europa desde la aprobación del Tratado de Maastricht.