Remedios Copa
Colectivo Prometeo
En alguna ocasión en 2018
recuerdo haber reflexionado sobre
la perversión moral basada en el mercado, la competitividad y sus leyes,
olvidando que el mercado no existe más allá de la entelequia creada para tratar
a los seres humanos como un material utilizable y de desecho. Un material cuya
utilidad sirve para extraer la máxima productividad y acumulación de riqueza
cada vez en un menor número de población de modo que el 1% de la población
mundial acumule tanto capital como la suma del capital del 99% restante.
Estos datos que años atrás ya apuntaba un representante de
la Banca ética ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, no solo
no se han corregido sino que se agravó la situación de forma vergonzosa.
En el artículo de la semana pasada “Un paseo por la banca”
mostraba la cara más perversa de la especulación financiera y el desprecio de
la banca por sus trabajadores que, como
el resto de los españoles y no solo los de la banca, contribuyeron con su dinero
a rescatar de la quiebra a estas instituciones financieras que ahora se suben
los sueldos escandalosamente y reparten beneficios a los accionistas con una
mano, mientras con la otra ponen en la calle a unos 20.000 trabajadores sin que
se les mueva un pelo.
Es hora de llevar la dignidad humana a la vida social y económica.