
Pepe Aguza
Colectivo Prometeo
Estoy seguro que no existe en todo el Estado español otra ciudad con mayor programación religiosa y procesional por sus calles como Córdoba. No creo que en un Estado que se declara constitucionalmente de Derecho laico, democrático y social (Art. 1.1), una ciudad se sienta orgullosa de los continuos bloqueos por eventos religiosos en sus calles agobiando a los ciudadanos.
El
actual obispo, Demetrio Fernández González, desde que aterrizó en la Diócesis
cordobesa, ha convertido a la ciudad en
un “pasillo de comedia procesional”, en colaboración con sus acólitos y
cofrades que no cesan de organizar “desfiles
beateriles” invadiendo y ensuciando constantemente la vida pública, en
detrimento de la libre circulación de la población.
Todo el casco histórico permanece intransitable al quedar todos los accesos bloqueados por los desfiles de imágenes, devotos y ruidosas bandas de música, impidiendo el tránsito de vehículos y acceso a viviendas en multitud de ocasiones, provocando discusiones al intentar pasar a sus domicilios.