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viernes, 7 de octubre de 2022

Saturaciones procesionales en las calles de Córdoba





Pepe Aguza
Colectivo Prometeo

    Estoy seguro que no existe en todo el Estado español otra ciudad con mayor programación religiosa y procesional por sus calles como Córdoba.  No creo que en un Estado que se declara constitucionalmente de Derecho laico, democrático y social (Art. 1.1), una ciudad se sienta orgullosa de los continuos bloqueos por eventos religiosos en sus calles agobiando a los ciudadanos.

    El actual obispo, Demetrio Fernández González, desde que aterrizó en la Diócesis cordobesa, ha convertido a la ciudad en un “pasillo de comedia procesional”, en colaboración con sus acólitos y cofrades que no cesan de organizar “desfiles beateriles” invadiendo y ensuciando constantemente la vida pública, en detrimento de la libre circulación de la población.

Todo el casco histórico permanece intransitable al quedar todos los accesos bloqueados por los desfiles de imágenes, devotos y ruidosas bandas de música, impidiendo el tránsito de vehículos y acceso a viviendas en multitud de ocasiones, provocando discusiones al intentar pasar a sus domicilios.

sábado, 20 de agosto de 2022

La blasfemia, el fanatismo y Salman Rusdhie

Fuente: El Jueves


Fuente: Laicismo.org 

Antonio Gómez Movellán


La persecución de la blasfemia tiene, en el mundo en que vivimos, un uso político. Por un lado, se pretende justificar un supuesto anti imperialismo en un fanatismo religioso y por otro se pretende también justificar un control imperial en una falsa superioridad cristiano occidental contra el atraso de otras “civilizaciones” y sus religiones.

Fanático deriva de la palabra latina fanum que significa “templo”; los fanáticos eran los adeptos al templo; los pro-fanos serían los que están delante o fuera del templo, los no consagrados. En general todas las religiones clericales son fanáticas y las que se pretenden más universales más fanáticas son.

A raíz de la fatwa contra Salman Rusdhie, en 1989, la mayoría de los líderes religiosos del mundo justificaron, de una u otra forma, el fanatismo y apoyaron que se reforzaran los delitos de blasfemia o de ofensa a los sentimientos religiosos ante las manifestaciones críticas a la religión o su simbolismo.

El Vaticano hizo declaraciones públicas calificando como blasfemo el libro “Los Versos satánicos” y justificando la reacción airada de millones de musulmanes:

”El mismo apego a nuestra propia fe nos induce a deplorar lo que es irreverente y blasfemo en el contenido del libro de Salman Rusdhie”, se escribió, en 1989, en el Observatorio Romano.

Lo mismo ocurrió en Gran Bretaña donde los líderes anglicanos, como el mismísimo Arzobispo de Canterbury, Robert Rancie, también consideraron que había que reforzar las legislaciones contra las ofensas a los sentimientos religiosos e igual hicieron los rabinos judíos. Atacar las doctrinas religiosas es intolerante, se decía.

martes, 31 de marzo de 2020

Tontilandia en tiempos del coronavirus

 
Bosco:La Nave de los Necios de viaje al País de los Tontos

Antonio Pintor Álvarez
Colectivo Prometeo 
 Médico
    La psiquiatra Elisabeth Kübler Ros desarrolló un modelo de cinco etapas (Negación, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación) para ayudar en el duelo a pacientes que se enfrentaban a la muerte. Posteriormente su uso se extendió a cualquier situación que suponga una crisis existencial como la pérdida de un ser querido, el trabajo, la ruina económica o un divorcio. A efectos de los comentarios que voy a exponer solo consideraré las dos primeras etapas, Negación e Ira, por ser las que estamos experimentando ante la epidemia del coronavirus.
    Desde que se comunicaron los primeros casos en el mes de diciembre en China hasta mediados de marzo, en nuestro país TODOS estábamos instalados en la fase de “negación”. Solo tenemos que echar la vista atrás y mirar nuestra conducta en esos días. Comprobaremos que “la vida seguía igual”, aunque mirando de reojo a nuestros vecinos italianos pero no sintiéndonos, aún, vulnerables.   Incluso en el ámbito sanitario, las medidas de protección por parte de los profesionales eran bastante tímidas, de manera que en el mismo hospital podías ver a profesionales protegiéndose con guantes y mascarillas junto a otros con solo guantes o sin nada. De esto fui testigo el 27 de febrero en las urgencias del Hospital Reina Sofía de Córdoba donde la médica que nos atendió no disponía de mascarilla porque ¡habían desaparecido! Evidentemente nadie que pensara como real lo que se nos venía encima sería capaz de llevarse este tipo de material. Aún estábamos en el “por si acaso”.
     Aunque analizar con mirada crítica lo ocurrido es necesario y conveniente para corregir errores y deficiencias, no lo es menos que se debe hacer desde la honestidad, mirarnos al espejo y decirnos si, cada uno al nivel de responsabilidad que le corresponde, estaba actuando de manera diferente al estado de negación. Evidentemente hay grados de responsabilidad pero nos puede dar una pista de cómo estaba el patio en aquellos momentos y, de esa manera, poner un poco de humildad para ser más comprensivos con quienes, a pesar de la incertidumbre y la gravedad de las medidas a tomar, tenían la responsabilidad de hacerlo. Lo que hoy observamos es que, apoyándose en la información que facilitan los técnicos en materia de salud, desde el concejal del municipio más humilde hasta la presidencia del gobierno están haciendo lo imposible porque salgamos de esta pandemia.
Lamentablemente, existe un estado mental que denomino “Tontilandia” el cual, aunque no es exclusivo de ningún país o territorio concreto, puede afectar con más frecuencia a unos lugares que a otros. Nos sirve de pista para sospechar donde es más frecuente saber que existe una relación directa con el “índice tabernil” (número de bares o tabernas por habitante) y una relación indirecta con el “índice lector” (número de libros leídos por habitante). Es decir, a más tabernas y menos libros leídos más afectados. Otro dato significativo es continuar anclados en el Medievo por lo que se sigue recurriendo a la ayuda de dioses y similares para enfrentarse a los problemas.