Juan Rivera
El 15 de junio de 2012, en
Sabadell y ante más de 500 personas, nuestro amigo, compañero y fundador
del Colectivo Prometeo, Julio Anguita, hizo pública la idea que llevaba madurando desde hacía
meses: “Asumo ser el referente de una operación política que intente
cambiar el país”.
Su intención nos
la había comunicado previamente al grupo de amigos que, a su vuelta de Madrid en el
año 2000, pusimos en pie el Colectivo.
Antes de su viaje a Cataluña nos
pidió que mantuviéramos en secreto la propuesta hasta que la hiciera
oficial y, una vez lanzada, que le ayudásemos a montar la
infraestructura para hacerla posible.
También nos solicitó que
incorporásemos a la tarea a un reducido grupo (no llegaban a 15) de compañeros
y compañeras de toda España. Con esos mimbres (Prometeo + grupo de refuerzo) constituimos
el Frente Cívico “Somos Mayoría”.
Para darle cuerpo ideológico a la
iniciativa, entre el viernes 22 de junio de 2012 y el
sábado 15 de diciembre de 2012, Julio desarrolló en el blog del Colectivo 7
artículos bajo el epígrafe común "
Somos Mayoría".
En la introducción del primero,
ante la avalancha de respuestas a su intervención en Sabadell, subrayábamos: “Te
pedimos paciencia si los comentarios tardan algo en subirse. La página se
mantiene con trabajo militante, condicionado por la disponibilidad personal.
Gracias”.
Esa frase recogía perfectamente lo que
significaba la propuesta: precariedad de medios compensada por el trabajo
militante y la ilusión, mucha ilusión.
Y en el conjunto de sus
reflexiones un eje: si queríamos impugnar el Sistema y el Bipartidismo borbónico
del Régimen de Juan Carlos I, “el Corrupto”, necesitábamos acumular fuerzas creando
un Contrapoder ciudadano.
Ninguna organización, ningún
partido, podía hacer esta tarea en solitario. De ahí el mantra “dejar los
carnets [partidistas] en la puerta” para aglutinarnos alrededor de unas
ideas básicas que sirvieran de punto de encuentro. Estas las sintetizamos en un
decálogo al que dimos el nombre de los
10 puntos del Frente Cívico.
Se trataba siempre de facilitar la unión, el acuerdo, la concordia, desterrando los matices que tantas veces han paralizado a la Izquierda con discusiones interminables y que terminan anulando cualquier propuesta transformadora.