Manuel Cañada
Hace tres años, en la tarde del 8 de septiembre, fallecía Juan Carlos Sobrino Tardío, al que todos conocíamos en Mérida por su apodo, El Cuco. Murió ahogado en el río Guadiana, a la edad de 53 años. El Cuco vivía en la barriada de San Antonio, el Barrio Bizcocho en la jerga popular, llamado así porque cuando el río se desbordaba en los años sesenta o setenta aquel enjambre de chabolas y casas humildes que los más pobres habían alzado, se impregnaban totalmente de barro. Algunas tardes de verano, cuando apretaba el calor, Cuco se bañaba en el río. Pero esta vez, le fallaron las fuerzas, el cálculo o el corazón y el aparentemente manso Guadiana se lo tragó para siempre.
El Cuco había trabajado en el campo, en la construcción y en lo que salía. Cuando estalló la crisis de 2008 estaba en Palma de Mallorca, perdió el empleo y regresó a Extremadura. Desde entonces las cosas no hicieron más que agravarse. Como le gustaba decir, no era capaz ya de conseguir trabajo “ni pagando”. El paro es, para muchas personas, la muerte psíquica, la muerte civil. Desguaza familias y vidas. Y cuando se funde con el alcohol genera una amalgama explosiva. A causa de un altercado, Cuco acabaría en prisión, donde pagó dos años y medio. “Me metieron preso porque fui con una escopeta de cartuchos en busca del karateka que me había pegado”, recordaba. Un desastre integral, un bala perdida sentenciarán, seguro, los bienpensantes, biencomidos y bien-enchufados.
Pero, ay, cuando los balas perdidas se despojan de la camisa de fuerza, del estigma que les ata, cuando se organizan y luchan. “Soy una piedra terrera/que el mundo desprecia al verme./ Soy un escombro cualquiera/pero en diciendo a romperme/doy un metal de primera”. El fandango de El Cabrero condensa con sabiduría la transformación que se produce cuando los oprimidos rompen el silencio y dicen su palabra. Cuco será una de las personas que, desde la barriada de Bellavista, empiecen a construir el primer movimiento de la renta básica en Mérida y Extremadura, del que nacería el Campamento Dignidad.