viernes, 18 de mayo de 2018

Hagamos frente a las causas contemporáneas de la Esclavitud:El papel nefasto de la UE





 Plataforma Salir del euro


La Unión Europea, asumió el carácter imperialista de las principales potencias que la constituyeron.

      El comportamiento de la UE en el plano internacional no se puede disociar del pasado colonial de sus estados más importantes, en África y Oriente Medio, que contó con episodios prolongados de esclavitud y exterminio, terribles e inhumanos.Baste recordar la tragedia del Congo bajo dominación del monarca belga Leopoldo II.Si, bien es cierto, que ha conocido importantes cambios tras los procesos de liberación nacional que sacudieron dicha región en el siglo XX, en Egipto, Siria, Irak, Argelia, Libia, África subsahariana, Guinea, Nigeria, Congo, Mozambique, Angola, Sudáfrica, etc., su relación de hegemonía y explotación ha proseguido bajo otras formas: El llamado colonialismo,
a través del control de la economía y del mecanismo de la deuda, también, a través de la intervención militar directa en Iraky Libia, o provocando guerras civiles y favoreciendo las facciones proimperialistas, en Siria, Yemen y la región del Sahel.

El neocolonialismo de las metrópolis de la UE, con el apoyo del Banco Mundial y del FMI, utilizó los préstamos de los estados europeos y de su banca privada para imponer sus políticas de ajuste y austeridad neoliberal, favoreciendo los procesos de corrupción de las élites de los Países Periféricos (1), transfiriendo los recursos extractivos en petróleo y minerales desde las periferias a las potencias del Norte, forzando la compra de los bienes y servicios elaborados en los países de la UE, etc.

Más tarde, cuando la crisis de la deuda estalló en los Países de la periferia, como consecuencia del giro ultraliberal en Estados Unidos en 1979, al aumentar la Reserva Federal la tasa de interés que aumentó gravemente el servicio de la deuda de la periferia cuyos préstamos inicialmente tenían tasas de interés bajos, pero variables, y vinculadas a las tasas de EEUU.


Sus efectos fueron terribles sobre la población de la periferia, ruina económica, mayor dependencia de las potencias europeas, desmantelamiento de los sectores públicos y su correlato de privatizaciones, pobreza, desigualdad y desestabilización de los estados recién creados, provocando fracturas internas, guerras civiles, y movimientos migratorios.

Tras la puesta en marcha del euro, la UE intentó relanzar la “Declaración de Barcelona” proclamada en noviembre de 1995, que tenía como objetivo “convertir el Mediterráneo en un espacio de paz, estabilidad, prosperidad y de seguridad intensificando el diálogo político e instaurando una asociación económica y financiera, así como una asociación social, cultural y humana”.

Se trataba de un proyecto de dominación “blanda” de la UE sobre los países del Mediterráneo, que buscaba construir una Zona de libre cambio en el marco de la globalización neoliberalen el horizonte de 2012, favorable a sus intereses.Promovió como “zanahoria” para los países periféricos concernidos, los llamados fondos MEDA, que eran claramente insuficientes para garantizar cualquier desarrollo efectivo. Dichos fondos en 2004 solo representaban el 0,4% del PIB de los Países de la Asociación Mediterránea (PAM), 4 euros por persona y año, que contrastaban con las transferencias realizadas por la UE en ese mismo año a los países de la Europa Central y Oriental de 12,2 euros por persona y año.

El interés geoestratégico y comercial de la UE para integrar los países del Este europeo, tras el derrumbe de la Unión Soviética y el estado yugoeslavo, concentraron los recursos económicos de la UE y fueron su prioridad frente a los países periféricos. Por ello los fondos MEDA fueron rápidamente olvidados, aunque no la exigencia de un libre comercio favorable a la UE.

La creación de la Zona de Libre Comercio (ZLC) en el área Mediterránea fue muy beneficiosa para los países de la UE que obtuvieron en 2004 un superávit favorable de 22.000 millones de dólares sobre un volumen de intercambios de 150.000 millones. Es decir, provocaron un fuerte déficit en los países periféricos del PAM, del mismo modo el servicio de la deuda que contrajeron esos países significó una transferencia de 19.000 millones anuales, de los cuales un 65% se dirigió a los estados de la UE.

El estallido de la crisis de Lehman Brothers en 2007-2008, y la crisis económica que se extendió por todo el mundo, afectó gravemente a la UE como consecuencia de su arquitectura basada en la moneda única y en ausencia de una redistribución económica capaz de superar los desequilibrios de la deuda, y de la balanza de pagos, entre los países del centro europeo con amplios superávit -Alemania- y los países del Sur con enormes déficits y deudas.

En esas circunstancias las potencias de la U.E. abandonaron su intento de dominación blanda y optaron abiertamente por la desestabilización del Norte de África, y el intervencionismo militar vestido de “intervención humanitaria”.

La llamada primavera árabe en Túnez que derribó al dictador Ben Alí en 2011 se extendió por numerosos países árabes.En Egipto, el 11 de febrero de 2011la movilización popular derrocó al presidente Mubarak, y en las elecciones que hubo a continuación alcanzó el gobiernola organización neoliberal de los Hermanos Musulmanes. En Libia, tras una guerra civil organizada por los servicios secretos de las potencias imperialistas de Reino Unido y Francia, apoyados por EEUU, con el objetivo de controlar los recursos petrolíferos y gasísticos, llegaron a justificar los bombardeos como una “intervención humanitaria, expulsando a Gadafi de Trípoli hasta su ejecución sin juicio el 20 de octubre del mismo año, con la intervención de los servicios de inteligencia franceses. Protestas y movilizaciones de diversa intensidad se reprodujeron en Siria, Yemen, Argelia, Jordania, Omán, Bahrein, etc.

La conjunción de intereses de las potencias imperialistas con la monarquía absolutista de Arabia Saudita, con el estado de Israel, y Turquía, tenían como objetivos, en primer lugar el control económico de los recursos de la región, el proyecto de redibujar el mapa de dichos estados, reforzar el rol gendarme del estado de Israel, la contención de la influencia y expansión del régimen de los ayatollah de Irán, concesiones al gobierno de Turquía en su conflicto con el movimiento de liberación Kurdo, especialmente el liderado por el PKK, y reconstruir los sistemas políticos de diversos países de la zona.

Se trataba de sustituir los viejos regímenes laicos resultantes de los procesos de liberación nacional tras el fin de la segunda guerra mundial, pero que habían conocido un proceso de degradación autoritaria y de corrupción, por otros sistemas hegemonizados por otras fuerzas, en esta ocasión, islámicas moderadas de orientación neoliberal proimperialista, como los Hermanos Mulsumanes, próximas al régimen Saudí, o bien utilizando las sectas islamistas wahabitas de Al-Kaeda (tomando el ejemplo de su papel en Afganistan) o recientemente del DAESH, para desestabilizar dichos países en una primera fase, y tomar su control después, por fuerzas moderadas vinculadas a las potencias imperialistas, o por sus propios ejércitos.

Esta operación orquestada entre las potencias imperialistas, de la UE y de EEUU, repartiéndose el “trabajo” en los diversos países y subregiones, ha obtenido sonoros fracasos en gran parte de la región, y ha provocado un desastre humanitario colosal, con amplias zonas arrasadas, cientos de miles de muertos, forzando la migración de decenas de millones de personas, y arrojando países como Libia a la “barbarie” del estado fallido, donde sectas tribales y religiosas controlan zonas del país, apoderándose de sus fuentes de riquezas, explotando las poblaciones subsaharianas en condiciones de esclavitud, creando redes para la trata de blancas y el narcotráfico, o para el transporte de personas que migran a la UE a cambio del pago de enormes cantidades económicas y de una deuda esclavizadora de sus pueblos.

Esta política intervencionista ha provocado una enorme circulación de migración en condiciones frágiles e inseguras, desde las costas de Norte de África, principalmente Libia, a las costas de Grecia, Italia y España. Consecuencia directa de esta política ha sido la muerte de decenas de miles de personas.Solamente en 2016 se contabilizaron más de 5.000 personas que perdieron la vida ahogadas. El “Mare Nostrum” ha cambiado su denominación por “Mare Mortum”. A todo ello, hay que añadir, los trágicos cruces de cientos y miles de migrantes por las vallas afiladas y ensangrentadas de Ceuta y Melilla.

El verdadero rostro del capitalismo de la UE en decadencia, y el mecanismo de la deuda, esclavizan, precarizan, empobrecen y dividen a los pueblos

A través de una deuda odiosa, ilegitima e impagable, las potencias centroeuropeas, la banca y fondos europeos y transnacionales, han provocado el resurgir del colonialismo y la “tercer-mundización” de amplias zonas de los países del Sur de Europa, especialmente, Grecia, España e Italia, estados y naciones que han quedado sometidos al dictado del BCE y de la Comisión Europea. Con métodos de autoritarios de dominación han sido forzados a cambiar sus constituciones y gobiernos para aplicar las políticas de ajuste y austeridad que permitan devolver la deuda recortando el gasto social.

Los mecanismos de la esclavización del pasado regresan en el presente con nuevas formas. Pero las consecuencias son muy parecidas, eliminación de derechos laborales, precarización del empleo, desposesión de la vivienda y continuidad de la deuda hipotecaria, empobrecimiento laboral y social, etc., todo ello en beneficio de los nuevos amos y poseedores de la deuda.

En estas condiciones la economía sumergida que en España equivalía en 2016 a más del 17% del PIB, se ha convertido en un reducto para las diversas mafias que explotan en condiciones de semiclandestinidad o total clandestinidada cientos de miles de migrantes venidos en gran parte de África y Asia, también de España.

La regresión de derechos sociales y laborales de gran parte de las sociedades del Sur de Europa, los aproxima a las condiciones sin derechos y esclavas en regiones de África, Asia, etc.

El pago de la Deuda, sus consecuencias nefastas, no solo afectan a las poblaciones de África, y Oriente Medio, se han extendido al Sur de Europa.

Por una alternativa de liberación y abolición de la esclavitud, la pobreza, y sus causas

La liberación de la Deuda impagable, debe ser un objetivo que unifique los esfuerzos de todos los pueblos afectados. Debe ser el compromiso de una nueva solidaridad. Debe estar presente en la alternativa para superar el desastre criminalque nos ha abocado el capitalismo en su versión de la globalización neoliberal, en la recuperación de la soberanía real de los países del Sur de Europa, y en el ejercicio de una auténtica independencia de los países periféricos.

Pero no basta con la condonación de la deuda. Es necesario abordar la devolución de la gran deuda que las potencias occidentales han acumulado tras siglos de explotación y robo de los recursos y del trabajo de las poblaciones de África, Asia y América Latina.

Esta devolución de riqueza, paradójicamente, puede ser una gran oportunidad para las poblaciones de los estados europeos. Si dicha riqueza se devuelve a través de un programa temporal, creando fondos de solidaridad e inversión suficientes para los países de la periferia, con el objetivo de construir y modernizar las infraestructuras esenciales, poner en pie los servicios públicos en salud, educación, y protección social, y favorecer su desarrollo agrícola e industrial respetando el equilibrio ecológico, ello creará las condiciones económicas que permitan un intercambio de bienes y recursos en condiciones de igualdad, justicia y cooperación beneficiosa para todas las gentes.

La alianza de pueblos que permita construir un futuro de esperanza, pasa inevitablemente por la superación del “desorden” de la globalización neoliberal y del capitalismo, abolir radicalmente la esclavitud en sus diferentes formas, eliminar las tratas de personas, abolir la precariedad laboral reconociendo plenamente los derechos laborales de la clase trabajadora, distribuyendo la riqueza y el trabajo reduciendo la jornada de trabajo sin disminución del salario, estableciendo un salario mínimo en todos los países, etc.

Las élites de las potencias imperialistas, intentan superar sus dificultades, empujando como siempre a que los pobres luchen entre sí, en lugar de unirse contra el enemigo común.

En España, la conciencia solidaria de una gran parte de la sociedad, ha impedido que se reproduzcan las respuestas reaccionarias y racistas que han emergido en otros países de Europa y amenazan la convivencia.  Esta conciencia debemos preservarla y defenderla.

Junto a nuestros hermanos y hermanas de África, Asia y América latina, la conciencia y acción solidaria debe convertirse en la palanca para transformar el mundo y liberarnos de todos los yugos.




(1)      Los países periféricos, también denominados en el lenguaje de las instituciones neoliberales “Países en Desarrollo”

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