martes, 3 de marzo de 2020

¡Alarma,Alarma,nos invade el "Monarcavirus"!

¡ALARMA, ALARMA, NOS INVADE EL “MONARCAVIRUS”! *
* (coronavirus Covid-19)
Pepe Aguza
Colectivo Prometeo

Cuando el miedo y el terror se extienden de manera incontrolada, con frecuencia fomentados por noticias tendenciosas y a veces hasta falsas de los medios de comunicación, se pueden convertir en una psicosis de pánico, que hacen difícil  distinguir la ficción de la realidad y convirtiéndola más peligrosa aún que esta misma.

Vivimos en una sociedad histérica y muy manipulable, por el exceso de confianza en las redes y nuevas tecnologías, que pueden incitar a la vulnerabilidad y el miedo. Un miedo y una histeria colectiva, que en estos tiempos se transforma en global con la rapidez de la luz y un gran negocio económico superando fronteras.
Atemorizar o influir en nuestros días en gobiernos, procesos electorales, economía o salud, es relativamente fácil y ejemplos nos sobran.
La manipulación de la información, sea real o ficción, es tremendamente peligrosa. Baste recordar como anécdota, aquel 30 de octubre de 1938, cuando apenas hacía dos años que Konrad Zuse había inventado el ordenador Z-1 que no sería operativo a nivel empresarial hasta 1942,  ni existía Internet que se desarrollaría en plena Guerra Fría por los Estados Unidos en 1969, cuando la grave voz de un genial Orson Welles, aterrorizó a través de la radio a la población americana, desde Newark en New Jersey, donde centenares de familiar huyen de sus hogares, al igual que en Alabama, Nueva Inglaterra y otros muchos estados y ciudades, donde sus habitantes intentan escapar o echarse al campo con armas para detener la invasión alienígena que creen estar sufriendo. Todo se debió a la imaginación y el perfecto montaje que el actor hace de la obra de ciencia ficción “La Guerra de los Mundos” de Herbert George Wells. El pánico polarizaba las mentes, impidiéndoles actuar razonablemente.

Con los medios con que hoy cuenta el mundo, el efecto de las imágenes de los acontecimientos a los que se puede acceder en directo, favorecen la reacción, que de no ser controlada, pueden alterar a la sociedad global.
El miedo puede servir para evitar riesgos, pero también cuando se produce de forma exacerbada e irracional, puede degenerar en una psicosis colectiva, provocando la expansión y amplificación de rumores exagerados y bulos que impiden  el desarrollo de la actividad y la vida normal. Es imprescindible una buena información y comunicación y generar confianza en la población y en el uso de los recursos sanitarios públicos.

Algo así parece estar ocurriendo en estos tiempos, con la amenaza del coronavirus, una grave epidemia de gripe, con  un nuevo virus mutado que surgió en la ciudad china de Wuhan, aunque su origen bien pudiera haber sido creado en el polo opuesto del planeta, como en tantas ocasiones. 
El primer caso de coronavirus confirmado por la Organización Mundial de la Salud ( OMS), fue en China el 31 de diciembre de 2019.
Según diferentes informes, sus creadores que podrían ser responsables de miles de muertes, son Erika Bickerton, jefa del grupo de coronavirus del Instituto de Biotecnología Pirbright, Sarah Keep, bióloga y viróloga molecular de la misma institución y Paul Britton, también biólogo molecular y virólogo, experto en el control de coronavirus aviares, diagnóstico y estrategias para vacunaciones.
El virus pudo haber sido creado en 2014 como una mutación del ya conocido SARS y aparece registrado y publicado en la Oficina de Patentes estadounidense el 20 de noviembre de 2018, con el número USA 1013070182.  (Datos que pueden confirmarse en la página Canal 7: La verdad del Covid-19)
¿Cómo ha podido aparecer en la ciudad china de Wuhan?
Como casi siempre, detrás de estas pandemias, está la intervención de grandes firmas y laboratorios como ocurriera con Roche y su oseltamivir contra la gripe A y ahora podría ser Johnson & Johnson que piden financiación para una vacuna contra el coronavirus que ya podrían tener, esperando el momento oportuno de ponerla en el mercado.
La guerra bacteriológica hoy puede ser una nueva forma de bioterrorismo y más peligrosa y mortal que cualquiera de las conocidas hasta nuestros días. Por otra parte, puede ser el arma más eficaz para detener o destruir economías, como en este caso está ocurriendo: la caída de Bolsas mundiales y el miedo de los inversores, la anulación de eventos internacionales (el Mobile World Congress de Barcelona, la Feria Art Basel en Hong Kong, la Feria del Turismo de Berlín, la del Automóvil de Ginebra o los carnavales de Venecia) son un ejemplo de ello, lo que supone la pérdida de millones de dinero y de miles de puestos de trabajo.
La OMS  ha elevado el nivel de riesgo de expansión a muy alto, al haberse detectado ya casos en todos los continentes.

Según datos del Centro Nacional de Epidemiología, el pasado año en España tuvimos 525.300 casos de gripe, con un nivel de ingresos hospitalarios de 35.300 personas y 6.300 muertes, o sea que sólo en nuestro país, el pasado año sufrimos más defunciones que lo que hasta ahora ha producido el coranavirus a nivel mundial.
En nuestro país, hasta la fecha ya se han detectado más de 120 contagiados en diferentes comunidades como Andalucía, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana,  Canarias, Baleares, Aragón, Castilla y León o Madrid y la cifra sigue subiendo.
A ver si se toman las mismas medidas con la Iglesia cuando llegue la Semana Santa, con los eventos procesionales y los riesgos que suponen la aglomeración, el contacto físico de costaleros y feligreses y la movilidad de cientos de miles de personas, aunque claro el coronavirus no ataca a los santos de madera, otra cosa sería si se presentara en forma de carcoma …¡A ver que andaluz lo dejan de clausura en su casa para evitar infección…!
Este “monarcaasesino” (coronavirus) que tiene mayor incidencia en personas mayores, con bajas defensas y ancianos con otras patologías, le está haciendo un buen trabajo a las arcas públicas, al disminuir el gasto en pensiones y reducir la población pasiva.

La actual epidemia de gripe por coronavirus, se podría sospechar como el ataque más destructivo a la potente economía china, aunque los procesos gripales son reiterativos todos los años, pero es muy curiosa la forma, el lugar y el momento de su aparición.
Por otra parte, nunca se ha puesto nacionalidad a estas epidemias, como en las primeras semanas los medios de comunicación otorgaron a ésta (gripe china), salvo la de 1918 conocida como “gripe española”, que por otro lado tampoco lo fue,  ya que su aparición ocurrió por primera vez en Kansas, durando hasta 1920 y causando entre 50 y 100 millones de muertes. Sin embargo en España, fue uno de los países europeos de menor mortalidad (aproximadamente 200.000 personas, mientras que en el Reino Unido pudieron fallecer unas 250.000 personas, en Italia o Francia alrededor de 450.000 en cada una y en Estados Unidos casi el 28% de la población sufrió la enfermedad, matando entre 500.000 y 650.000 individuos, así como en China que pudo alcanzar al 40% de su población, terminando con la vida de unos 30 millones de fallecidos)
La razón de llamarle “gripe española” fue por la difusión dada por la prensa en nuestro país, mientras la censura a causa del conflicto bélico de la Primera Guerra Mundial impedía informar de la enfermedad en el resto del mundo.
En el caso actual, la prensa, radio y televisión acometió una doble postura de intimidación: primero nacionalizó la epidemia, aunque después el término “china” se suprimiera y una segunda fase de inculcar el pánico y la histeria con una alarma social que bloquea producción, cierra empresas e impide el libre tránsito de las personas como medida preventiva de evitar el contagio.

A lo largo de la historia, todos los años la gripe causa millones de enfermos y cientos de miles de fallecidos, aunque algunas de las más graves a recordar fuese la ya mencionada de 1918 (Gripe española) que afectó a personajes históricos como el rey Alfonso XIII o el pintor noruego, autor del famosos cuadro “El grito” Edvar Munch y víctimas como Humberto de Saboya, hijo del rey Amadeo I de España, el poeta francés Guillaume Apollinaire, Jacinta y Francisco Marto, visionarios de la Virgen de Fátima a quienes ni la madre de Dios les salvó y hayan sido canonizados como los primeros santos no mártires por el papa Francisco, Woodrow Wilson, presidente de Estados Unidos o el pintor Gustav Klimt, por citar algunos.

A mediados del siglo XX, en 1957 aparece la gripe asiática, que produjo algo más de un millón de muertos y en 1968 la gripe de Hong Kong que produciría entre 700.000 y el millón de fallecidos.
En 2009 se detectó otra grave epidemia en Estados Unidos: la “Gripe A” (ocasionada por el virus H1N1/09 Pandémico), clasificada por la OMS con un nivel de alerta 6 y que a pesar de toda la presión y alarma generada y los millones de vacunas, que generarían el gran negocio de las farmacéuticas, sólo produciría una baja mortalidad a nivel mundial, aproximadamente 210.000 víctimas.
Donald Rumfeld, entonces Secretario de Defensa de Estados Unidos con George W. Bush y uno de los accionistas mayores de los Laboratorios Roche, sería uno de los beneficiados de la masiva venta de oseltamivir (un antiviral de marca comercial Tamiflú), como antes decía y de los miles de millones de dólares que supuso.

Y para terminar con ficción, otra curiosidad: en 1981 Dean R. Koontz, escritor norteamericano de novelas de ciencia ficción, terror, suspense o misterio, publicó una obra titulada “Los ojos de la oscuridad”, en la que hace referencia proféticamente a un virus (el Wuhan 400), que había sido diseñado en unos laboratorios militares, para causar una gran pandemia y la muerte por neumonía de quienes se contagien.
¿Coincidencias?...


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