Las
leyes de los Mercados contra las leyes de la Humanidad:
Los
Derechos Humanos y la lucha por una sociedad más justa.
El
Front Cívic de Catalunya se propone la redacción colectiva de un
programa que, con el apoyo de la inmensa mayoría social -el 99%-,
nos lleve al bienestar, a la democracia plena y a la justicia social.
No es sólo un llamamiento a tod@s l@s personas implicadas ya en las
luchas sociales, sino, sobre todo, es una invitación a los millones
de ciudadanos y ciudadanas que, con su participación y sus fuerzas,
van a hacer posible el cambio político, económico y social que
tanto anhelamos. Para una convocatoria tan amplia, sólo nos podíamos
fundamentar en la buena fe, el compromiso ético y unos ideales de
justicia compartidos por toda la sociedad. Y, ¿qué mejor expresión
de los ideales de justicia que la Declaración Universal de los
Derechos Humanos?
El
10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas
proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).
Apenas habían transcurrido tres años desde el final de una guerra
mundial en la que habían muerto por causa de los combates o de los
horrores del nazismo millones y millones de personas. Bajo los
efectos de ese shock, se pusieron por escrito los más nobles
ideales, para que la humanidad se convirtiera en una gran familia
donde reinara la paz, el progreso y la concordia.
Sin
embargo, todos sabemos que aquellas buenas intenciones fueron pronto
pisoteadas. L@s poderos@s y los gobiernos que los representan no han
tenido escrúpulos en practicar una doble moral: se honran y
enaltecen de palabra los Derechos Humanos, pero se violan sin
reparos, si se interponen en los objetivos de los Mercados o de la
seguridad nacional del 1%.
Una
ordenación clásica de los DDHH los divide en políticos -igualdad
ante la ley, presunción de inocencia, derecho a un juicio justo,
prohibición de la tortura- y sociales -derecho a un nivel de vida
digno; a la salud, al bienestar, a la vivienda; a la protección en
caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos
de necesidad involuntaria.
Un
sólo ejemplo -una gran vergüenza para tod@s l@s que estamos dotad@s
de conciencia y razón- bastará para ejemplificar la violación de
los DD.HH. considerados "políticos": Guantánamo. ¿Cuántos
artículos de la DUDH viola el gobierno de los Estados Unidos con el
mantenimiento de ese campo de concentración?
Desde
el principio, también se ha ignorado el deber que teníamos con los
DD.HH. sociales. Si el que se moría de hambre era un "negrito"
en un remoto país del Tercer Mundo, era fácil ignorarlo o calmar la
conciencia con un pequeño donativo. Cuando la pobreza va a rebasar
pronto en nuestro país el 30% de la población, cuando el que tiene
que ir a clase sin comer es el hijo o la hija de nuestr@s vecin@s, ya
no es tan fácil mirar para otro lado.
Tod@s
l@s activistas que nos esforzamos por la plena democracia y la
justicia social sabemos que luchamos contra fuerzas poderosísimas,
que a veces son invisibles y a veces se disfrazan de legalidad
democrática. Por eso, para tod@s nosotr@s, la DUDH es una fuente de
inspiración constante. ¿Cómo olvidar que en su preámbulo consagra
"el supremo derecho a la rebelión contra la tiranía y la
opresión"?
Cada
día hay más defensores de los DD.HH. Cuando l@s compañer@s del
S.A.T. ocupan una finca y la cultivan, están poniendo en práctica
el derecho a un nivel de vida adecuado para su bienestar y el de sus
familias. Cuando l@s activistas de la PAH impiden un deshaucio, lo
hacen para que no se viole el derecho a la vivienda. Cuando nos
concentramos sin autorización delante de una tienda de
Telefónica-Movistar, para denunciar que no todos somos iguales ante
la ley y que la legislación laboral favorece al poderos@, ¿qué
estamos haciendo, sino defender los DD.HH.?
Por
lo tanto, nos queda la capacidad de reflexión y el debate con
nuestr@s conciudadanos, para crear entre todos una alternativa de
paz, democracia y bienestar. Y, al final, nos queda también la
rebelión, la desobediencia civil no violenta, la manifestación, la
huelga general.
Sin
duda, vivimos un tiempo de cambio histórico. El mundo se debate
entre un futuro tenebroso y opresivo o una sociedad donde la
democracia plena y la justicia social serán el fundamento del
bienestar universal. El Front Cívic de Catalunya hace un llamamiento
a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para releer la
Declaración Universal de Derechos Humanos y meditar sobre la
vigencia de su mensaje. Muchos de sus artículos nos servirán de
guía en nuestra rebelión:
“todos
los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,
dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros.”
Los
hombres y mujeres del Front Cívic de Catalunya no dejaremos de
luchar hasta que ese principio se cumpla sin excepciones en nuestra
tierra.
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