lunes, 11 de febrero de 2013

Frente Civico: Acto en el Círculo de Bellas Artes II ( Juan Carlos Monedero)

2 comentarios:

Ersi dijo...

Olé tu combatividad, Juan Carlos. Me has hecho bien. Todavía existen las palabras y los sentidos y el saber. Gracias.

Daniel dijo...

Para los que no pudieron venir ayer al encuentro del frente cívico que se celebró en Madrid, humildemente he hecho una pequeña crónica reflejando mi visión particular de lo que fueron los ponentes y que me gustaría poder compartir con vosotros. Lleno hasta la bandera.Los pasillos se llenaron de gente que no encontró asiento y que se acomodó como pudo, tratando de ver lo mejor posible entre las imponentes columnas que rodeaban el centro de la sala. En el escenario una mesa delante de una pantalla. Tras una breve presentación, una compañera de Madrid dio paso a los ponentes.

Monedero estuvo cumbre. Tanto que terminó la intervención y la gente empezó a corear "SÍ SE PUEDE" entre aplausos. Piel de gallina. Como él dice, tiene tan claros sus argumentos que le hacen estar muy tranquilo. No me extraña, hay tanto estudio y tanta sensatez detrás de los mismos, que los convierte en un muro casi infranqueable. Hace uso constantemente de pequeñas fábulas para ilustrar sus explicaciones porque no simplemente está exponiendo, él está enseñando. Por eso utiliza pequeños guiños de humor, por eso cuenta anécdotas, porque sabe cómo hacer llegar su mensaje, manteniendo su fuerza, su interés, su ritmo. Conoce los secretos del discurso a la perfección, de su forma, de su contenido, del lenguaje corporal. Escuchar a Juan Carlos es realmente curioso y enriquecedor. Curioso por lo alentador. Enriquecedor porque saca el academicismo de la academia, lo coge de su lugar de parto, y lo transporta donde adquiere verdadero sentido, a la calle, al pueblo.

Victor Ríos. Mente lúcida. Estudioso. Paciente. Disposición al diálogo. Tono conciliador. Ilusionado. Certero en los argumentos. Destellos de vehemencia. Creo que representa todo aquello que debería ser el frente cívico.

Anguita es un maestro en todos los sentidos, no me cansaré de decirlo. Sabe que estamos en una situación tan grave que la prioridad es que dejemos de empeñarnos en fijarnos en lo que nos separa y empecemos a buscar nexos, y que para ello es preciso aparcar momentáneamente los símbolos (no renunciando a ellos). Sabe que eso hace receptivo al interlocutor y puede sumar. Sabe que o hacemos eso y nos ponemos de acuerdo en remar en una dirección, o el naufragio es inevitable. Anguita a nivel pedagógico es tremendo. Cada vez más conciso, más claro y más pragmático en sus intervenciones. No habla de Marx, de Gramsci o de Lenin pero les enseña. Es sublime el uso que hace del método deductivo e inductivo, de los dos. Utiliza el método deductivo (de lo general a lo particular) en sus exposiciones (resultado de su estudio y su experiencia) pero al mismo tiempo y con frecuencia, cambia su estrategia expositiva y le da la vuelta señalando que los miembros del frente cívico deben hacer lo contrario. Es decir, ir de lo particular a lo general. Para que el que escucha, vaya descubriendo, vaya sacando conclusiones a partir de lo concreto, de lo inmediato, de lo que le afecta. Empezar por lo pequeño. Cansado de discursos grandilocuentes y elucubraciones teóricas ahí es donde pone el énfasis de su discurso. Sabe que ahí está la clave, en que la gente lo haga. Realmente lo que hace es enseñar a enseñar. Pura docencia. Pura mayeútica. Puro Sócrates.

El ambiente de la sala en general fue una maravilla. Respecto a las posteriores intervenciones en el coloquio de algunas personas que se encontraban en la sala, bueno, pues decir, que hubo de todo, las opiniones al respecto me las reservo porque para gustos los colores.

Un saludo a todos.