Por Oscar Allende
Se mueve por el escenario de un lado a otro y de arriba a abajo.
También su discurso, lleno de anécdotas y reflexiones y, sobre todo, de
provocaciones intelectuales.
“Juego de Tronos es como Gandía Shore”. “Veo a Rubalcaba como un
zombie”. “Los zombies somos nosotros”. Juan Carlos Monedero, profesor de
Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, sabe que para
colocar su discurso no hay que “regañar” al auditorio, pero también
trata de que los “chistes” no distraigan sobre el fondo
Y el fondo que ha expuesto en la presentación formal del Frente
Cívico ‘Somos Mayoría’ en Cantabria (un colectivo ciudadano de base que
lleva un año trabajando en distintos movimientos de calle, como la PAH,
la plataforma contra los desahucios, o la Plataforma contra los
Recortes) es duro.
Es toda una carga de profundidad contra muchos valores asentados.
Contra la idea de que “antes se acaba el mundo que se acaba el
capitalismo”.
O contra lo que el autor de ‘Historia de la Transición contada a
nuestros padres’ está en el origen de muchos problemas de hoy: la
transición, en la que el primer presidente de la democracia había sido
el último de la dictadura y uno de los padres de la Constitución fue el
autor del “la calle es mía”. Y contrapone ese modelo con las
constituciones europeas, como la francesa o la de Alemania en las que el
antifascismo es el eje vertebrador.
Incluso contra la propia idea de que un cambio de partidos, con unos
socialistas “zombies” en plena conferencia política este fin de semana,
pueda contribuir a cambiar las cosas.
Pese a ese panorama, Juan Carlos Monedero vende un “pesimismo
esperanzado”, un “optimismo trágico”, y una forma de actuar que pasa,
principalmente, por mover conciencias, por cambiar sensibilidades y
fomentar un espíritu crítico. Y por conectarse desde la base, en un
momento en que se fomenta el individualismo, la competitividad, el
estar “desconectados”.
Monedero es miembro del Frente Cívico, que a nivel nacional surgió de
un reto que lanzó el ex coordinador general de Izquierda Unida, Julio
Anguita, con una fuerte impronta ciudadana, y que se ha convertido en
una evolución algo más organizada del sentimiento de indignación que
prendió el 15M.
En Cantabria llevan algo más de un año trabajando, antes de dar el
paso al frente que supone lo que han hecho este sábado en el colegio
público Cisneros de Santander, ante unas 150 personas.
Aunque no es conocido ante los focos, hay activistas del Frente
Cívico que son ‘sospechosos habituales’ en los movimientos y en las
calles. Están, por ejemplo, José Ramón Blanco, portavoz de la Plataforma
de Afectados por las Hipotecas (PAH) en Santander, y Óscar Manteca, que
este verano cumplió una semana de arresto domiciliario por negarse a
pagar la multa que le impusieron hace un año por protestar contra el
ministro de Educación José Ignacio Wert.
En nombre de todos ellos hablaba Saúl Fernández en la presentación
del Frente Cívico en Cantabria, desgranando la esencia de este
colectivo: que son mayoría los que reclaman cambios frente a la minoría
que los bloquean.
El siguiente paso del camino del Frente Cívico en Cantabria será
crecer y tener un mayor protagonismo público. Trabajar mucho, admiten
varios de sus miembros, conscientes de que tendrán que estar en muchos
frentes.
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