Juan García Ballesteros
Presidente
del Colectivo Prometeo
Miembro del Frente Cívico Somos Mayoría
Todas
las definiciones sobre lo que se entiende, desde el derecho
internacional por deuda odiosa o ilegítima, recogen tres argumentos
importantes:
1º.- El gobierno de un
país concede un préstamos sin conocimiento ni aprobación de sus
ciudadanos.
2º.- El préstamo se
destina a actividades no beneficiosas para los ciudadanos.
3º.-
El gobierno prestatario actúa de mala fe al contraerla, ya que sabe
perfectamente que no beneficia a sus ciudadanos, sino a intereses
privados.
Estas condiciones se
cumplen con la deuda pública española: no se ha consultado a los
ciudadanos, ha perjudicado a la inmensa mayoría de la población que
ha perdido derechos laborales y sociales y ha sido generada para
cubrir deudas privadas (Banca), subvenciones a empresas (eléctricas
o de armamento) o regalos a instituciones (Iglesia Católica). Poco
de esa deuda ha sido para cubrir gastos corrientes para mantener el
estado de bienestar o de inversión en la economía real y crear
puestos de trabajo.
Veamos
de dónde sale esta desorbitada deuda:
1º.-
De la ayuda económica que han proporcionado los últimos Gobiernos a
la banca y cajas de ahorro en crisis para evitar su quiebra, que
desde el 2009 se cifra en 246.000 millones de euros (según el
FMI).
Una
parte importante de la subida de la bolsa española en los tres
primeros trimestre de 2013 ha ido a engrosar los ingresos de la
banca. La capitalización de los más beneficiados (CaixaBank,
Popular, BBVA, Santander,
Sabadell,
Bankia y Bankinter ) ha superado (según Vicente
Clavero “La banca engorda mientras nosotros pagamos su rescate”,
Público, 23-10-13) “los 170.000 millones de euros, lo que
supone una 34 % más que al inicio de año” . Pero las
ganancias en lugar de servir para devolver el dinero público que han
recibido para sacarlos de su catastrófica situación, lo dedicarán
a repartirlas entre sus accionistas que son los que realmente
tendrían que haber asumido las pérdidas. Así lo ha hecho el
Santander que ha distribuido 1700 millones de euros en dividendos en
2013.
2º.-
De los 40.000 millones de euros de anticipos que el Ministerio de
Defensa concedió entre 1997 y 1998 a las industrias armamentísticas
(EADS, Indra, Santa Bárbara y Navantia).
El
periodista John Doe publicó en 19 de Junio de 2012 (centredelas.org)
el artículo “Deuda militar, deuda odiosa, deuda ilegítima” en
el que escribe: “Es ilegítima la deuda contraída con los
Programas Especiales de Armamento (PEA) del Ministerio de Defensa que
representan 40.000 millones de euros, cifra que
sitúa a este Ministerio en la banca rota y que contribuye al enorme
endeudamiento del Estado español”.
Como recoge J. Doe en su
artículo, esta deuda es nula de pleno derecho y, por tanto,
ilegítima y sostiene que las empresas privadas afectadas nunca
devolverán el dinero público recibido. De esta estafa hay muchos
culpables (entre ellos el actual ministro de Defensa Pedro Morenés
con grandes intereses en empresas armamentísticas) por la sencilla
razón que en torno a este asunto siempre ha habido un acuerdo de
Estado en el que los dos grupos parlamentarios mayoritarios (PP y
PSOE) han ido de la mano.
3º.- En nuestro país, gracias al Concordato, la Iglesia Católica
recibe anualmente más de diez mil millones de euros del
Estado (central y periférico) en subvenciones directas y exenciones
de tributos (según
el estudio realizado por Europa Laica). Carece de importancia, aunque
también habría que contemplar lo que reciben (muy poco, por cierto)
las demás confesiones religiosas.
4º.-
De los 24.000 millones entregados a las grandes compañías
eléctricas por el llamado déficit tarifario.
José
Manuel Novoa en su blog “ataque al poder” (7 Enero de 2014
“Cómo nos roban las compañías eléctricas”) recoge que hasta
la fecha el déficit tarifario nos ha costado a todos los
españoles 24.000 millones de euros, dinero regalado del erario
público ¿Cómo es posible que se subvencione a empresas eléctricas
que doblan sus ganancias a su homónimas europeas? Además en su
artículo demuestra que el déficit tarifario de las eléctricas es
una estafa, no existe. Tan sólo sirve para aumentar los beneficios
de las grandes compañías eléctricas (Iberdrola, Endesa o Gas
Natural).
La
resultante de todo este despilfarro es que la deuda pública española
a finales de 2013 rondaba el BILLÓN de euros, cifra cercana
al 100 % del Producto Interior Bruto (PIB). Esta deuda es totalmente
impagable. Aunque tuviéramos muchos años de un elevado crecimiento,
los altos intereses que tenemos que abonar hacen imposible el pago de
esta desorbitada cantidad.
El
pasado año tuvimos que pagar más de 38.000 millones de intereses.
Esto supone unos 105 millones de euros diarios.
Para hacernos una idea
más exacta de esta deuda, cada ciudadano debe más de 21.000 euros,
siendo un sujeto pasivo de la deuda, ya que se ha generado sin
tenerlo en cuenta, sin participar en ella y sin que le beneficie.
¿Por
qué pagamos tantos intereses?
Aunque
ya recogido en un artículo anterior, voy a recordar de dónde sale
el elevado pago de intereses. Es cierto, por las razones recogidas,
que el capital público de deuda es muchísimo, pero nos están
ahogando los altos intereses que tenemos que pagar por los préstamos
que pedimos en el mercado financiero para cubrir los gastos del
Estado. ¿Por qué ocurre? El BCE se financia con el dinero de los
impuestos de los ciudadanos europeos (España aporta algo más del 8
%). Sin embargo, en lugar de prestar dinero a los estados, se lo
presta a la banca privada al 0,50 ó 1%. Ésta compra deuda soberana
de los estados al 3, 4, 5, 6, 7 o al 8 %, ganando miles de millones
de euros que utilizan para tapar sus deudas por mala gestión,
inversiones fraudulentas o sobresueldos de directivos. Esos créditos
que reciben en ningún momento están llegando al consumidor final, a
las familias y a las PYMES, sino que se está usando en apostar y
especular contra los propios estados, en actividades mucho más
lucrativas y sin riesgo.
Según
el economista Juan Torres (¿Quién vive gratis en España? Público,
17-11-13) “casi el 70 % de lo que hoy debe el Estado español es
por concepto de intereses y este concepto es lo que hace que hoy día
deba 4,5 veces lo que debía en 1989. Mientras que si los déficits
de gastos e ingresos corrientes generados desde 1989 se hubieran
financiado por un banco central con los mismos tipos de interés con
que el Banco Central Europeo financia a la banca privada, nuestra
deuda ahora no llegaría ni al 15% del PIB”.
Para
no hipotecar y dejar sin el futuro a varias generaciones y,
demostrado que la deuda española es odiosa, ilegítima, tenemos que
negarnos a su pago. Nos ampara el derecho internacional
que recoge que la “Deuda odiosa, deuda
execrable o deuda ilegítima es la
teoría jurídica, puesta en práctica numerosas veces a lo largo de
la historia, que sostiene que la deuda
externa de un gobierno contraída,
creada y utilizada contra los intereses de los ciudadanos del país,
no tiene por qué ser pagada y por tanto no es exigible su devolución
ya que los prestatarios habrían actuado de mala fe, a sabiendas, y
por tanto dichos contratos —bonos o contratos comerciales— son
nulos legalmente. En todo caso, tales deudas podrían considerarse
personales debiendo responder quienes las hayan contraído a título
personal —sea el monarca, el presidente, el director del banco
central nacional o los ministros correspondientes— y no el Estado
en su conjunto y por tanto los ciudadanos. En algunos aspectos, el
concepto es análogo a la nulidad de los contratos firmados bajo
coacción”.
1 comentario:
No solo la deuda pública es deuda privada, en capitalismo no puede ser de otra forma puesto que, incluso, el precio que se paga por el mantenimiento basal de la sociedad se impone por agentes privados, sino que los precios de mercado los rigen agentes que nada tienen que ver con la democracia, la justicia o el desarrollo de los pueblos.
Bienvenidos al capitalismo.
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