miércoles, 12 de febrero de 2014

Movilizar a la ciudadanía: la única solución


Españolito que vienes/ al mundo te guarde Dios
una de las dos españas:/ ha de helarte el corazón.
A. Machado
Juan García Ballesteros
Presidente del Colectivo Prometeo y miembro del Frente Cívico Somos Mayoría

¡Qué razón tenía nuestro querido profesor, Don Antonio! Pero lo que no podía imaginar era que solo una España, la nacional, católica y reaccionaria, después de cuarenta años de dictadura, siguiera en este periodo “democrático” helando el corazón de los españoles. Sin olvidar que durante bastantes años ha tenido a un PSOE, salido de la nada, para iniciar y acompañar al PP en este grave deterioro social y político al que estamos asistiendo.
Los españolitos están helados, con muy poco poder de respuesta, paralizados entre el miedo y la resignación. La inmensa mayoría de los ciudadanos esa parálisis térmica le lleva a no entender cómo en tan poco tiempo ha sido posible desmantelar las condiciones laborales y sociales que tantos años y sufrimiento han costado conseguir.
La gran mayoría de la población sufre en sus propias carnes las consecuencias de unas medidas de austeridad y recortes que impactan negativamente, pisoteando los derechos humanos, acabando con la justicia social y deteriorando gravemente el medio ambiente. Están helados:
- Los más de seis millones de parados (26,7 %) en nuestro país, la inmensa mayoría con muy pocas posibilidades de conseguir un trabajo digno.
- Los 983.000 menores de 25 años en paro (57,7%), cifra que nos coloca a la cabeza de UE. Con muy pocas posibilidades de futuro. Será una generación perdida, pues pasarán muchos años para que estos jóvenes tengan la posibilidad de encontrar un empleo y, mucho menos, estable y de calidad.
- Los 2.800.000 niños en riesgo de exclusión social (según la ONG Save the Children).
- Los cerca de 900.000 emigrantes en situación irregular que se han quedado sin tarjeta sanitaria desde el 1 de Septiembre de 2012.

- Los más de dos millones de familias españolas no tienen ningún ingreso y de las que una de cada cuatro vive en la pobreza o en condiciones de exclusión social.
- Las cerca de 500.000 familias que desde el comienzo de la crisis han perdido sus viviendas por ejecuciones hipotecarias.
- Los millones de trabajadores que han perdido derechos laborales, han sufrido bajada de salarios y aumentado su horario de trabajo.
- Los millones de ciudadanos que sufren la merma de derechos fundamentales (sanidad, educación, dependencia, jubilación…).
Además de todo lo anterior, la situación ha empeorado desde el comienzo de la crisis porque:
- La enorme subida de los niveles de desigualdad social nos ha colocado entre los países de la UE en que más aumentado la brecha entre ricos y pobres.
- El paro sería mucho más dramático de lo que es si no se hubieran marchado al extranjero 700.000 jóvenes españoles (Según la Fundación Alternativas), buscando un futuro que su país les niega.
- Contrariamente a lo que afirma el Gobierno, en 2013 no se ha creado empleo. El pasado año se destruyeron 198.900 puestos de trabajo, según la EPA (La Vanguardia 4-2-14). Además hay que recordar que se ha perdido población activa (personas que buscan activamente un empleo y están en disposición de trabajar).
- Según la revista Seguridad Social Activa, los datos de paro del pasado mes de Enero (113.000 parados más) y de la bajada de afiliación a la Seguridad Social en 184.000 personas, demuestran que no hay la recuperación, que la situación es cada vez más dramática y que es urgente que la ciudadanía tome las riendas para cambiar radicalmente tanto desastre.
- Sin olvidar que en el último Índice de Percepción de la Corrupción publicado por Transparencia Internacional, España ha sido el segundo país del mundo que más ha empeorado en su valoración relativa a la corrupción (El País, Jesús Lizcano, 7-2-14).
Todo este deterioro social y económico es el resultado de la exigencia del sistema capitalista neoliberal que impone sus condiciones, con el apoyo de los gobiernos y los poderes económicos y financieros. Los que se están lucrando y llenando sus ya abultados bolsillos, los ricos, sí lo tienen claro. Así lo expone Warren E. Buffett, que refleja la realidad de Occidente, de Europa y de España: “Por supuesto que hay lucha de clases y los ricos estamos ganando”. Esta frase en boca de uno de los hombres más ricos del mundo demuestra que en esta lucha, en esta guerra, están perdiendo las clases medias y trabajadoras. Al contrario de lo que Marx formulaba, que la lucha de clases debería propiciar el cambio social, el progreso; sin embargo, se está ocasionando la mayor pérdida de derechos sociales y laborales de la historia. Como podemos deducir, en el momento actual, no se ha eliminado el antagonismo de las clases, sólo se ha disfrazado mediante logros sociales que han costado mucho conseguir y que ha adormecido a la clase trabajadora, cediendo en la lucha, pensando que esos derechos estaban ya consolidados. Como se está demostrando no es así.
¿Cómo se ha llegado a esta dura situación? ¿Por qué no se movilizan y luchan los trabajadores?
Lo que está ocurriendo en España es gravísimo y, esperemos, que no irreversible. En nuestro país la clase trabajadora, la inmensa mayoría sufridora de tanto desastre, no entiende las causas, ni actúa para cambiar la situación. Muchos porque han llegado a asimilar la mentalidad del opresor (poderes económicos y gobiernos afines) que machaconamente con sus discursos y sus medios de comunicación hacen creer al oprimido que son portadores de la verdad y que la única solución es la que ellos plantean. Otros por ignorancia, dejadez o miedo.
En los últimos años se ha producido una desmovilización social, propiciada por casi todos los partidos políticos (con la salvedad en ocasiones de IU) y las cúpulas de las centrales sindicales mayoritarias, subvencionadas desde el poder y que han paralizado todo tipo de protesta, lucha o manifestación contra la pérdida de derechos laborales y sociales de las últimas décadas. Pero también hay que destacar que ha habido un cambio social de la clase trabajadora. Se ha pasado de una sociedad de productores a otra de consumidores con lo que ha primado el individualismo y el egoísmo, a la conciencia de clase y la solidaridad.
Por otra parte, no podemos olvidar las nulas posibilidades de participación en los asuntos públicos que los ciudadanos han tenido en las últimas décadas, consecuencia negativa del propio sistema. Los políticos han manejado a su antojo el país sin responder de sus errores, sus corruptelas o del incumplimiento de su programa electoral. Esto ha generado una desvinculación ciudadana, una falta de formación cívico-política y una carencia casi total de compromiso con los problemas sociales.
¿Qué podemos hacer? No aceptar como nos quieren imponer desde el Gobierno que no hay más salida que la que ellos plantean, que los recortes y la austeridad son la única solución para salir de la crisis. Pero hay muchas voces (Vicent Navarro, Juan Torres, Alberto Garzón, Pedro Montes, Ramón Franquesa,…) que plantean soluciones democráticas, reales y posibles a esta dura situación: desde la salida del euro para recuperar nuestra autonomía económica hasta el pago de impuestos progresivo, acabar con el fraude fiscal, los paraísos fiscales y el dinero negro, no pagar la enorme deuda ilegítima o no subvencionar con dinero público ninguna entidad privada (banca, iglesias, empresas eléctricas,...).
Por tanto, es necesario despertar al colectivo social, movilizar a la ciudadanía para acabar con el pesimismo y la resignación. Hacerles comprender el enorme poder que tienen y que en esta lucha entre todos se puede volcar la situación, transformar a su favor esta inaguantable realidad. Pero para ello, es fundamental la unión de esa inmensa mayoría de la población (parados, pensionistas, desahuciados, jóvenes, dependientes, autónomos, pequeños y medianos empresarios y en general todos los trabajadores) que sufre la pérdida de derechos sociales y laborales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

España es una fosa séptica en la que nos hemos acostumbrado al olor..

Anónimo dijo...

Esta es la mejor España que tenemos y los españoles no tenemos que enviarle nada a ningún extranjero.
Pero tenemos unos capitalistas que nos chupan la sangre y unos políticos vendidos al capital, tanto español como extranjero.