Jose Coy
Activista social
Mesa Estatal FCSM
Las imágenes de la presentación de Guanyem Barcelona me llevan a
recordar el momento en que me llegó un número teléfono de la PAH de
Barcelona -la única PAH que existía en ese momento- al que llamé para
interesarme por su funcionamiento y objetivos. Quien respondió fue la
misma Ada que nos explicó todo lo que necesitábamos saber.
Eran tiempos de inicio de esta crisis que tantos dramas humanos está
generando en los que en mi municipio murciano de Molina de Segura
diversas personas afectadas por el paro y las hipotecas intentábamos
autoorganizarnos para hacerle frente a una situación que no esperábamos
que se convirtiera en un largo calvario.
Así se creó la segunda PAH en el Estado. Después se ayudó a crear la de
Valencia, más tarde la de Madrid y a partir de ahí, como un efecto
dominó, en Asturias, La Rioja, Andalucía...
Eran tiempos de soledad, ya que el movimiento estaba nucleado sólo en
torno a unos cuantos activistas y unos pocos afectados que encontramos
en la PAH un lugar donde recuperar nuestra dignidad frente al banco que
nos perseguía. Quienes empezamos a construir este movimiento no nos
podíamos imaginar que íbamos a llegar a tanto, porque hemos llegado a
mucho: mirar de frente y a la cara a los bancos es mucho. Un compañero
me dijo un día que estábamos haciendo magia, y yo le pregunté ¿magia por
qué?, y él me contestó: porque de la nada estáis creando un movimiento
muy potente y eso es magia social.
Después vino el 15M en el que la PAH formó parte desde su origen, desde
meses antes de dicha fecha histórica. Previamente ya estaban en la
retina de mucha gente las imágenes espectaculares de las primeras
paralizaciones de desahucios -piquetes ciudadadanos contra los
desahucios, recuerdo que los bautizó un periodista- y tras ello
aparecieron con mucha fuerza las palabras desobediencia civil,
resistencia a la autoridad, dación en pago, cadena perpetua, ILP,
empoderamiento ciudadano, condonación de deuda…y el famoso “Sí se
puede”...
"La rebelión de las lágrimas"
También aparecieron las lágrimas, siempre las lágrimas. Recuerdo que
por esas fechas un periodista me pidió un artículo desde el punto de
vista de un afectado por la crisis y la hipoteca e hice uno con el
título de “La rebelión de las lágrimas”.
Sí, lágrimas y sonrisas, sentimientos y emociones. Con un movimiento
así mezclado con profundas razones, contenidos y contundentes
reivindicaciones era imposible no llegar al corazón de la gente.
Ese ha sido nuestro primer éxito, llegar al corazón de la gente,
ganarnos a la mayoría de la opinión pública que no entendía que después
de perder la vivienda se continuará con una deuda perpetua.
Mediante nuestras acciones no violentas también ganamos visibilidad,
una visibilidad que en los inicios nos costó mucho conseguir, ya que al
principio el principal problema que tuvimos que vencer era la vergüenza
de decir soy pobre, el banco me quiere quitar la casa. Después de la
visibilidad, llegó la dignidad y hoy nos encontramos que la vergüenza se
ha quedado atrás y quienes se acercan a nuestras asambleas aprenden
rápido lo que quiere decir la palabra dignidad cuando comprueban que no
están solas y que se puede conseguir vencer a los bancos con el apoyo y
empoderamiento colectivo que ofrece la PAH.
Pero en las asambleas de afectados ya no sólo se habla de los problemas
de vivienda. También se habla de pobreza extrema, de precariedad y de
exclusión social, por que las familias afectadas por la crisis traen
tras de sí un paquete de dramas humanos que van mas allá de la pérdida
de vivienda; entre las personas afectadas también hablamos de pan,
aceite, leche, luz, agua, ropa y tantas cosas a las que cada vez es más
difícil acceder. Sí, pan, como nos contaba una compa que hacía días que
no tenía ni 50 céntimos para comprar una barra de pan. U otra que nos
decía que si le echaba agua a la leche ésta duraba más; o aquella que
decía que ya hacía años que no compraba garrafas de 5 litros de aceite y
que solo compraba las de litro que son de menor precio, o quien tienen
la luz enganchada a la de su vecina solidaria, o también quien se ducha
en casa de un familiar por no disponer de agua ya que se la han cortado.
Sí, éstas son las cosas que hablamos entre los afectados por la crisis y
que no se hablan en las tertulias televisivas ya que sólo se habla de
la macroeconomía, pero también hay que hablar de microeconomía y de lo
que está suponiendo la crisis para una parte cada vez más importante de
la población.
La izquierda imprevisible
Ada Colau sí, a la que han acusado de ser del entorno de ETA entre
otras barbaridades e insultos, la misma a la que han investigado a
fondo, como lo han hecho con su pareja y compañero Adrià, sin
encontrarles nada de lo que avergonzarse. Ahora tiene otro reto tras
dejar la portavocía de la PAH estatal, ganar Barcelona para la
ciudadanía con una candidatura unitaria y transversal. De nuevo desde
Barna –ciudad mundial- surge otra iniciativa ciudadana que seguro va a
tener más replicas en diversos lugares.
Efectivamente, tras el 25M se puede abrir un nuevo escenario de
confluencias por abajo que vayan más allá de la suma de siglas y
acuerdos por arriba, que implique a nuevos actores activos en los
movimientos sociales emergentes que han sido los que han organizado las
resistencias contra las consecuencias de la crisis y las políticas de
austeridad.
Hace falta un nuevo y amplio sujeto político que sea capaz de conseguir
nuevas mayorías sociales. Dicho sujeto se construirá sobre la base de
la generosidad del conjunto de la izquierda política organizada , que
debe entender que no se trata de conseguir unas cuentas décimas más en
las elecciones, se trata de conquistar nuevas mayorías sociales para
cambiar el país desde abajo.
Tiene razón Alberto Garzón cuando dijo en entrevista a eldiario.es
que las siglas son prescindibles, no las ideas, como tiene razón Pablo
Iglesias cuando dice que el poder no le tiene miedo a la izquierda ,
pero sí a la gente.
Efectivamente la izquierda previsible rodeada de manuales, mitos y
símbolos no da miedo. Lo que da miedo es la izquierda imprevisible que
mueve escenarios y amplía espacios sociales, que es capaz de
reinventarse a sí misma conectando con los sentimientos y necesidades de
la gente. Los llamados movimientos sociales emergentes como las mareas
ciudadanas, las marchas de la dignidad 22m, la PAH o el mismo 15M han
sido posibles por que se han puesto grandes dosis de imaginación a la
hora de movilizar y generosidad a la hora de gestionar la pluralidad.
De eso se trata, de reinventarnos, de repensarnos, de refundarnos
realmente y no sobre el papel. Eso se hace con nuevas formas de
actuación, nuevos actores y referentes. Con mucha inventiva, aprendiendo
día a día. Y para eso hay que favorecer lugares de encuentro plurales y
amplios donde primen las decisiones colectivas y el protagonismo
ciudadano.
Se puede cambiar el país, claro que sí se puede. Ellos los poderosos
saben que podemos hacerlo, por eso han creado un nuevo rey, por eso
están pensando en cambiar las leyes electorales – ya están pensando en
modificarla en lo que se refiere a los ayuntamientos- después vendrán
más cambios contra las libertades y los derechos sociales y humanos.
Por eso tenemos que movernos rápido. Formatos como Ganemos Barcelona
hay que extenderlos –con un nombre u otro- a todos los sitios posibles.
Que nadie piense que por sí solo y con chiringuitos particulares se va a
cambiar el país. O generamos sinergias y complicidades entre todos los
movimientos sociales y políticos que estamos en contra de las políticas
que nos impone la Troika o no tardaremos en lamentarnos.
El futuro no está escrito, deseamos ir hacia una sociedad alternativa
más democrática y justa, pero por el contrario podemos ir directos a una
sociedad más totalitaria e injusta si no somos capaces de generar
grandes espacios de confluencia con diversas formas y métodos.
Como tantas veces hemos dicho desde las PAHs. Sí se puede, claro que se puede.
1 comentario:
Ya lo creo que se puede. La voluntad humana ha podido, puede y podrá.
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